Confundir nacionalidad con Gobierno es común, más tratándose de China donde el mismo partido está en el poder desde 1949. Por eso al llamar «virus chino» al coronavirus (COVID-19) se desvincula al principal culpable: el Partido Comunista.
A fin de cuentas, fue este el que persiguió a médicos y periodistas por exponer el peligro de la pandemia del COVID-19. Incluso ordenó cerrar el laboratorio de Shanghai que lanzó públicamente la primera secuencia del genoma del virus.
«Nuestro problema no es el pueblo chino, nuestro problema es el Partido Comunista: su represión interna, su agresión externa y su influencia maligna en las sociedades libres y abiertas», dijo al respecto el columnista de The Washington Post, Josh Rogin.
Aunque el enfoque del escritor apunta más a evitar la discriminación hacia los chinos, que muchos alegan es resultado de las declaraciones de Donald Trump, que llama abiertamente al COVID-19 «virus chino», señalar al Partido Comunista como culpable deja en claro sobre todo que no se trata de su aplicación en dicho país sino a la ideología subyacente.
Si bien hoy está haciendo una enorme labor humanitaria, con toneladas de ayuda a los países más afectados por el virus, la propagación tuvo un alcance global precisamente porque el Gobierno de China no lo detuvo a tiempo. Y ahora más que nunca cabe señalarlo. Pues China no es el único régimen comunista que busca lograr un cambio de imagen en esta crisis.
El Partido Comunista cubano también busca beneficiarse del coronavirus
También Cuba, cuyos ingresos por exportar médicos superan los conseguidos por la industria del turismo, envió una delegación de medio centenar de médicos a Italia para combatir el coronavirus.
Cuba se publicita como potencia médica, cuando en realidad la falta de personal hospitalario en la isla es consecuencia directa del uso propagandístico de los médicos, pues es más rentable para el Partido Comunista cubano cobrar 3 000 dólares por doctor en el extranjero, de los cuales el Estado expropia entre el 75 y 90 %, mientras que en Cuba el salario promedio de los empleados estatales ronda los 42 dólares.
Por tanto es menester para el régimen promocionar su sistema de salud para potenciar su mayor fuente de ingresos: la esclavitud de médicos, a quienes les prohíbe viajar junto a sus familias.
Para miles de médicos ese sacrificio vale la pena porque les permite alimentar a sus familias en un país donde la comida escasea. Cuba es incapaz de alimentar a su población, en parte gracias a su falta de liquidez, motivo por el cual China le envía cada vez menos comida, ya que Cuba no paga sus deudas.
De los 9,8 mil millones de dólares que China ha condonado a sus deudores en la última década, 6 mil millones fueron a favor del régimen comunista de La Habana.
Dado el impacto económico que ha sufrido China como consecuencia del COVID-19, en particular porque suspendió el acuerdo comercial con EE. UU., el gigante asiático tuvo que ajustar sus préstamos y el pueblo cubano sufre las consecuencias mediante el hambre.
Es decir, el vínculo entre esta pandemia y el Partido Comunista va más allá de China como nación. Esta ideología política instaurada en otros países causa efectos similares y el impacto trasciende en la cultura e incluso en la salud de las personas, ahora en el mundo entero.
Por eso en honor a las primeras víctimas del Partido Comunista, los chinos, lo justo sería hablar de un «virus comunista».
Por Mamela Fiallo Flor
Fuente: https://es.panampost.com/mamela-fiallo/2020/03/25/problema-chinos-comunismo/