El registro muestra que 21 millones de teléfonos, por donde se desarrolla el sistema de rastreo del virus, fueron desconectados
Las cifras de muertos que reporta el régimen comunista chino pueden ser menos del 10 % de la cifra real. La producción de urnas, las bajas telefónicas y los informes de inteligencia así lo exponen.
China ha ocultado el alcance del brote de coronavirus en su país, informando menos del total de casos y muertes que sufrió por la enfermedad, según concluyó la comunidad de inteligencia de EE. UU. en un informe clasificado a la Casa Blanca.
Según las cifras oficiales, China tiene poco más de 3 300 muertos, menos que EE. UU. que tiene más de 4 000 e Italia más de 13 000. La página web de noticias Caixin informó que un proveedor entregó 5 000 urnas a la funeraria Hankou en un solo día, casi el doble del número oficial de muertes. Y está prevista la entrega de otras 42 000 para el tradicional festival que se celebra el 5 de abril, cuando se hace un mantenimiento de tumbas.
Funcionarios entregan dinero para silenciar a las familias de los muertos
Según las declaraciones que el residente de Wuhan, Chen Yaohui, dio a RFA (Radio Free Asia), los funcionarios de la ciudad han Estado entregando dinero para «asignaciones funerarias» a las familias de los muertos a cambio de su silencio. El monto equivale a 422 dólares, 100 dólares más que el sueldo mínimo mensual en China por jornada completa.
«Ha habido muchos funerales en los últimos días, y las autoridades están entregando 3 000 yuanes en silencio a las familias que obtienen los restos de sus seres queridos para que descansen por delante de Qing Ming», dijo en referencia al tradicional festival de las tumbas el 5 de abril.
Más de 21 millones de celulares se dieron de baja
Además, 21 millones de cuentas de teléfonos celulares se dieron de baja en China en los últimos tres meses. En vista que el Gobierno chino usa los teléfonos para rastrear a los pacientes infectados de coronavirus (COVID-19), crece la incertidumbre respecto a su paradero.
El régimen comunista chino usa un sistema de semáforos instalado en sus celulares para detectar si una persona tiene COVID-19 (rojo), si estuvo expuesto (amarillo) y si está libre de la enfermedad (verde). Ahora hay millones de casos sin identificar.
De acuerdo con las cifras del Ministerio de Industria y Tecnología de la Información de China (MIIT), el número de usuarios de teléfonos celulares disminuyó de 1 600 millones a 1 579 millones.
Desde el 2010 cada cuenta es personal y requiere identificación facial registrada por el Estado. Solo las personas «en verde» tienen permitido transitar. En caso de tener «rojo» o «amarillo» la persona debe pasar a cuarentena obligatoria por 14 días y no se le permite salir de su casa. Además, la geolocalización permite saber dónde están y cuáles son las zonas de riesgo.
La desaparición de esos millones de usuarios pone en riesgo el sistema de detección vigente. No solo eso, en China todo está digitalizado. “Para tramitar las pensiones y la seguridad social con el Gobierno, comprar boletos de tren, hacer compras… no importa lo que la gente quiera hacer, deben usar teléfonos celulares”, explicó Tang Jingyuan, comentarista de asuntos de China para el medio digital The Epoch Times.
Dicho sitio plantea la posibilidad de que los usuarios cuyos teléfonos fueron desactivados estén muertos. Agregan que también 840 000 líneas telefónicas fijas fueron dadas de baja.
Régimen evalúa la conducta de sus ciudadanos mediante los celulares
También es posible que se trate de una campaña masiva de censura. Dado que los chinos están sujetos a un régimen autoritario, el uso que las personas dan a sus celulares, incluso qué compran en Internet y qué comentan en redes sociales, es evaluado por el Partido Comunista y puede tener beneficios como trámites ágiles para permisos y visas o bien puede resultar en el recorte de servicios básicos, como el transporte.
El sistema de puntaje también evalúa el «crédito público» de las personas allegadas. Si un ciudadano chino tiene un amigo que publica contenidos contra del Gobierno en redes sociales, le resta puntos. Entonces el ciudadano tiene dos opciones, dejar de ser su amigo o persuadirlo para dejar de publicar esos contenidos.
Según el Centro Nacional de Información de Crédito Público, 17,5 millones de veces los tribunales chinos prohibieron comprar vuelos para fines de 2018. En ese mismo periodo los ciudadanos incluidos en listas negras por delitos de crédito social no pudieron comprar boletos de tren 5,5 millones de veces.
De modo que la desaparición de líneas telefónicas podría tratarse de una nueva sanción en tiempos de la pandemia para evitar la difusión de información que no es conveniente para el régimen comunista.
Como el caso del blog del médico Li Wenliang del Hospital Central de Wuhan. Tenía 1,5 mil millones de seguidores en su blog, donde informaba los avances del coronavirus. Como consecuencia, estuvo detenido junto a siete personas por «difundir rumores» sobre el brote del virus. Fue censurado en diciembre de 2019 y falleció contagiado de coronavirus en febrero del 2020. Pese a las advertencias del médico, la censura del régimen no permitió la llegada de voces como la suya a otros países.
Debido al impacto económico que ha producido la pandemia, tanto por la salud de los trabajadores como por la cuarentena generalizada que ha impedido la producción, también es posible que muchos usuarios den de baja las líneas por cuestiones económicas. Es permitido que cada persona tenga un máximo de cinco líneas a su nombre.
Como el régimen comunista censura el periodismo independiente, al igual que a los médicos, no es posible saber a ciencia cierta la cifra de muertos, pero la evidencia apunta a que por lo menos es 15 veces más de lo que anuncian las cifras oficiales y en el peor de los casos serían hasta millones. Pues los habitantes de Wuhan aseguran que pese a la narrativa oficial, que hasta publicó un libro alegando haber vencido al coronavirus, el virus sigue afectando a la población.
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Fuente: Panam Post
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