Beijing, la capital del régimen comunista chino, declaró como “región de alto riesgo” de contagio por el virus del PCCh (Partido Comunista de China) el distrito de Chaoyang, el 19 de abril, según el medio oficial CGTN.
De acuerdo con las normas establecidas una región es clasificada como de alto riesgo cuando el número de casos diagnosticados supera los 50 y se produce un brote epidémico en un lapso de 14 días, señaló Pang Xinghuo, director adjunto del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Beijing.
Sin embargo, resulta incoherente que la ciudad de Harbin, la capital de la provincia de Heilongjiang al norte del país, no haya sido clasificada como de alto riesgo a pesar de que se contaron al menos 58 pacientes infectados y de que se produjeron varios brotes en el primer hospital afiliado a la Universidad Médica de Harbin, en el hospital Harbin Nº 2, y en recintos residenciales, informó Financial Times.
Asimismo, los residentes de la ciudad de Suifenhe, también en Heilongjiang, recibieron el 8 de abril la orden de permanecer en sus casas, y solo un miembro de cada hogar puede salir cada tres días para comprar alimentos, según Financial Times.
Esta ciudad registra más de 320 casos confirmados y casi 1.500 pacientes en instalaciones destinadas a cuarentena.
“Muchas pequeñas empresas de aquí no llegaron a marzo”, dijo Lin Xianfeng, agregando: “Simplemente cerraron para siempre”, mientras expresaba temor de que le sucediera lo mismo con su negocio.
Como una medida de contención se suspendió el servicio de trenes a Harbin, la capital de la provincia. Esta es una importante ciudad industrial con una población de unos 11 millones de habitantes, al igual que Wuhan donde se reportaron los primeros casos del virus del PCCh.
El régimen chino ha sido acusado de ocultar la aparición del virus del PCCh y de otras maniobras, las cuales atrasaron la prevención en otros países, causando cientos de miles de muertos y grandes pérdidas económicas en todo el mundo.
Por esta causa son numerosas las reclamaciones y las demandas de compensación económica que han sido dirigidas en contra de las autoridades que rigen al país asiático.
José Ignacio Hermosa – BLes