Un grupo de senadores estadounidenses anunció este miércoles que impulsará un proyecto para renombrar la calle donde se encuentra la embajada china en Washington en honor a Li Wenliang, el médico de ese país que intentó advertir sobre el peligro real de la COVID-19 durante sus etapas iniciales y fue silenciado por el Partido Comunista Chino.

La iniciativa fue exteriorizada por el senador de Florida Marco Rubio en un artículo de opinión publcado en la revista Newsweek. “Muchos estadounidenses aún no han oído su nombre, pero el Dr. Li Wenliang fue un héroe que compartió las primeras noticias del brote de coronavirus y desafió los esfuerzos del Partido Comunista Chino (PCC) para silenciarlo como parte de su encubrimiento del coronavirus”, expresó Rubio al comienzo de su mensaje.

“No podemos permitir que sea olvidado, ni que su memoria sea apropiada por el PCC. El calvario del Dr. Li representa los esfuerzos del PCC no sólo para encubrir el brote, sino también para silenciar a aquellos que no siguen la línea del partido”, agregó.

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Rubio informó que, junto a los senadores republicanos Tom Cotton, Ben Sasse y Marsha Blackburn, impulsara una legislación para homenajear “la vida y el sacrificio” del fallecido médico renombrando la calle como Li Wenliang Plaza.

El periplo de Li Wenliang comenzó pasado 30 de diciembre, cuando sacudió al grupo de WeChat (la aplicación de mensajería china equiparable al WhatsApp) que compartía con ex compañeros de la escuela de medicina: siete pacientes de un mercado local de Wuhan habían sido diagnosticados con una enfermedad similar al SARS y puestos en cuarentena en su hospital.

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Li les explicó que, según las pruebas que había visto, la enfermedad era un coronavirus, una gran familia de virus que incluye el síndrome respiratorio agudo severo (SARS). Recomendó a sus amigos que utilizaran trajes protectores para evitar el contagio, pero al mismo tiempo les pidió que mantuvieran cautela con la difusión de la información.

El 3 de enero, Li fue convocado a una estación de policía donde le presentaron una notificación en la que lo acusaban, junto a otros siete médicos que habían comenzado a alertar del nuevo virus, de “hacer comentarios falsos que perturban severamente el orden público”. La nota advertía que si continuaba con esa conducta sería llevado ante la Justicia. Li fue obligado a firmar al lado de la palabra “Entendido”.

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Las autoridades chinas desestimaron las alertas de los médicos y no hicieron mucho más que cerrar el mercado de Wuhan donde había comenzado todo. Ninguna otra medida de prevención ni protección para los especialistas.

El 10 de enero, Li fue a tratar a una mujer que sufría glaucoma sin saber que también estaba infectada por el nuevo tipo de coronavirus. Ese mismo día, Li comenzó a toser de una manera fuerte y persistente. Al día siguiente comenzó a tener fiebre. Un día más tarde, fue internado en el hospital. Al poco tiempo fue trasladado a la unidad de cuidados intensivos.

El 31 de enero, Li publicó una carta en la red social Weibo contando su historia, lo que le había ocurrido, y cómo se había sentido al ser reprendido por el Gobierno. “Me preguntaba por qué los avisos oficiales seguían diciendo que no había transmisión de persona a persona y que no había trabajadores de la salud infectados”, escribió. Miles de personas le dejaron mensajes de aliento, pidiendo por su pronta recuperación y agredeciéndole por su valor.

El 1 de febrero se confirmó el resultado positivo de su test de coronavirus y el jueves 6 de febrero Li Wenliang falleció en el Hospital de Wuhan.

Marco Rubio, senador republicano por el estado de Florida, recordó la “desgarradora” historia del médico chino: “Él mismo dio positivo y luego colapsó, sucumbiendo trágicamente a la enfermedad. Algunos medios de comunicación chinos recibieron una directiva para minimizar su muerte. Mientras tanto, las redes sociales chinas estallaron con comentarios convirtiendo a Li en un héroe por su valiente desafío a la censura del gobierno”.

“Ahora, ante la abrumadora evidencia de su encubrimiento, el PCC se ha visto obligado a exonerarlo y a ofrecer una disculpa a su familia. Incluso han llegado a nombrarlo mártir”, señaló el parlamentario estadounidense. Y remarcó: “Poco antes de su muerte, el Dr. Li dijo al New York Times que ‘si los funcionarios hubieran revelado antes la información sobre la epidemia… habría sido mucho mejor’. También pidió más apertura y transparencia”.

Los impulsores del homenaje en Washington sostienen que al cambiar el nombre de la calle frente a la embajada china, los estadounidenses podrán “honrar esos valores y asegurarse de que la memoria del doctor Li nunca se extinga”.

“Este tipo de gestos no son meramente simbólicos, sino que sirven para recordar a los regímenes autoritarios de todo el mundo que no pueden silenciar la disidencia”, señaló el texto de Rubio. “Tenemos una gran deuda de gratitud con el doctor Li por informar al mundo sobre el coronavirus ante los intentos totalitarios del Partido Comunista Chino de silenciarlo. Y también servirá como un recordatorio crítico para todos los gobiernos de que los Estados Unidos siempre estarán al lado de las voces oprimidas en todo el mundo”, concluyó.

Fuente: Infobae.

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