Redacción Tierra Pura

Las reiteradas campañas de desinformación de las que se acusa al régimen chino y a otros países requerirían de acciones estatales para contrarrestar sus efectos nocivos, según advierten varios catedráticos australianos.

En este sentido, el Gobierno australiano anunció la creación de un grupo de trabajo que luchará contra las campañas de desinformación, dependiente del Departamento de Asuntos Exteriores y Comercio (DFAT), informó The Conversation el 23 de junio.

Los catedráticos Sarah Morrison, Belinda Barnet y James Martin de la Universidad de Tecnología de Swinburne, fueron quienes enfatizaron en la importancia de que las campañas en contra de la desinformación fueran parte de una estrategia internacional.

“Donde veamos desinformación, ya sea aquí, en el Pacífico, en el sudeste asiático, donde afecta a los intereses de nuestra región y a nuestros valores, entonces estaremos exponiéndola”, señaló sobre el tema la ministra de asuntos exteriores de Australia, Marise Payne.

Payne , quien también es senadora, acusó a China y a Rusia, países con regímenes totalitarios, de “utilizar la pandemia para socavar la democracia liberal” y de sembrar la división en las democracias, a través de campañas de propaganda tendenciosas.

“La desinformación que hemos visto contribuye a un clima de miedo y división cuando lo que necesitamos es cooperación y comprensión”, señaló Payne.

Adoptando una perspectiva internacional Payne ha estado presionando para que los organismos internacionales ataquen con firmeza la desinformación.

Igualmente, Payne informó que Australia y otros 131 países se unieron en una declaración en la que advertían que la pandemia del virus PCCh había “creado condiciones que permiten la difusión de desinformación, noticias falsas y vídeos manipulados para fomentar la violencia y dividir a las comunidades”, de acuerdo con ABC.

La desinformación difunde falsas narrativas, noticias falsas y teorías de conspiración que adquieren credibilidad en la medida en la que son reeditadas por amigos de confianza, familiares, figuras de la comunidad o líderes políticos, quienes no suelen confirmar la veracidad de la información que ayudan a distribuir.

Lejos de ser tan solo una sospecha, Twitter  informó el 12 de junio que había eliminado más de 170.000 cuentas que propagaban desinformación del gobierno chino, sobre el movimiento prodemocracia de Hong Kong  e intentaban desacreditar a Estados Unidos.

Por otro lado, la Universidad de Oxford informó el año pasado que se habían emitido campañas de manipulación de los medios sociales en 70 países, incluyendo a Australia.

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