Traducido de Breit Bart por TierraPura.org

ROMA – El disidente chino exiliado Guo Wengui alegó este fin de semana que el Partido Comunista Chino (PCCh) “asigna 2 mil millones de dólares al año” para pagar al Vaticano por su silencio en relación con atrocidades cometidas en China.

En una entrevista del 20 de junio en el programa de Steve Bannon “The War Room” (Sala de Guerra), Guo dijo que el PCCh destina enormes sumas de dinero cada año para ganar la lealtad de países extranjeros, incluyendo el Vaticano, Italia y Australia. Entre ellos, el Vaticano recibe hasta 2 mil millones de dólares del Partido Comunista Chino cada año, dijo.

“El Partido Comunista Chino asigna 2 mil millones de dólares cada año” para ganar influencia sobre la política interna del Vaticano y para pagar por su silencio acerca de la represión de la libertad religiosa por parte del PCCh, dijo el controversial multimillonario denunciante.

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Guo ha declarado previamente que China ha elaborado una estrategia completa para la dominación mundial conocida por las iniciales “BGY”, que significa Azul o “Blue” (controlar el Internet), Oro o “Gold” (comprar influencia con dinero), y Amarillo o “Yellow” (seducir a personas claves con sexo).

Desde 2014, el PCCh ha formulado políticas internas para invertir un cierto porcentaje del comercio con países extranjeros en el programa BGY para erosionar el sistema estatal local, dijo Guo el sábado, y la cuota actual de BGY para los Estados Unidos es del 5%.

De acuerdo con los datos de la Oficina de Comercio de EE.UU., el volumen total de comercio entre China y los EE.UU. en 2018 fue de 737 mil millones de dólares. Si se calcula según el 5%, la cantidad utilizada para BGY en Estados Unidos sería entonces de unos 36,8 mil millones de dólares, dijo Guo.

Guo también ofreció un cálculo similar para Australia.

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“El volumen de comercio entre el PCCh y Australia es de unos 200 mil millones de dólares”, dijo. “Anteriormente, el 1%o se usaba para BGY, pero subió al 5%. Es decir, 10 mil millones de dólares se usaron para BGY”.

Según Guo, esas enormes cantidades de fondos de BGY se emplean para diversos usos, como sobornar a funcionarios locales, regular los mensajes de los medios de comunicación y controlar los recursos locales.

Un informe de 2019 publicado por el Centro Internacional de Política Cibernética del Instituto Australiano de Política Estratégica reveló que cientos de cuentas de Twitter vinculadas al PCCh para denigrar las protestas en favor de la democracia en Hong Kong se habían utilizado anteriormente para dirigirse a los críticos del gobierno chino, principalmente Guo Wengui.

Las cuentas formaban parte de una campaña de información coordinada que funcionó durante más de dos años contra Guo y el editor encarcelado Gui Minhai.

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“Esos primeros esfuerzos son un intento de dar forma al sentimiento y a la narrativa internacional en torno a estos prominentes críticos del gobierno chino y de moldearlos de tal manera que influyan la percepción que la diáspora china tiene de estos individuos”, dijo Jake Wallis, uno de los principales autores del informe.

Por su parte, el Vaticano ha estado llevando a cabo una ofensiva de seducción con el PCCh durante varios años, y en septiembre de 2018 firmó un importante acuerdo secreto con Beijing en relación con el nombramiento de obispos católicos en China.

Según el veterano periodista vaticano John L. Allen, Jr., el Vaticano no ha ahorrado esfuerzos en su intento para establecer relaciones diplomáticas completas con Beijing, una prioridad clave del papado de Francisco.

El Vaticano es “codicioso de una relación con China, y a menudo aparentemente dispuesto a sofocar las objeciones y regalar mucho” para avanzar hacia ese objetivo, escribió Allen el mes pasado.

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En resumen, “el Vaticano está avanzando a todo vapor en su cortejo a Beijing, con el premio final de relaciones diplomáticas completas, una posición legal segura para la iglesia, y asociaciones en el escenario mundial”, escribió Allen.

La propuesta del Vaticano para Pekín en 2018 fue endulzada por el lanzamiento en mayo de 2020 de una nueva edición china de la revista jesuita Civiltà Cattolica, que goza de un estatus semi-oficial en el Vaticano, señaló Allen.

La Civiltà Cattolica dijo que la nueva edición se entiende “como un gesto de amistad, dado el papel cada vez más importante que la lengua china juega en el mundo contemporáneo dentro del contexto global”.

La evaluación del Sr. Allen del cortejo del Vaticano en China coincide con lo que otros observadores del Vaticano también han observado.

Francisco sueña con ser el Papa que establezca relaciones diplomáticas con Beijing, y para lograr este objetivo está dispuesto a hacer “concesiones”, declaró el analista del Vaticano Alban Mikozy en la televisión francesa en diciembre pasado.

“El Papa Francisco es un hombre prudente”, dijo Mikozy. “Persigue un sueño: ser el soberano pontífice que restaurará las relaciones entre China y el Vaticano.”

“Para ello, está dispuesto a hacer algunas concesiones: no decir nada sobre Hong Kong, no alterarse demasiado cuando el líder chino hable de reescribir la Biblia”, añadió, en referencia a los anuncios de que el PCCh tiene la intención de retraducir la Biblia y otros textos sagrados para hacerlos conformes a la ideología socialista.

Debido a este deseo general, dijo Mikozy, el Papa está dispuesto a hacer la vista gorda ante las violaciones de la libertad religiosa y otras cuestiones de derechos humanos por parte del PCCh.

El pasado noviembre, por ejemplo, durante una conferencia de prensa durante su vuelo de regreso de Asia, el Papa reiteró su deseo de visitar China, mientras esquivaba las preguntas sobre las protestas pro-democracia de Hong Kong.

“Me gustaría ir a Beijing”, dijo Francisco. “Me encanta China”.

Según Mikozy, el silencio del Papa sobre Hong Kong sugiere que hará todo lo posible por no ofender al PCCh.

El Papa ha prodigado un gran elogio a China, insistiendo en que el gobierno comunista de China protege la libertad religiosa y que “las iglesias están llenas”.

Mientras tanto, el canciller de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales, el obispo argentino Marcelo Sánchez Sorondo, ha sostenido que la China comunista es el mejor modelo para vivir la enseñanza social católica hoy en día.

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