El Partido Comunista Chino es cada vez más agresivo en todos los frentes: diplomático, militar y comercial.

Atacó militarmente a India, amenazó a Australia, chantajeó a Canadá, y provoca serias tensiones en el Mar del Sur de China contra Japón, Taiwán, Vietnam o Malasia.

Sin embargo, el gobierno español, lejos de actuar con una sana cautela, continúa haciendo concesiones inverosímiles a la dictadura china.

A principios de junio, el ejecutivo de Pedro Sánchez concedió un exigente certificado de seguridad a la controvertida empresa china Huawei, en contra de las advertencias de la OTAN y de Estados Unidos.

Además, el gobierno permitió en pleno estado de alarma que una empresa vinculada al ejército chino compre el 75% de la gigantesca constructora española Aldesa.

Tampoco paralizó la operación de venta de dos tercios de la constructora gallega Grupo Puentes a la multinacional China Road and Bridge Corporation, que se materializó el jueves 25 de junio.

¿Qué consecuencias podría tener esta insólita actitud para España?

¿Y si un país supuestamente ‘amigo’ estuviera en guerra encubierta con nosotros?

¿Y si ese país lleva décadas trabajando en la sombra para destruir nuestros derechos y libertades?

Bienvenidos, esto es Hablemos de China.

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