Hoy miércoles 8 de julio el régimen chino anunció que impondrá restricciones en las visas a ciudadanos estadounidenses como respuesta a una medida similar tomada por EE. UU. contra los funcionarios chinos implicados en el abuso de derechos humanos hacia la población del Tíbet.

De acuerdo a lo informado por Reuters, el martes el secretario de Estado, Mike Pompeo dijo que restringiría las visas para aquellos funcionarios chinos comprometidos en obstruir los viajes al Tibet de periodistas, diplomáticos y turistas estadounidenses en relación con el abuso de los derechos humanos.

Las determinaciones asumidas tanto por parte de régimen chino así como por el gobierno estadounidense se han presentado en medio de las latentes tensiones que vienen tomando lugar entre ambas naciones.

El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Zhao Lijian, dijo:[Estados Unidos] “debería dejar de ir por el camino equivocado para evitar dañar aún más las relaciones entre China y Estados Unidos y la comunicación y cooperación entre los dos países”.

El problema en cuestión se remonta al año 1950, cuando el régimen chino envió tropas bajo la supuesta idea de establecer una ‘liberación pacífica’ en la remota región pese a que hasta ahora se ha dedicado a gobernarla con puño de hierro.

Zhao dijo que Beijing no estaba dispuesto a permitir la interferencia extranjera en los asuntos tibetanos y al mismo tiempo justificó el accionar represivo de China hacia la población tibetana asegurando se trata de “algunas medidas de protección” con los visitantes debido a la geografía y el clima del Tibet.

Según la Voz de América, Beijing ha prohibido a periodistas y extranjeros que visiten al Tíbet desde 2008 cuando la región vio un incremento en las autoinmolaciones como protestas. Hasta ahora la región bajo el poder del régimen chino ha rechazado las solicitudes de los Estados Unidos de establecer un consulado en la capital regional Lhasa.

Por su parte, el gobierno tibetano en el exilio, también conocido como la Administración Central Tibetana (CTA) hace dos semanas solicitó al Alto Comisionado de de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) llevar a cabo una revisión de las violaciones de derechos humanos impartidas por el régimen chino en el Tibet, así como en otras regiones. 

Lobsang Sangay, presidente de la CTA expresó en un comunicado:  “Instamos encarecidamente a la ACNUR y los estados miembros a que celebren una sesión especial para evaluar las violaciones de los derechos humanos que está cometiendo China y que establezcan un mandato de país del Relator Especial de la ONU sobre China para monitorear, analizar e informar anualmente sobre la situación de los derechos humanos en el Tíbet y otras regiones bajo la República Popular de China”.

Sangay dijo que durante décadas el régimen chino había estado sometiendo al pueblo tibetano, catalogando su relación con esa región como algo que no está muy lejos del “genocidio cultural”.

“Las torturas, las desapariciones forzadas y las destrucciones de monasterios llevadas a cabo por el gobierno de China contra los tibetanos son actos de crímenes contra la humanidad y no caen antes de ser categorizado como ‘genocidio cultural’”, agregó Sangay.

Por César D. Múnera

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