Imagen de portada: Chen Quanguo, secretario del PCCh de Xinjiang, asiste a una reunión del XIX Congreso del Partido Comunista en el Gran Salón del Pueblo el 19 de octubre de 2017 en Beijing, China. (Etienne Oliveau/Getty Images)

Traducido de Epoch Times y de Da Ji Yuan (versión en chino de Epoch Times) por TierraPura.org 

WASHINGTON – El 9 de julio, Estados Unidos impuso sanciones a funcionarios chinos, incluyendo a un miembro del poderoso Politburó del Partido Comunista Chino (PCCh), acusándolos de graves abusos de los derechos humanos contra las minorías religiosas, una medida que probablemente aumentará las tensiones entre Washington y Beijing.

La administración de Donald Trump se dirigió al Secretario del Comité del Partido de la región de Xinjiang, Chen Quanguo, convirtiéndolo en el funcionario chino de mayor rango al que se impusieron sanciones estadounidenses, y a la Oficina de Seguridad Pública de la región de Xinjiang (similar a la fuerza policial). La medida se produce en medio de las ya altas tensiones entre Washington y Beijing por el manejo de la pandemia del coronavirus por parte de China y su mayor control sobre Hong Kong.

“Estados Unidos hace un llamamiento al mundo para que se oponga a los actos del PCCh contra sus propias comunidades minoritarias en Xinjiang, incluyendo la detención arbitraria masiva, el trabajo forzado, la persecución religiosa y el control forzado de la natalidad y la esterilización”, dijo un funcionario de la Casa Blanca.

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La Organización de las Naciones Unidas estima que más de un millón de musulmanes uigures han sido detenidos en campos de concentración en la región de Xinjiang. Los sobrevivientes dijeron que experimentaron torturas, violaciones y adoctrinamiento político mientras estaban detenidos. Se presionó a los detenidos uigures para que suprimieran su cultura e idioma nativos y se les obligó a denunciar su fe y a jurar lealtad al PCCh.

Las sanciones se imponen en virtud de la Ley Global Magnitsky, una ley federal que permite al gobierno de los Estados Unidos dirigirse a los violadores de los derechos humanos en todo el mundo con la congelación de todos los activos de los Estados Unidos, la prohibición de viajar a los Estados Unidos y la prohibición de que los estadounidenses hagan negocios con ellos.

La Embajada china en Washington no ha emitido una respuesta a tales comentarios.

El régimen chino ha negado continuamente el maltrato del grupo minoritario y afirma que los campos de internamiento proporcionan formación profesional y son necesarios para luchar contra el extremismo.

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El PCCh ha utilizado la excusa de posibles “amenazas extremistas” para justificar su estricta vigilancia de los uigures y otros grupos minoritarios musulmanes en la región de Xinjiang.

En Xinjiang, los practicantes de Falun Gong, una disciplina espiritual de la Escuela Buda, y la comunidad uigur son los grupos más afectados. La persecución del régimen comunista contra Falun Gong – también conocida como Falun Dafa – ha durado 21 años y ha involucrado a decenas de millones de practicantes en todo el país, con horribles crímenes de sustracción de órganos cometidos directamente contra sus practicantes. 

En los últimos años, los practicantes de Falun Gong han presentado a los gobiernos de los Estados Unidos, del Reino Unido, Canadá, Australia y otros países, una lista de los perseguidores de la disciplina espiritual y los hechos de sus crímenes. Por lo tanto, al considerar la posibilidad de sancionar a los funcionarios del PCCh, los Estados Unidos y otros países deben preocuparse por sus actitudes y acciones hacia Falun Gong.

Las sanciones impuestas fueron a: Chen, miembro del poderoso Politburó de China, un órgano de 25 miembros de los más altos funcionarios del Partido; Zhu Hailun, ex subsecretario del Partido; Wang Mingshan, director y secretario del Partido de la Oficina de Seguridad Pública de Xinjiang; y el ex secretario del Partido de la Oficina Huo Liujun.

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El Secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, dijo en una declaración que también estaba imponiendo nuevas restricciones de visado a Chen, Zhu y Wang, impidiendo que ellos y sus familiares directos pudieran viajar a los Estados Unidos.

El Departamento del Tesoro de Estados Unidos dijo que Chen, el funcionario chino de más alto rango al que se le impusieron sanciones, implementó “un programa integral de vigilancia, detención y adoctrinamiento en Xinjiang, dirigido a los uigures y otras minorías étnicas” a través de la Oficina de Seguridad Pública de Xinjiang.

Chen dejó su huella rápidamente después de asumir el cargo más importante en Xinjiang en 2016, con manifestaciones masivas “antiterroristas” realizadas en las ciudades más grandes de la región en las que participaron decenas de miles de tropas paramilitares y policías. Se le considera el funcionario superior responsable de la supresión de los uigures en Xinjiang.

En octubre de 2019, el Departamento de Estado anunció restricciones de visado a los funcionarios del Partido que creía responsables de los abusos en Xinjiang, pero no dijo si incluían a Chen.

El régimen chino amenazó con tomar represalias después de que el Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, firmara en junio un proyecto de ley que estipula sanciones por la represión de los uigures.

“Estados Unidos se ha comprometido a utilizar toda la amplitud de sus poderes financieros para hacer que los violadores de los derechos humanos rindan cuentas en Xinjiang y en todo el mundo”, dijo el Secretario del Tesoro Steven Mnuchin en un comunicado.

La importancia de las sanciones de EE.UU.

Por primera vez, estas sanciones de EE.UU. se dirigen a los miembros del Politburó del Partido Comunista Chino, una señal de la escalada que asusta a los altos funcionarios del Partido. Además, se sancionó a un exfuncionario. Esto demuestra que cualquier persona, ya sea en el cargo o no, debe ser responsable de sus crímenes pasados.

Muchos ciudadanos chinos aplaudieron la nueva acción de los Estados Unidos. Un internauta comentó: “Este tipo de sanción es un verdadero martillazo, y realmente herirá a los altos funcionarios del partido malvado que siguen los malos caminos del Partido Comunista Chino”. 

Si EE.UU. publica los números reales de la riqueza del pueblo chino que los malhechores trasladan al extranjero, será el último martillazo para acabar con el malévolo PCCh.

Durante décadas, el PCCh ha cometido abusos generalizados y persistentes de los derechos humanos, y un gran número de funcionarios ha participado activa o pasivamente en la persecución de los derechos humanos, convirtiéndose en asesinos o cómplices.

Por consiguiente, el número de personas que pueden ser objeto de sanciones extranjeras es bastante considerable. ¿El siguiente paso de los EE.UU. será sancionar al Comité Permanente del Politburó? ¿Qué funcionarios serán castigados bajo la Ley de Autonomía de Hong Kong? Hoy en día, los perpetradores y sus familias viven con miedo e incluso será difícil que los medios de comunicación del PCCh “se salven”.

Ahora, la pandemia y la aplicación de la Ley de Seguridad Nacional de Hong Kong han despertado a muchos gobiernos sobre el mal y el peligro del PCCh y comenzaron a ajustar su política hacia el régimen chino, uniéndose a la tendencia  anticomunista liderada por los Estados Unidos. El Partido Comunista Chino seguramente se enfrentará a una mayor presión y resistencia, y vendrán más sanciones sustanciales.

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