En el escalamiento de sanciones entre EE. UU. y el régimen chino, este último se encontraría en desventaja, dado que perdería la entrada de inversiones tan necesarias para su reactivación económica ralentizada por los efectos del virus PCCh (Partido Comunista de China).

Esta sería una explicación posible a la demora de la esperada represalia del PCCh por las sanciones del Departamento de Comercio de EE.UU. a varias empresas vinculadas al régimen, entre ellas la multinacional de telecomunicaciones Huawei, según el medio South China Morning Post (SCMP) del 21 de julio.

Luego de que el régimen chino advirtiera que preparaba una Lista de Entidades No Fiables y susceptibles de ser sancionadas, entre las que se encontraba el mayor contratista militar del mundo, Lockheed Martin, aquel no parece tener prisa en completar los detalles que hagan regir los castigos.

“Dada esta discrepancia, es bueno para China mantener los detalles de la sanción vagos. Sino, las futuras acciones contra los EE.UU. serán predecibles, y eso hará que China sea pasiva en la estrategia y en las tácticas”, comentó al respecto Shi Yinhong, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Renmin de China y asesor del Consejo de Estado de China, el gabinete del gobierno, de acuerdo con SCMP.

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De este modo, el régimen chino tendría que emplear una estrategia muy cuidadosa que le permita perjudicar a las empresas estadounidenses sin afectar negativamente sus propios intereses.

Otras empresas que podrían ser objeto de las represalias del PCCh serían Honeywell, Oshkosh, General Dynamics y su subsidiaria Gulfstream Aerospace, mencionadas anteriormente por los medios oficiales del régimen comunista. 

Asimismo, a pesar de que el régimen chino avisó que sancionaría a Boeing por vender armas a Taiwán, ha seguido comprándole aviones comerciales y componentes para su propia industria aeronáutica, de manera ininterrumpida.

Aunque en algunas ocasiones el PCCh ha mostrado reciprocidad en cuanto a las sanciones con las que lo ha penalizado Estados Unidos, una suspensión del flujo de capitales sería catastrófica.

La Administración Trump ha tomado varias medidas para responder a los conflictos generados por el régimen chino, entre los que se incluyen la guerra comercial, la pandemia del Virus PCCh, las disputas territoriales en el Mar del Sur de China, la nueva ley de seguridad nacional en Hong Kong, la venta de armas a Taiwán y las numerosas y graves violaciones a los derechos humanos.

Si bien subsiste la incertidumbre en cuanto a la regularización de la relaciones del régimen chino con Estados Unidos, una reunión del secretario de Estado de EE. UU., Mike Pompeo, con altos funcionarios del PCCh en Londres apunta a la continuidad de las conversaciones.  

“Pensamos que el mundo entero debe colaborar para garantizar que todos los países, incluida China, se comporten en el sistema internacional de manera adecuada y coherente con el orden internacional”, dijo Pompeo el 21 de julio, según un reporte de prensa del Departamento de Estado de Estados Unidos. 

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