«Nos fuimos de Cuba por el socialismo, cuidado con lo que desean», decía uno de los carteles sostenido por los cubanos

En diversas ciudades de Estados Unidos miembros de la comunidad cubana enfrentaron a Black Lives Matter (BLM), organización a la que acusan de ser portadora de la misma ideología y sistema político del que ellos se vieron obligados a escapar: el socialismo.

Esta vez sucedió en la capital del estado de Kentucky, Louisville, donde los cubanos de la zona protestaron públicamente ante miembros de BLM quienes les exigían a los negocios locales en la zona conocida como NuLu adoptar las siguientes medidas:

  • «Representar adecuadamente a la población negra de Louisville con un mínimo del 23 % de personal negro;
  • comprar un mínimo del 23 % de inventario de los minoristas negros o haga una donación mensual recurrente del 1,5 % de las ventas netas a una organización u organización local negra sin fines de lucro;
  • requerir capacitación de diversidad e inclusión para todos los miembros del personal cada dos años;
  • y muestre una señal visible que aumente la conciencia y muestre apoyo al movimiento de reparaciones».

«Los frentes de sus tiendas van a ser ****», en caso de no cumplir con dichas exigencias, le dijeron miembros de BLM al cubano Fernando Martínez, dueño de «La Bodeguita de Mima». Martínez ha denunciado públicamente las demandas en Facebook, calificándolas de «tácticas de la mafia» utilizadas para intimidar a los dueños de negocios.

«Llega un momento en la vida en el que tienes que defenderte y tienes que demostrar realmente tus convicciones y en lo que crees», escribió Martínez en Facebook. «Toda buena gente necesita denunciar esto. ¿Cómo puedes justificar la injusticia con más injusticia?».

«Nos fuimos de Cuba por el socialismo, cuidado con lo que desean», decía uno de los carteles sostenidos por los cubanos que se solidarizaron con su compatriota. «No al socialismo», decía otro.

En contraposición al lema Black Lives Matter (las vidas negras importan), la comunidad cubana elevó la consigna «justicia para todos». Apelaron incluso a la consigna libertaria «Somos personas pacíficas, pero no nos pise». Esto implica que no iniciarían ninguna agresión, pero resalta su derecho a la legítima defensa en caso de ser atacados; derecho garantizado por la segunda enmienda de la Constitución de EE. UU.

Reparaciones a través del socialismo racial

La plataforma M4BL (Movement for Black Lives), que BLM respalda, exige «reparaciones por daños pasados ​​y continuos, incluidas reparaciones corporativas y gubernamentales por una letanía de enfermedades que incluyen apartheid alimentario y capitalismo racializado. Las reparaciones gubernamentales tomarán la forma de un ingreso mínimo garantizado para todas las personas negras».

Es decir, BLM muestra cómo su causa no se trata de reducir la violencia policial hacia la población negra, como alegó hasta ahora. Su siguiente objetivo es regular los medios de producción y hacerlo no con igualdad entre todos los ciudadanos, sino agregando un tono racial a la lucha de clases del socialismo, entre proletarios y burgueses.

BLM promueve el socialismo, tal es así que Patricia Cullors, una de las tres fundadoras de BLM, refiriéndose a ella y a la cofundadora Alicia Garza, dijo: «Somos marxistas entrenadas». Mientras que la tercera fundadora, Opal Tometi, viajó personalmente a Venezuela como observadora internacional de las elecciones parlamentarias del 2015. Tanto a título propio como en nombre de BLM, Tometi publicó una declaración donde enaltece al socialismo del siglo XXI y llama «contrarrevolucionarios» a los venezolanos opositores al régimen.

Tometi también formó parte de la Cumbre de Líderes Afrodescendiente celebrada en Harlem, EE. UU., donde Nicolás Maduro fue condecorado. De modo que mientras BLM alega marchar contra la represión policial en EE. UU. ha respaldado públicamente a un tirano que asesina y reprime a quienes levanten su voz contra el régimen socialista en Venezuela.

Por ello también hubo y hay venezolanos presentes en las contraprotestas que buscan desenmascarar a la organización BLM como instrumento del socialismo en varias ciudades de EE. UU.

En Miami, por ejemplo, donde la estatua de Cristóbal Colón fue manchada con la hoz y el martillo del comunismo, los exiliados de regímenes socialistas (también cubanos) gritaron eufóricamente «Abajo el comunismo».

https://twitter.com/MariaHerreraMe/status/1272163742432845824

Fue su respuesta al clamor del expreso político cubano (cautivo durante 17 años) Jorge Luis García Pérez, mejor conocido como Antúnez: «Viva la libertad. Viva Hispanoamérica. Viva Cuba Libre. Abajo los enemigos de Hispanoamérica».

Junto a los exiliados también había españoles en rechazo a BLM por la destrucción perpetrada contra monumentos comunes a todos los hispanos. Pues fiel al discurso marxista «en la sociedad burguesa el pasado domina el presente, en la sociedad comunista el presente domina el pasado». Por ello es tan importante para sus fines políticos la destrucción del pasado.

En lugar de integrar a los hispanos de todos los colores, BLM los expulsa. Y no busca un trato con igualdad ante la ley para las personas negras, sino condiciones especiales, dado que el socialismo es colectivista.

Contrario al sueño de Martin Luther King Jr, donde sus hijos no serían juzgados por el color de su piel, BLM exige que en EE. UU. el color de piel asigne derechos y persigue a quien se oponga.

Fuente: Panampost.com

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