La Dra. Li-Meng Yan es la respetada viróloga e investigadora de China que trabajaba en Hong Kong y que huyó a EE. UU. en abril de este año para revelar el encubrimiento por parte del régimen chino sobre la transmisión del coronavirus. Ella habló recientemente en el programa War Room del presentador Steve Bannon, exestratega de la Casa Blanca en la Administración Trump.

Durante la entrevista, Bannon le preguntó a la Dra. Yan por qué los líderes del Partido Comunista chino (PCCh) no se enfermaron del COVID-19. La especialista reveló el secreto: el PCCh ya sabía hace tiempo que la hidroxicloroquina (HCQ) alivia los síntomas de la infección del coronavirus y por eso indicó que los altos funcionarios del régimen, al igual que algunos médicos de hospitales militares, están tomándolo.

Pero no todos los chinos conocen esta importante información, ni siquiera se ha compartido con el personal médico que está en la primera línea enfrentando altos riesgos. Este es un claro ejemplo de cómo se maneja la información bajo el comunismo, haciéndola trascender solo entre círculos exclusivos, para usarla con motivos ulteriores. El hecho es que al PCCh no le importan las vidas del pueblo.

La Dra. Yan explicó que la HCQ se ha utilizado durante años para combatir la malaria. Es un remedio antiguo.

De hecho los europeos usaban quinina (alcaloide del que proviene la HCQ) para protegerse de enfermedades en su búsqueda de colonias en el siglo XIX. Así también, los japoneses usaban quinina, cuando ocupaban Taiwán el fin del siglo XVIII, que sacaron de la corteza del árbol cinchona, originario de Sudamérica. Lo llamaban “corteza de quinina” y lo usaban para combatir la malaria durante su ocupación de Taiwán entre 1895 hasta 1945.

Es de conocimiento común que los chinos ya habían encontrado en 2005 que la HCQ resulta muy eficaz para el tratamiento del SARS. ¿Fue por la HCQ que el SARS desapareció antes de la producción de una vacuna? No se sabe, pero sin dudas los grandes financistas de vacunas tomaron nota de lo que sucedió con el SARS, ya que perdieron mucho dinero invirtiendo en la búsqueda de una vacuna. Es por esto que ahora, ellos y las grandes farmacéuticas, incluso los líderes del PCCh -aunque ellos mismos lo toman como medicina preventiva-, niegan los efectos benéficos de la HCQ y sabotean fuertemente su reputación, porque es un medicamento accesible -muy barato- y no tiene efectos secundarios serios.

La Dra. Yan señaló que no es difícil para cualquier médico o profesional de la salud reconocer el efecto terapéutico de la HCQ. En diálogo con Bannon, ella manifestó sus dudas acerca de los datos clínicos publicados sobre el eventual peligro e inefectividad de la HCQ. “No hay duda de que los datos clínicos proporcionados por empresas de no profesionales son falsos”, indicó.

“La hidroxicloroquina en realidad tiene un efecto muy bueno sobre el daño causado por el virus al cuerpo humano, y puede atacar efectivamente varios mecanismos patogénicos del virus”, aseguró.

La Dra. Li-Meng Yan prestando su declaración para el programa War Room

La Dra. Yan explicó que se puede tomar HCQ por largo tiempo, incluso las embarazadas y los niños.

De hecho, reveló que ella misma ahora toma hidroxicloroquina todos los días como método preventivo.

El gran crimen de encubrimiento

¿Por qué el PCCh no publica esta información sobre la HCQ? La Dra. Li-Meng Yan dijo: “Él [el PCCh] quiere hacer creer a la gente que el virus del PCCh [virus del partido comunista chino] no tiene cura ni medicamento específico. El PCCh no quiere que se conozca este medicamento. No quiere que el virus se vuelva impotente con un medicamento porque el virus de Wuhan causará daños a la economía global y la salud pública”.

Es claro que el éxito de la HCQ destruiría el negocio de todas las provisiones médicas que China está sacando rápidamente y vendiendo al resto del mundo. Inclusive arruinaría la venta de una eventual vacuna a la comunidad internacional.

Por eso, la Dra. Yan dijo que el desarrollo de la vacuna involucra una enorme cadena de intereses. Por lo tanto, el PCCh hace todo lo posible para ocultar esta información y engañar al mundo, incluso a expensas de la vida humana.

CanSino Biologics en Hong Kong

En octubre 2019, las acciones de CanSino Biologics en Hong Kong de repente comenzaron a subir, y siguen en ascenso hasta hoy. La suba de las acciones, se dice, fue porque circuló la información de que la compañía estaba desarrollando una vacuna para el coronavirus. ¿Ya en octubre de 2019 se sabía de una pandemia por un nuevo coronavirus?

CanSino Biologics fue fundada en 2009 en Tianjin, China. En julio de 2018, la empresa presentó una solicitud para cotizar en la Bolsa de Hong Kong. Debutó el 28 de marzo de 2019 con un aumento del 59%, la mayor ganancia comercial del primer día en Hong Kong desde 2017.

La compañía tiene una cartera de vacunas bajo investigación que incluye Ad5-nCoV para COVID-19, que fue desarrollada conjuntamente con el Instituto de Biotecnología de la Academia de Ciencias Médicas Militares del Ejército Popular de Liberación (EPL).

CanSino trabaja con un equipo chino liderado por la general Chen Wei del EPL. Ella fue la persona designada para ir a Wuhan en febrero de este año con el fin de destruir todas las pruebas en el laboratorio de virología de Wuhan.

La Dra. Yan cuestiona la prohibición de HCQ y el rol de la OMS

La Dra. Yan dijo que muchos médicos en distintas partes del mundo están indignados y se sienten impotentes frente a las leyes que prohíben el uso de HCQ. En ese sentido, aseguró que el otro cómplice criminal en esto es la Organización Mundial de la Salud (OMS), que pidió el cese inmediato de los ensayos clínicos de hidroxicloroquina.

Muchas naciones se han dado cuenta que los funcionarios corruptos del organismo -que depende de Naciones Unidas- usan el dinero de muchos países para hacerse ricos ellos mismos, dando poder total al PCCh y haciendo caso omiso de las vidas alrededor del mundo, a las cuales es su misión cuidar y sanar.

Es increíble para el mundo y los profesionales médicos que los gobernantes, las industrias farmacéuticas, los financistas de las vacunas y los altos funcionarios de los Centros de Control de Enfermedades puedan decidir sobre las vidas de la gente alrededor del mundo por sus lucrativos negocios y otras agendas. Incluso ni los profesionales médicos en primera línea tienen accesso al HCQ para protegerse a sí mismos. Es un crimen que las autoridades y profesionales prohíban el uso de HCQ, que se ha demostrado que es efectivo para el tratamiento y la prevención del virus.

Ya en marzo de este año, un equipo de investigación francés dirigido por el reconocido epidemiólogo Dr. Didier Raoult publicó sus hallazgos con la HCQ.

El Dr. Raoult administró hidroxicloroquina y azitromicina a 80 pacientes y observó una mejoría en cada caso, excepto en un paciente muy enfermo de 86 años.

Hoy hay más de cinco estudios globales que respaldan los hallazgos del médico de que la HCQ es un tratamiento barato y muy efectivo para el coronavirus. Desafortunadamente, este no es el deseo de grandes farmacéuticas que esperan obtener enormes ganancias por otros medicamentos caros como el remdsivir o el lotto grande, una vacuna que además se tiene que administrar más de una vez y de manera regular. Incluso se sabe que Raoult fue amenazado de muerte por alguien que ha recibido gran cantidad de dinero de un laboratorio y siente su fortuna amenazada por la propagación de HCQ.

Mientras tanto India, Egipto, Bolivia, Taiwán y Corea del Sur, entre otros países, han utilizado la hidroxicloroquina como medicamento terapéutico y han logrado un destacado éxito en la lucha contra la epidemia, con muy pocas muertes. Un ejemplo de ello es Taiwán. El Centro de Comando Epidémico Central del país asiático anunció el 26 de marzo que los pacientes podían usar hidroxicloroquina siempre que esta sea aprobada por un médico. En ese entonces, Taiwán tenía siete muertes por coronavirus y, desde aquel momento, no registró más fallecidos.

“¿Entonces, por qué no se recomienda este medicamento en Estados Unidos, China y otros países?”, se preguntó la Dra. Yan, al mismo tiempo que afirmó que, bajo la situación actual, se puede decir con certeza que la hidroxicloroquina es el mejor medicamento para el tratamiento y la prevención del virus.

Algunos expertos médicos que se oponen al uso de hidroxicloroquina dicen que tomarla podría causar efectos secundarios. Al respecto, la Dra. Yan dijo que todas las drogas tienen efectos secundarios, y la HCQ no es la excepción. Sin embargo, esta no es una razón válida para oponerse al uso de ellas. En este sentido, sugirió que los pacientes con problemas cardíacos deberían consultar a su médico sobre el método más conveniente de administración.

¿Dónde está el derecho humano básico de que cada persona pueda decidir qué medicamento tomar? En este sentido, se puede decir que el eslogan de los liberales es muy acertado: “es mi cuerpo, es mi vida”. Esta prohibición no tiene justificación y se vuelve más evidente al tener en cuenta que la HCQ se viene usando desde hace años, que no ha ocasionado ningún problema y que además es fácil y económico para producir.  

Pero la política internacional, la agenda de los regímenes totalitarios y la avaricia pueden prohibir que millones de personas decidan por sí mismas qué tratamiento llevar para combatir el coronavirus, y salvar sus vidas. A la luz de los hechos, el PCCh y algunos poderes globalistas pueden decidir que lo mejor para todo el mundo es esperar a una vacuna en lugar de que la gente prevenga la enfermedad y se cure de esta con un medicamento tradicional y barato.

Por  Cristl Karten

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