Publicado originalmente en Minghui.org 

En China, el primer congreso nacional del partido comunista chino (PCCh) llevado a cabo en julio de 1921 fue considerado el evento clave en el establecimiento del PCCh. Los escritos al respecto usualmente incluyen los nombres de sus 15 participantes y, a veces, sus fotografías.

Lo que el público desconoce es que, de esas 15 personas, solo dos pudieron continuar creyendo en el comunismo sin contratiempos. El resto abandonó las ideas comunistas muy pronto o se convirtió en víctima de las luchas políticas internas del comunismo.

Aquí revisaremos las experiencias de tres de los líderes supremos del PCCh.

El primer secretario general del partido

Siguiendo el sistema de la Unión Soviética, el puesto más alto del PCCh es el de secretario general. El primer secretario general, Chen Duxiu, fue considerado el fundador del PCCh.

Trabajando como decano en la reconocida Universidad de Beijing, Chen, junto a otros buscaban una nueva salida para China. Con el apoyo de la Unión Soviética, Chen, se convirtió en el primer secretario general e inició el PCCh bajo la dirección del partido comunista soviético (PCS).

Sin embargo, influenciado por la cultura tradicional china, Chen, a menudo estaba en desacuerdo con la dirección del partido. Cuando el PCS instruyó a los líderes del PCCh para que se unieran al Kuomintang (Partido Nacionalista Chino) para sobrevivir y crecer, Chen se opuso, citando las diferencias ideológicas entre ambos. Más tarde se rendiría y se convertiría en miembro del Kuomintang, al igual que otros líderes del PCCh. No obstante, crecieron las tensiones, las cuales condujeron a que el PCS lo destituyera en julio de 1927.

En 1929, durante un conflicto entre China y la Unión Soviética, por el ferrocarril del noreste de China, los líderes del PCCh propusieron apoyar al PCS al precio de sacrificar los intereses del pueblo chino. Chen, se opuso a esta idea y fue expulsado del PCCh en noviembre de 1929.

Después de ser arrestado por el Kuomintang en octubre de 1932, Chen, estudió la cultura tradicional china en la cárcel y decidió abandonar el comunismo. En una carta de marzo de 1938, dijo que el PCCh había hecho todo lo posible para avanzar en su propia agenda. “Los que te escuchan son soldados, mientras que los que tienen opiniones diferentes se consideran traidores. ¿Alguna vez ha tenido en consideración los valores morales?”.

En 1940, Chen, escribió: “La dictadura del proletariado no existe, ya que solo conduce a la dictadura del partido o del líder del partido. Cualquier dictadura causa brutalidad, encubrimiento, engaño, soborno y corrupción”.

Un líder del PCCh que siempre usó una “máscara”

Qu Qiubai, otro de los asistentes al primer congreso nacional, reemplazó a Chen como líder supremo después de la destitución de Chen, en 1927. Entre 1928 y 1930, también representó al PCCh en la Internacional Comunista. Sin embargo, debido a las luchas políticas, fue destituido en 1931 y, en febrero de 1935, el Kuomintang lo arrestó.

En junio de 1935, un mes antes de su ejecución,  Qu, escribió un largo artículo titulado: “Palabras superfluas”. Dijo que había sido un error que él se convirtiera en el líder supremo del PCCh porque no era más que un simple intelectual. Aunque solo tenía 36 años, se encontraba muy cansado, sin ambición ni ningún interés en la política o el entretenimiento.

A lo largo de su vida, Qu, rara vez leyó algún libro sobre el marxismo. Durante las reuniones, aprendió a ser políticamente inteligente y a no decantarse por sus propias decisiones. Aun así, fue criticado. Todas estas críticas lo confundieron aún más. En consecuencia, se alegraba cuando los demás desempeñaban los roles dominantes. Dijo que podía usar su poco conocimiento del marxismo para analizar cuestiones, pero la metodología en sí misma podría ser antimarxista, ya que no conocía otras ideas.

Además, Qu, decía que le faltaba confianza en sí mismo y que siempre dependía de los demás. Su personalidad no lo calificaba para ser un comunista y le resultaba doloroso interpretar los papeles que desempeñaba. Por eso se alegró cuando sus compañeros lo llamaron traidor; su corazón los había abandonado mucho antes de aquello.

Qu, describió que ejercer sus roles en el PCCh era como actuar en un escenario; que se mostraba diferente de su verdadero yo. No era franco con los demás, ni siquiera con su esposa. “Durante años, siempre usé una máscara. Estoy muy feliz de deshacerme de ella”, afirmó.

Una declaración de renuncia al PCCh

Zhang Guotao, también era un alto cargo de la organización del PCCh. Fue el presidente del Primer Congreso Nacional en 1921. Además, fue el único líder supremo chino que conoció a Vladimir Lenin en persona.

Zhang, una vez tuvo un poder incomparable en el partido. Por ejemplo, cuando las tropas del Ejército Rojo se reunieron en 1935 después de la Gran Marcha, el Cuarto Ejército del Frente de Zhang tenía casi 80.000 soldados, mientras que el primer ejército del frente de Mao Zedong y otros líderes superiores reunían a menos de 30.000. En los conflictos internos que siguieron, en 1936, sin embargo, fue despojado de su papel de liderazgo. Gran parte de sus tropas también fueron destruidas, casi en su totalidad. Mao y otros líderes importantes lanzaron numerosos ataques contra él.

Como la situación se deterioraba, Zhang, huyó en abril de 1938 y se pasó al Kuomintang el 2 de abril de 1939. Tres días después, anunció su renuncia al PCCh. Dijo que había cometido un error uniéndose al PCCh. De hecho, las acciones del PCCh ya iban en contra de los intereses del pueblo chino y se había convertido en una organización de constantes conspiraciones y disturbios.

En 1948, Zhang lanzó la revista Chuangjin en Shanghái. Escribió numerosos artículos en los que afirmaba que el PCCh “se centraba en las luchas de poder”, “no se preocupaba en absoluto por los valores morales o el país” y “trataba a los ciudadanos como basura”. También predijo: “Si el PCCh tiene éxito, el gobierno militar conducirá inevitablemente a una política totalitaria”. Su predicción se hizo realidad en poco tiempo.

Zhang tuvo suerte, no solo porque siguió su conciencia y dejó de seguir al PCCh, sino porque al hacerlo, también evitó convertirse en víctima de las innumerables luchas políticas internas del partido. Los principales líderes como Liu Shaoqi (expresidente de China) y Peng Dehuai (el general más consumado) murieron todos, miserablemente, después de sufrir humillación e innumerables tipos de maltrato.

Lecciones de la Unión Soviética

El establecimiento del PCCh se produjo, en gran parte, gracias a la ayuda de la Unión Soviética. Han pasado casi 30 años desde que tuvo lugar la disolución de la Unión Soviética en 1991, pero la tiranía del comunismo aún continúa en China.

El PCCh ha crecido significativamente en las últimas décadas. Buscando el fin de la guerra fría, Occidente invirtió con fuerza en China, esperando que la mejora económica condujera a la democracia y la apertura política. Sin embargo, con la masacre de la Plaza de Tiananmen de 1989, el PCCh demostró que continuaría dominando China con violencia y mentiras.

Desde entonces, el apoyo continuado de los países occidentales, incluida la admisión de China en la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001, impulsó la economía de China, dándole al PCCh más influencia para intensificar su censura, su manipulación de la opinión pública y su represión de los derechos humanos. Un ejemplo es la persecución a Falun Dafa, una disciplina de meditación basada en los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, la cual sucede desde julio de 1999.

Boris Yeltsin, exlíder de la Unión Soviética, anunció su renuncia al PCS durante el 28.º Congreso del partido comunista, el 12 de julio de 1990. “Como la figura elegida suprema de la república, solo puedo subordinarme a la voluntad del pueblo y a la de sus representantes elegidos. Por eso anuncio mi renuncia al partido comunista de la Unión Soviética”, señaló frente a los miembros del partido.

Con la disolución de la Unión Soviética, la gente también reflexionó sobre la historia y las tragedias como las que se describen en El archipiélago Gulag. Mikhail Gorbachev, quien puso fin al PCS en 1991, recordó este proceso de disolución durante una entrevista con The Guardian en 2011.

Cuando se le pidió que mencionara las cosas que más lamentaba, respondió sin dudarlo: “El hecho es que me demoré demasiado en intentar reformar al partido comunista”. Dijo que el partido se había convertido en un obstáculo para todos los cambios necesarios que necesitaba el país. El artículo se tituló “Mikhail Gorbachev: debería haber abandonado antes el partido comunista (Mikhail Gorbachev: I should have abandoned the Communist party earlier)”.

Después de que se publicara los Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista en 2004, más de 361 millones de personas han renunciado a su membresía tanto actual como previa a las organizaciones del PCCh. ¿Cuánto debe pasar hasta que el pueblo chino recupere su libertad? El tiempo lo dirá.

Fuente: Minghui.org

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