El Partido Comunista de China (PCCh) está usando la pandemia del coronavirus de Wuhan, como una excusa para impedir el culto cristiano, según un nuevo informe.

En un ejemplo citado en el informe del viernes de UCANews, en China los oficiales del PCCh impidieron que cientos de cristianos en iglesias no controladas por el régimen, celebraran la Fiesta de la Asunción el 15 de agosto.

Para los ortodoxos y católicos orientales, la Asunción es considerada una de las principales celebraciones junto con la Pascua y la Navidad.

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Durante este período, todos los fieles se reúnen en sus iglesias parroquiales  para  celebrar liturgias solemnes.

Sin embargo, al principio de la pandemia, el Partido Comunista Chino en el poder empezó a utilizar la crisis como excusa para reforzar su control sobre las actividades religiosas, arrasando algunas iglesias y poniendo otras bajo una fuerte vigilancia.

En febrero, la Oficina de Asuntos Religiosos de la provincia nororiental de Jilin emitió un documento en el que pedía a las autoridades que “rectificaran” las iglesias domésticas, que el gobierno considera ilegales, según Breitbart.

El documento instruía a los funcionarios locales para que investigaran los hogares-cultos y recogieran información sobre “cuándo se establecieron, quiénes están a cargo de ellos y cuán grandes son las congregaciones”, como primer paso para clausurarlos por completo, según un informe de Bitter Winter.

“China se está presentando ahora como un modelo de lucha contra el coronavirus”, dijo en su momento Todd Nettleton, portavoz de la organización sin ánimo de lucro, Voz de los Mártires (VOM).

“Pero la lucha contra la pandemia no ha impedido que los funcionarios comunistas asedien a los cristianos”.

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Los oficiales chinos emitieron órdenes que efectivamente prohíben los servicios religiosos “no registrados” por razones de salud pública.

Como la propagación del virus ha sido contenida, China ya ha abierto la mayoría de los principales lugares públicos, incluidos los cines, desde que se cerraron anteriormente, pero han mantenido cerradas la mayoría de las iglesias, argumentando la preocupación por la salud.

Esto es especialmente cierto en las iglesias que pertenecen a la Iglesia Católica no oficial, o ‘clandestina’, y este agosto, la mayoría de estas iglesias en Shenyang, provincia de Liaoning, han permanecido cerradas.

Algunos sacerdotes clandestinos, según se informa, se rebelaron silenciosamente contra las órdenes, celebrando misas para grupos más pequeños en casas privadas de los fieles.

“El sacerdote celebró misas en varios lugares, cada una con unas 10 personas”, dijo Teresa Jia, una cristiana ‘clandestina’, en referencia a su propia situación.

“Las cosas están mejor en Shenyang, donde no hay conflictos entre las iglesias clandestinas y las abiertas.”

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La Sra. Jia dijo que a veces asiste a misas en la iglesia abierta del estado, pero señaló que durante la epidemia, “el gobierno también ha endurecido las restricciones en las iglesias abiertas”.

Paul Lu, un sacristán de una iglesia del norte de China, dijo que los funcionarios del gobierno han utilizado los cierres para tratar de obligar a los sacerdotes católicos ‘clandestinos’ a unirse a la iglesia oficial, amenazando con cerrar sus iglesias parroquiales si no cumplen.

Lu dijo que las autoridades cerraron su propia iglesia el 9 de agosto y la mantuvieron cerrada para la fiesta del 15 de agosto, diciendo que necesitaban llevar a cabo controles epidémicos.

“Esto es obviamente el gobierno amenazando al sacerdote para que se una a la Asociación Patriótica Católica China”, dijo Lu.

En la provincia norteña de Anhui, las autoridades cerraron varias iglesias no controladas por el régimen, supuestamente por razones de la pandemia, pero permitieron que la iglesia autorizada por el estado siguiera celebrando misas.

Como resultado, muchos católicos se vieron obligados a asistir a misa en la iglesia estatal.

Incluso en los casos en que se ha permitido a las iglesias celebrar servicios litúrgicos, los funcionarios del Estado se paran a la entrada, restringiendo el número de personas a las que se les permite entrar en la iglesia, dijeron los testigos.

Ya no se permite a los niños asistir a los servicios de la iglesia en absoluto.

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