Esta semana el Comité Central del PCCh emitió un conjunto de directrices para fortalecer al Departamento de Trabajo del Frente Unido (UFWD), involucrando forzosamente al sector privado. El UFWD funciona desde la era de Mao y encarna los sueños comunistas de Xi Jinping.

El presidente Xi Jinping emitió una serie de “instrucciones importantes” a todas las divisiones nacionales y regionales del Partido Comunista Chino (PCCh) para impulsar su control sobre las pocas empresas privadas que hay en el país.

El objetivo enunciado es ‘rejuvenecer’ a la Nación y obtener un monopolio del liderazgo del Estado en los negocios.

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A partir de la aplicación de las nuevas directrices del gobierno, todas las empresas necesitarán tener una cantidad establecida de empleados del PCCh para “impulsar el cumplimiento de la ley y los estándares morales”.

Esta noticia fue transmitida por CCTV Evening News el miércoles, donde se reveló y publicó el plan detallado en una declaración de 5.000 palabras donde se presentaba la “necesidad” de mejorar el control del PCCh sobre la empresa privada y los empresarios a través del Departamento de Trabajo del Frente Unido (UFWD).

China ya ha presentado más de 100 medidas desde mayo para avanzar sobre la iniciativa privada en el país, buscando siempre “mejorar el liderazgo del PCCh sobre la economía privada acercando a los empresarios y orientándolos a tomar personal del partido”.

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El sector privado en China

A pesar de que la empresa privada nunca fue vista de manera muy digna entre las filas del Partido Comunista Chino, Xi Jinping ha descrito la actualidad como una “nueva era” y de acuerdo a las nuevas disposiciones.

Luego del golpe de Estado del PCCh en la década del ’40, el líder revolucionario Mao Zedong prohibió la iniciativa privada e instaló un rígido sistema comunista. Sin embargo, luego de casi 30 años de hambrunas, miseria, y guerras, el liderazgo del Politburó comunista, liderado por Deng Xiaoping a partir de 1978, decidió iniciar un proceso de profunda apertura comercial.

Esta apertura permitió que aparezca un fuerte sector privado en el país que, a pesar de estar fuertemente regulado por el Estado, tenía cierto grado de autonomía. Pero todo terminó con Xi Jinping, quién aprovechó los 8 años de un Estados Unidos débil bajo Barack Obama para posicionarse como líder mundial, y empezó de vuelta a avanzar sobre el sector privado.

Con esta iniciativa, el Partido Comunista se asegura que las empresas estén “guiadas por el pensamiento de Xi Jinping sobre una economía socialista con características chinas para una nueva era con el cumplimiento y fortalecimiento de las cuatro conciencias del PCCh”.

Esto significa que los empresarios deberán imponer una orientación ideológica a sus empleados, guiar a las figuras económicas privadas para aumentar su conciencia de “autodisciplina”, construir una “línea sólida de defensa ideológica y moral”, regular estrictamente sus propias palabras y acciones en el ámbito laboral, y “cultivar un estilo de vida saludable y crear una buena imagen pública”.

UFWD: la herramienta

En la ambición china por expandir su influencia global al extremo, incluyendo también avanzar sobre el sector privado de su propio país, Xi Jinping depende enormemente del buen funcionamiento del Departamento de Trabajo del Frente Unido (UFWD).

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El UFWD es una herramienta creada en la era de Mao y renovada por Xi utilizada como “arma” psicológica con el objetivo de extender la influencia del PCCh dentro y fuera de las fronteras chinas con un acercamiento a personas influyentes en grupos étnicos, organizaciones empresariales, estudiantes, organizaciones de medios, políticos y demás.

“Básicamente, el UWFD coordina los esfuerzos ‘científicos’ del partido para ganar ‘amigos’ en grupos étnicos, partidos políticos extranjeros, grupos de expertos occidentales, comunidades chinas en el extranjero, empresas privadas, ciudadanos no-chinos que forman parte de los consejos asesores de empresas chinas como Huawei” según Will Hutton, académico y periodista británico.

Xi Jinping reconoció rápidamente el valor asignado por Mao al UFWD, herramienta que utiliza desde el lanzamiento de la “Belt and Road Iniciative” (BRI) o “la nueva ruta de la seda” con la cual pretende una conectividad transcontinental para elevar a China como un inigualable poder global.

Hoy en día, el régimen chino encabezado por Xi Jinping continuará expandiendo su red global de UFWD para promover su iniciativa de la nueva ruta de la seda. Esta es su piedra angular para hacer realidad el sueño chino de ser la única potencia global en 2050.

Es necesaria una respuesta sólida y coordinada de las democracias del mundo, con valores e ideas afines donde se vuelva imperativo evitar el surgimiento de un sistema internacional totalitario liderado por China.

Por Nicolás Promanzio, para La Derecha Diario

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