Traducido de Breitbart.com por Tierrapura.org

ROMA – El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, ha instado al Vaticano a aplicar su autoridad moral sobre el Partido Comunista Chino (PCCh), que persiste en oprimir a los cristianos y a las personas de otras religiones.

“La Santa Sede tiene una capacidad y un deber únicos en centrar la atención del mundo en las violaciones de los derechos humanos, especialmente las perpetradas por regímenes totalitarios como el de Beijing”, escribió Pompeo el viernes, en un ensayo para First Things. “A finales del siglo XX, el poder de liderazgo moral de la Iglesia ayudó a inspirar a aquellos que liberaron a Europa central y oriental del comunismo, y a aquellos que desafiaron a los regímenes autocráticos y autoritarios en América Latina y Asia oriental”.

“Ese mismo poder de liderazgo moral debería ser ejercido hoy en día con respecto al Partido Comunista Chino”, insistió el secretario.

“Lo que la Iglesia enseña al mundo sobre la libertad religiosa y la solidaridad, ahora debe ser transmitido de manera contundente y persistente por el Vaticano frente a los incansables esfuerzos del Partido Comunista Chino por doblegar a todas las comunidades religiosas a la voluntad del Partido y su programa totalitario”, añadió.

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El pedido público del secretario Pompeo se produce justo cuando los diplomáticos del Vaticano se reúnen con sus homólogos del PCCh, para renegociar un acuerdo secreto de 2018 entre la Santa Sede y China sobre el nombramiento de obispos católicos en China.

“Dos años después, está claro que el acuerdo entre China y el Vaticano no ha protegido a los católicos de las depredaciones del Partido, por no hablar del horrible trato que el Partido ha dado a los cristianos, los budistas tibetanos, los devotos de Falun Gong y otros creyentes religiosos”, señaló Pompeo.

“Las autoridades comunistas continúan cerrando iglesias, espiando y hostigando a los fieles, e insisten en que el Partido es la máxima autoridad en asuntos religiosos”, escribió.

Esta semana, la Comisión de Estados Unidos sobre Libertad Religiosa Internacional (USCIRF, por sus siglas en inglés) instó de manera similar al Vaticano a resaltar la libertad religiosa en sus deliberaciones con China, antes de renovar un acuerdo de 2018 sobre el nombramiento de obispos.

“La China comunista continúa persiguiendo a los católicos chinos. La USCIRF espera que cualquier acuerdo futuro entre el Vaticano y China esté basado en la protección de la libertad religiosa”, escribió la Comisión en su página de Twitter.

Tanto el Vaticano como Pekín han señalado su deseo de renovar su acuerdo secreto de 2018, el cual confería al Partido Comunista Chino una cantidad no especificada de autoridad en la selección de obispos católicos en China.

En enero de 2020, la bipartidista Comisión Ejecutiva del Congreso de China (CECC) publicó su informe anual sobre las condiciones de los derechos humanos en China, que reveló un deterioro general de la libertad religiosa desde la firma del acuerdo entre China y el Vaticano.

“En septiembre de 2018, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China firmó un acuerdo con la Santa Sede, allanando el camino para la unificación de las comunidades católicas clandestinas y sancionadas por el Estado”, afirma el informe. “Posteriormente, las autoridades chinas locales sometieron a los creyentes católicos en China a una mayor persecución demoliendo iglesias, quitando cruces y continuando la detención de clérigos clandestinos”.

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“Las organizaciones religiosas católicas nacionales lideradas por el Partido también publicaron un plan para ‘sinizar’ (asimilar a la cultura china) el catolicismo en China”, continuó el informe, refiriéndose al objetivo declarado del Partido Comunista Chino (PCCh) de obligar a todas las religiones a llevar sus enseñanzas y prácticas en línea con el partido.

El presidente Xi Jinping ha redoblado su apuesta por ‘sinizar’ la religión, señaló el resumen ejecutivo del informe. “Los académicos y los grupos de derechos internacionales han descrito la persecución religiosa en China durante el último año como de una intensidad no vista desde la Revolución Cultural”, agregó.

China ha intensificado su persecución hacia la iglesia católica clandestina, desde que la Santa Sede suavizó su posición sobre la Asociación Patriótica Católica controlada por el estado, permitiendo que los creyentes se unan a pesar de su afirmación de independencia total de Roma.

En su ensayo del viernes, Pompeo escribió: “La historia enseña que los regímenes totalitarios sólo pueden sobrevivir en la oscuridad y el silencio, sus crímenes y brutalidad pasan desapercibidos”.

“Si el Partido Comunista Chino logra poner a la Iglesia Católica y a otras comunidades religiosas a sus pies, los regímenes que desprecian los derechos humanos se envalentonarán, y el costo de resistir a la tiranía se elevará para todos los valientes creyentes religiosos que honran a Dios por encima del autócrata de la época”, advirtió.

“Oro para que, al tratar con el Partido Comunista Chino, la Santa Sede y todos los que creen en la chispa divina que ilumina cada vida humana, escuchen las palabras de Jesús en el Evangelio de Juan: ‘La verdad los hará libres’”, concluyó.

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