En un reciente discurso en el Capitolio del Estado de Wisconsin, el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, explicó cómo el partido comunista chino (PCCh) desafía los valores occidentales sirviéndose de los gobiernos locales de Estados Unidos. En otro ejemplo, mostraremos cómo el PCCh logró que archivaran el proyecto de ley que condenaba la persecución a Falun Dafa en China, que propuso un senador del estado de California.

Pompeo ofreció su discurso: “Las legislaturas estatales y el problema de China”, el 23 de septiembre. El texto completo se encuentra disponible en el sitio web del Departamento de Estado.

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Un régimen autoritario

El primer ejemplo se refería a Roger Roth, presidente del Senado de Wisconsin. Wu Ting, el cónsul del consulado chino en Chicago, escribió un correo electrónico a Roth solicitando una resolución en la que se elogiara la respuesta del PCCh al brote de coronavirus. Conociendo que la tragedia ha tenido consecuencias catastróficas en EE. UU. y en todo el mundo, Roth eliminó el correo electrónico pensando que era una broma.

Pero Wu volvió a enviarle un email de seguimiento para presionarlo en el tema de la resolución. ¿Roth respondió al correo electrónico con una sola palabra? “No”. “Mire, el partido comunista chino sabía desde el principio lo virulento que era el coronavirus que se originó en Wuhan. Hicieron lo que hacen los regímenes autoritarios. Censuraron, hicieron desaparecer a denunciantes valientes y a periodistas que trataron de dar la voz de la alarma en todo el mundo. Permitiendo que la gente de Wuhan viajara a Italia y al extranjero”, detalló Pompeo sobre el episodio.

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Roth no se detuvo allí. Sino que propuso una resolución que decía: “el partido comunista de China deliberada e intencionalmente engañó al mundo con el coronavirus de Wuhan”.

Esto no fue un evento aislado, señaló Pompeo. El PCCh ha estado haciendo lo mismo en muchos países del mundo, incluyendo Estados Unidos. Señaló que son muchos los países que tratan de ejercer influencia en Estados Unidos, pero que todos “son fundamentalmente diferentes de lo que el partido comunista chino está haciendo. Tiene una visión mucho más siniestra de tal asunto. El partido y sus representantes tienen como objetivo hacer que los estadounidenses reciban de buen grado la forma de autoritarismo de Beijing”, explicó.

Desinformación

El segundo ejemplo está relacionado con Falun Dafa. Un senador del estado de California propuso una resolución en 2017 para apoyar a los practicantes de Falun Dafa en China y en todo el mundo. A pesar de sus enormes beneficios para la mente y el cuerpo, Falun Dafa, también llamado Falun Gong, es reprimido por el PCCh desde julio de 1999. La resolución pondría de manifiesto la persecución que sufren los practicantes por su creencia.

El consulado chino en San Francisco escribió una carta a la Legislatura del Estado difamando a Falun Dafa y afirmando que la resolución afectaría a la relación entre el estado de California y China. “Desafortunadamente, el Senado del Estado de California cedió a la presión del PCCh y archivó el proyecto de ley propuesto”, añadió Pompeo.

Estos son solo dos ejemplos de cómo el PCCh trata de abarcar los valores occidentales apuntando a los gobiernos estatales y locales de EE. UU.

Pompeo también mencionó el ejemplo de los muchos programas de ciudades hermanas que llevan títulos inofensivos como: “asociación por la amistad”, que por lo general “caen bajo la autoridad de algo llamado asociación del pueblo chino de amistad con países extranjeros”, que a su vez “es parte del departamento de trabajo del frente unido de China—la herramienta de propaganda oficial del PCCh en el extranjero”. La propaganda es una de las tres “armas mágicas” del PCCh, las otras dos son la “lucha armada” y el “desarrollo del partido”.

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Pompeo dijo que le gustaría destacar estas agendas ocultas del PCCh. “Deben saber que si les ofrecen un viaje a China cuando se levanten las restricciones de viaje por la pandemia, tienen que preguntar quién paga el viaje, y si esa persona está vinculada —directa o indirectamente— al partido comunista chino”, apuntó.

Los comentarios de Pompeo son consecuentes con los recientes esfuerzos que lleva a cabo la Administración de Estados Unidos para frenar al PCCh en lo que respecta a las violaciones de los derechos humanos y a la persecución religiosa. En una entrevista el 31 de agosto, Sam Brownback, el embajador de Estados Unidos en misión especial para la libertad religiosa internacional, destacó su importancia. “China está en guerra con la fe. Es una guerra que no ganarán”, afirmó. “Es una guerra que el reino de los hombres ha tratado de ganar durante milenios; no van a ganar esta como tampoco han ganado ninguna en el pasado”.

Fuente: Minghui.org

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