Estados Unidos sigue preocupado por la represión de la República Popular China (RPC) contra la comunidad tibetana y las severas restricciones a la libertad religiosa y las tradiciones culturales de los tibetanos dentro de China, dijo el miércoles el secretario de Estado de EE. UU., Mike Pompeo.
Pompeo emitió la declaración después de anunciar al secretario adjunto Robert A. Destro de la Oficina de Democracia, Derechos Humanos y Trabajo como el coordinador especial de Estados Unidos para Asuntos Tibetanos, según un comunicado de prensa del Departamento de Estado.
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“Estados Unidos sigue preocupado por la represión de la RPC contra la comunidad tibetana, incluyendo la falta de una autonomía significativa, el deterioro de la situación de los derechos humanos en las zonas tibetanas y las graves restricciones a la libertad religiosa y las tradiciones culturales de los tibetanos dentro de China”, dijo Pompeo.
“De conformidad con la Ley de Política Tibetana, el coordinador especial Destro dirigirá los esfuerzos de Estados Unidos para promover el diálogo entre la República Popular China y el Dalai Lama o sus representantes; proteger la singular identidad religiosa, cultural y lingüística de los tibetanos; y presionar para que se respeten sus derechos humanos”, añadió.
Pompeo dijo que Destro apoyará los esfuerzos de Estados Unidos para atender las necesidades humanitarias de los refugiados tibetanos y promover el desarrollo económico sostenible y la conservación del medio ambiente en las comunidades tibetanas de la meseta.
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Por su parte, el régimen comunista chino, acusó el jueves a Estados Unidos de tratar de desestabilizar el Tíbet y anunció su negativa tajante a tratar con el coordinador de EE. UU., al que ve como una interferencia en sus asuntos internos.
“Los asuntos del Tíbet son asuntos internos de China que no permiten ninguna interferencia extranjera”, dijo Zhao Lijian, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, según Reuters.
El nombramiento para el puesto, que estaba vacante desde 2017, llega en un momento de máxima tensión en las relaciones entre EE. UU. y China por varias cuestiones: la creciente agresividad de Pekín hacia Taiwán y otros países del Mar de la China Meridional; la gravísima crisis sanitaria provocada por el ya conocido como el ‘virus del PCCh’ y el creciente deterioro de los derechos humanos en China.
En julio, Pompeo dijo que Estados Unidos restringiría los visados de algunos funcionarios chinos implicados en el bloqueo del acceso diplomático al Tíbet y en la participación en “abusos de los derechos humanos”, y añadió que Washington apoyaba una “autonomía significativa” para el Tíbet.
El régimen totalitario del Partido Comunista Chino (PCCh) invadió el Tíbet en 1950, fecha en la que se denuncia que comenzó un genocido cultural que tiene como objetivo exterminar la cultura tibetana y que obligó al Dalai Lama, líder espiritual tibetano, a exiliarse a la India.
Actualmente expertos denuncian además, que el daño provocado por el régimen chino afecta de manera muy especial al medio ambiente en Tíbet.
La extracción descontrolada de minerales de la Meseta Tibetana, así como las miles de presas construidas en los grandes ríos asiáticos que nacen allí, amenazan seriamente la supervivencia del ecosistema único tibetano y el suministro de agua de la gran mayoría de países del sudeste asiático.
Fuente: chinawatchinstitute.org