Por Justina Wheale para The Epoch Times, en español

Los aliados de países libres pueden ejercer una poderosa fuerza para ayudar a liberar a quienes sufren bajo regímenes brutales, dijo el renombrado abogado canadiense de derechos humanos David Matas, al describir cómo él y otros trabajaron con un abogado chino para exponer algunos de los crímenes más horribles del régimen chino.

Matas, un abogado internacional de derechos humanos con sede en Winnipeg y nominado al premio Nobel de la Paz, habló en un panel virtual que exploraba el contexto moderno de Gandhi y los derechos humanos, conmemorando el 150° aniversario del nacimiento de Mahatma Gandhi el 4 de octubre.

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“No tenemos que estar dentro de un país represivo para resistir la represión de ese país”, dijo Matas al panel.

“La resistencia no violenta tiene que moverse de adentro hacia afuera. Exigiendo atención, creando conciencia, apelando a la opinión mundial, creando un movimiento masivo que no puede hacerse dentro del país que sufre la represión. (…) Los Gandhis de hoy en día dentro del país de represión, incluso solo demostrando lo poco que se puede hacer desde el interior, pueden estimular la acción desde el exterior”.

En 2006, Matas llevó a cabo una investigación independiente sobre las inquietantes denuncias de la sustracción forzada de órganos de prisioneros de conciencia de Falun Dafa en China. Mientras trabajaba en coordinación con David Kilgour, exministro del gabinete de Canadá y secretario de Estado para Asia-Pacífico, la pareja se topó con un obstáculo: ellos querían ir a China para hacer el trabajo pero necesitaban una invitación de un representante dentro de China para poder hacerlo.

Para mayor información sobre Falun Dafa, ingrese a este link: https://es.falundafa.org/

Para información detallada sobre la persecución y sustracción de órganos a practicantes de Falun Dafa, ingrese a este link: Stoporganharvesting.org/

Los funcionarios chinos ya habían dejado en claro que ellos solo iban a negar las evidencias del abuso de los transplantes de órganos en el país, por lo que Matas y Kilgour tuvieron que encontrar otra manera.

La persona que finalmente respondió a su pedido, corriendo un gran riesgo personal fue Gao Zhisheng, un renombrado abogado al que suelen llamar “La Conciencia de China” y a quién Matas comparó con el moderno Ghandi de China.

Gao Zhisheng en su oficina de Beijing el 2 de noviembre de 2005.

Gao, un abogado autodidacta de derechos humanos, era conocido por representar a ciudadanos chinos que sufrían persecución, incluidos los practicantes del grupo espiritual Falun Dafa—también conocido como Falun Gong.

En 1999, el Partido Comunista Chino (PCCh) lanzó una brutal campaña de persecución en un esfuerzo por “erradicar” a Falun Dafa, una pacífica disciplina espiritual, porque el exlíder del PCCh, Jiang Zemin, temía que la práctica—la cual se volvía cada vez más popular—eclipsara su legado. Las propias cifras del PCCh indicaban que había más practicantes de Falun Dafa en China que miembros del Partido.

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“El hecho de que Falun Gong fuera pacífico, no estructurado, y apolítico no impidió que los miembros del Partido que buscaban ascender al poder, lo tomaran como un blanco fácil”, dijo Matas al panel.

Los practicantes fueron arrastrados a una campaña de persecución a gran escala; aquellos que se negaron a renunciar a sus creencias fueron encarcelados y torturados en los campos de trabajo forzado de China. Unos años más tarde, comenzaron a surgir rumores de que se estaban sustrayendo los órganos de estos prisioneros de conciencia sin su consentimiento para alimentar un lucrativo comercio de órganos, mientras que sus cuerpos eran incinerados para ocultar la evidencia.

A partir de fines de 2004, Gao envió repetidamente cartas a altos funcionarios del PCCh, exigiendo cambios en la represión hacia los practicantes de Falun Dafa y de otros grupos oprimidos. El PCCh respondió con un creciente acoso y amenazas en contra de Gao.

Cuando el abogado invitó en 2006 a Matas y a Kilgour para que vinieran a investigar, el PCCh le revocó su licencia para ejercer la abogacía, lo puso a él y a su familia bajo vigilancia policial, lo arrestó arbitrariamente tanto a él como a su personal de oficina, y se sospecha que intentar asesinarlo luego de que un vehículo militar tratara de atropellar a Gao en la calle.

Sin embargo, en su respuesta a Matas, Gao le aseguró que los riesgos de invitar a los canadienses a investigar la sustracción forzada de órganos de los practicantes de Falun Dafa se veían superados con creces por el peligro siempre presente de vivir bajo “un malvado sistema dictatorial”.

“La fuente del peligro radica en este malvado sistema inhumano, no en lo que elegimos hacer”, dijo Gao en una carta.

El reporte de Matas y Kilgour: “Cosecha sangrienta”

Lo que Matas y Kilgour encontraron finalmente en su investigación, detallada en su reporte de 2006 titulado “Cosecha Sangrienta”, fue la evidencia de una sustracción ilícita de órganos patrocinada por el estado. Los abogados concluyeron que los prisioneros de conciencia de Falun Dafa estaban siendo utilizados como un banco viviente de órganos para abastecer el lucrativo comercio de transplantes de órganos de China.

David Matas, galardonado abogado canadiense de derechos humanos y coautor de “Bloody Harvest: Organ Harvesting of Falun Gong Practitioners in China.

Entre las pruebas que se consideraron para el informe figuraban las llamadas telefónicas realizadas a los médicos de trasplantes chinos, en donde éstos admitieron la sustracción de órganos hacia los practicantes de Falun Dafa.

Tiempo después, Kilgour y Matas se unieron al periodista de investigación Ethan Gutmann, para escribir una actualización de “Cosecha Sangrienta”. El reporte, publicado en junio de 2016, concluye que el número de transplantes realizados en China supera con creces las cifras oficiales y que la principal fuente de los órganos es el asesinato de personas inocentes, principalmente de practicantes de Falun Dafa.

Asimismo, un tribunal independiente de Londres confirmó el año pasado, luego de una investigación de un año, que los presos de conciencia han sido, y siguen siendo, asesinados en China por sus órganos “a una escala significativa”.

El exsecretario de Estado para Asia-Pacífico David Kilgour junto al abogado internacional de derechos humanos David Matas.

La valentía de Gao

La valentía y la voluntad de Gao de trabajar con Matas fue fundamental para revelar esta atrocidad, y muestra lo poderosas que pueden ser este tipo de colaboraciones desde dentro y fuera de un país reprimido, dijo Matas.

“Gao Zhisheng no me incitó a comenzar mi trabajo sobre el expediente de Falun Dafa, ya que yo comencé el trabajo antes de conocerlo, pero definitivamente me animó a continuar y a perseverar”, dijo.

“Si él estaba dispuesto a arriesgar tanto por mucho tiempo, yo, desde la seguridad de Winnipeg, debería hacer lo que pudiera”, añadió.

Sin embargo, la valentía de Gao tuvo un precio. Luego de invitar a Matas fue constantemente secuestrado por la policía, severamente torturado y encarcelado varias veces. Su esposa e hijos fueron amenazados por las autoridades, y en 2009 huyeron de China hacia Estados Unidos en una audaz fuga.

Grace Geng, la hija de uno de los más prominentes abogados de derechos humanos de China, Gao Zhisheng, presenta un libro escrito por su padre en una conferencia de prensa en Hong Kong el 14 de junio de 2016. El libro, titulado “Levántate China 2017 – La esperanza de China: Lo que yo aprendí durante cinco años como prisionero político” es una memoria de Gao en la que detalla la tortura que dice haber soportado mientras estaba detenido y encarcelado, así como los tres años que pasó en régimen de aislamiento.

Gao fue liberado de una condena de tres años de prisión en China en 2014, pero fue detenido nuevamente en agosto de 2017 y su paradero sigue siendo desconocido.

Gao mostró un heroísmo excepcional y se arriesgó mucho para ayudar a otros, dijo Matas, pero señaló que hay otras innumerables formas de ayudar a las víctimas de la persecución en China, como los practicantes de Falun Dafa, sin ponerse en peligro. Su discurso ante el panel incluyó 18 recomendaciones de medidas que podrían tomarse en los campos de la medicina, el derecho, los negocios, y la investigación que tendrían un profundo efecto para detener la persecución y la sustracción ilegal de órganos.

Por ejemplo, Matas dijo que Canadá debería exigir a las provincias que denuncien todos los casos de turismo de trasplantes y vuelva a promulgar un proyecto de ley existente que tipifique como delito extraterritorial la complicidad en el uso indebido de trasplantes en el extranjero, imponiendo al mismo tiempo una prohibición de inmigración a los cómplices del uso indebido de trasplantes de órganos.

También dijo que Canadá debería aplicar las sanciones Magnitsky a los funcionarios chinos directamente involucrados en la persecución hacia Falun Dafa, una solicitud presentada al gobierno liberal por la Asociación Falun Dafa de Canadá en 2018.

Fuente: The Epoch Times, en español

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