Por Jeffrey Kihien para Panam Post

Los clanes políticos no son extraños en el planeta. Se producen en muchos países alrededor del mundo, tanto en democracias como en dictaduras. Los Castro en Cuba, los Kim Jong en Corea del Norte; los Kennedy, Clinton y Obamas en los Estados Unidos, los Lacalle en Uruguay. Existen clanes locales, regionales y nacionales, cuyo objetivo es hacer política activa y defender la libertad del ciudadano, este no es el caso de los clanes en las dictaduras comunistas, solamente para aclarar el panorama.

En los Estados Unidos, Donald Trump ha denunciado a algunos clanes políticos acusándolos de ser parte del “Deep State” o estado profundo. Estos clanes manipulan el gobierno para beneficio propio directo, vendiendo su influencia y comprando la influencia de otros.

Trump prometió en su campana de 2016 que iba a “desaguar el pantano” de Washington, DC, refiriéndose a los clanes políticos que actúan únicamente en su beneficio y no por el beneficio del país, aprovechándose de su influencia y la red de contactos dentro del mismo Estado.

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Trump denunció al poderoso clan de los Clinton y, los derrotó, pero no totalmente. Los Clinton, junto con los Obama, iniciaron una feroz y millonaria campaña para destruir la presidencia de Trump y sacarlo de la Casa Blanca. Con ayuda de malos directores del FBI inventaron el “RusiaGate”, para ocasionar un juicio político y posterior destitución, lo cual no les funcionó.

El «Big Guy» y la oveja negra

El clan Biden se mueve por senderos menos visibles. El patriarca Joe Biden, con 50 años de experiencia política activa en Washington, DC, fue vicepresidente de Barack Obama y ahora candidato a la Presidencia de los Estados Unidos por el Partido Demócrata. Ningún otro miembro de su familia es estrella política; sin embargo, su hijo Hunter Biden ha venido ocupando los titulares de algunos medios de prensa, y es tendencia en las redes sociales.

Joe Biden ha declarado que nunca conversa con Hunter sobre negocios pero las pruebas dicen lo contrario.

Hunter Biden es el segundo hijo de Joe Biden, abogado que se describe como lobista, inversionista y consultor internacional. Trabajó en el gobierno de George W. Bush, quien lo nombró por cinco años como director de la empresa de ferrocarriles Amtrak. En mayo de 2013, cuando su padre era vicepresidente de Barack Obama, obtuvo un puesto en la Reserva de la Marina de los Estados Unidos.

Hunter no cumplía con los requisitos para ser elegido para ese cargo, por lo cual la Marina le otorgó una excepción exclusivamente para él, olvidando sus incidentes con drogas y su edad. Hunter juramentó el cargo en la misma Casa Blanca, y un mes después fue expulsado de esta institución por uso de cocaína.

Los problemas con drogas no han terminado para Hunter, de acuerdo con fotos publicadas por el New York Post. En una de ellas aparece con una pipa para fumar crack. Este currículo no muy ejemplar en el mundo corporativo de empresas de energía e inversión global, no fue un disuasivo para que Hunter obtuviera excepcionales trabajos nuevamente.

Desde 2014 a 2017, Hunter trabajó para la firma de energía ucraniana Burisma por un salario de hasta 80 000 dólares mensuales. Este contrato fue materia de mucha atención, ya que su padre, durante ese periodo fue la punta de lanza del gobierno de Obama en esa región, particularmente en Ucrania, en donde Joe Biden directamente presionó para que despidieran al fiscal Viktor Shokin, quien investigaba al dueño de Burisma, Mykola Zlochevsky.

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El pueblo de los Estados Unidos busca información sobre Hunter en las redes, ya que los medios de prensa no le están otorgando la atención debida. Aquí estamos hablando del hijo de quien podría ser presidente de los Estados Unidos, el mismo Hunter, con problemas de drogas, inestabilidad emocional y familiar, dejó su computadora para ser reparada y se olvidó de recogerla antes de 90 días. Pasado ese plazo, Hunter perdió la propiedad de la computadora.

Realmente hay que tener poco juicio para entregar una computadora con información personal y clasificada a un desconocido para repararla. No conozco a nadie que se atreva a hacerlo, justamente porque podría ser comprometedor. No me parece que Hunter haya estado capacitado para los trabajos en los que se desempeñó y lo mismo debe estarse preguntando el pueblo de los Estados Unidos.

De la computadora abandonada por Hunter van apareciendo fotos comprometedoras, fotos sexuales, fotos con menores de edad, y correos electrónicos, algunos de ellos que comprometen directamente a Joe Biden, el patriarca de la familia, el mismo que juega a tener una imagen de “tipo buena gente” que no levanta la voz, que no habla claramente sino mas bien de manera sumisa y despreocupada por el dinero.

Los chinos con la mira en la Casa Blanca

Joe Biden ha declarado que nunca conversa con Hunter sobre negocios. Sin embargo, Tony Bobulinsky, exsocio de Hunter ha declarado que este último consultaba a su padre sobre su opinión en potenciales negocios. En un correo electrónico Hunter recibe una oferta de tres millones de dólares por presentar a personajes políticos. El mismo Hunter se refiere a su padre Joe, en otro correo electrónico, como “the Big Guy”.

Lo más grave de la carrera de Hunter es que está asociado por lo menos con una firma China, cuyo director Ye Jianming, tiene lazos muy cercanos con el Partido Comunista Chino, de acuerdo con un reporte del Senado de los Estados Unidos. La firma China estaba interesada mas en obtener influencia política, en acercarse a los clanes del poder en Washington, DC, que de generar retorno económico.

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El mundo del espionaje se mueve por la extorsión, ese es el entrenamiento de los espías. Los entrenan para producir material que comprometa a sus enemigos y luego poder manipularlos a su antojo. Hunter, por lo que se conoce, no es una persona que se inhiba y guarde las formas. Podría existir mucho material para extorsionarlo, a él y posiblemente al patriarca Joe, quien también aprobó la relación entre Hunter y su nuera, la viuda de su hijo Beau, quien falleció de cáncer.

Un presidente de los Estados Unidos controlado por el Partido Comunista Chino, que posiblemente liberó el virus de Wuhan, no es un buen augurio para la paz y libertad del mundo. Veremos si el incisivo Trump le vuelve a preguntar a Biden sobre la carrera profesional de su hijo Hunter. Hasta el momento, Joe Biden y el Partido Demócrata han evitado el tema, más bien están dejando que la prensa corporativa y globalista los defienda y desinflen el escandalo con desinformación.

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