Traducido de Zero Edge por TierraPura.org
Los medios de comunicación como el New York Times harían creer a sus lectores que el presidente brasileño Jair Bolsonaro es un loco insultado por su propio pueblo, mientras atribuyen su histórica victoria electoral a algún tipo de casualidad, o (peor aún) a la “intromisión” judicial para evitar que el corrupto ex presidente Lula gane otro mandato.
La realidad, por supuesto, es que Bolsonaro, como el presidente Donald Trump, tiene seguidores devotos que lo respaldarían sobre prácticamente cualquier contrincante. Y a pesar de todos esos informes sobre el “colapso” del sistema de salud de Brasil, más de 300 manifestantes se reunieron en la principal arteria comercial de São Paulo para protestar contra los esfuerzos del gobernador del estado João Doria por la vacuna obligatoria desarrollada por la empresa china Sinovac.
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El gobernador ha respaldado previamente la obligatoriedad de la vacuna una vez que estén disponibles para todos. El presidente del Tribunal Supremo de Brasil dijo que el Tribunal decidirá en última instancia sobre el tema, aunque, como señaló Reuters, varias vacunas ya son obligatorias en Brasil, incluida la de la hepatitis B, que se administra a todos los recién nacidos.
Decenas de miles de residentes de la ciudad ya han recibido la vacuna de Sinovac mientras la compañía continúa con la fase 3 de los ensayos en la zona. El programa parece haber enfurecido a los manifestantes, ya que colgaban carteles que decían “¡no somos conejillos de indias!”, según reportó Reuters.
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“Estamos en contra del autoritario embajador chino João Doria, que ahora haría obligatoria la vacuna contra nuestros deseos”, dijo el manifestante Andre Petros.
“Esto no sucede en ningún lugar del mundo, ni siquiera en China”.
Brasil tiene el tercer mayor brote del mundo, con 5,5 millones de casos confirmados.
El Ministerio de Salud Federal de Brasil anunció el mes pasado que compraría 46 millones de dosis de la vacuna, sujeto a la aprobación regulatoria, en un acuerdo apoyado por los gobernadores de los estados. Pero un día después el presidente de la derecha Jair Bolsonaro dijo que Brasil no compraría la vacuna.
El Ministerio de Salud Federal de Brasil anunció el mes pasado que compraría 46 millones de dosis de la vacuna, sujeto a la aprobación regulatoria, en un acuerdo apoyado por los gobernadores de los estados, pero un día después, Bolsonaro se acercó para echar a perder el acuerdo.