El 16 de noviembre, el Foro de Seguridad Internacional de Halifax (HFX), un grupo de reflexión con sede en Halifax (Canadá), publicó un Manual para las Democracias para respaldar el amplio consenso que hay sobre el desafío que el Partido Comunista Chino (PCCh) plantea a la libertad en todo el mundo. El título del manual es China vs. Democracia: El más grande juego.
“El año 2020 presenció un cambio de paradigma en la comprensión del mundo democrático sobre el Partido Comunista Chino (PCCh)“, dijo Peter Van Praagh, presidente de HFX. “El cambio de paradigma del 2020 en las actitudes de la gente hacia China fue un cambio concreto de la vieja sabiduría convencional de que una China económicamente vibrante progresaría hacia más libertad para su pueblo, a la nueva sabiduría convencional de que, de hecho, el PCCh es el virus que pone en peligro al mundo“.
“HFX pasó la última década llamando la atención sobre el desafío que China plantea a través de paneles de discusión en nuestro Foro anual en Halifax. Sin embargo, no fue hasta 2020, con la aparición de la pandemia mundial de coronavirus que comenzó en Wuhan (China), y toda la incertidumbre que la acompañó, que la gente de todo el mundo comenzó a comprender la verdadera amenaza para nuestras cadenas de suministro, para las organizaciones internacionales, para el intercambio abierto de información, para la protección de la información confidencial y para la libertad de los mares y los cielos“, explicó el informe.
Para la realización del informe, HFX realizó, entre febrero y octubre de 2020, entrevistas en profundidad con más de 250 expertos y responsables de políticas y decisiones a nivel mundial.
Con estos datos la organización concluyó: “En consecuencia, la República Popular China (RPC) está decidida a socavar la democracia en el extranjero. Si bien el PCCh sigue apuntando a democracias como los Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Alemania, la India, el Japón y Australia, son Hong Kong y Taiwán los que se encuentran en la primera línea del ataque mundial de la RPC a la democracia; su propia existencia como democracias pende ahora precariamente de un hilo“.
El informe continúa: “La RPC se ha comprometido a modernizar su ejército al mismo tiempo que se hace más audaz y asertiva geoestratégicamente, y no sólo en Asia”.
“Lo que a veces puede parecer un paso inocente y gradual corre el riesgo de convertirse en un patrón que, en un decenio o dos, podría transformar el equilibrio del poder militar, así como la vigencia de las alianzas y asociaciones entre las democracias“, prosigue el informe que considera estas acciones como una señal de que el PCCh es un virus.
El PCCh es el virus: ¿Cómo defenderse?
El informe hace un llamamiento a las democracias del mundo diciendo que “deben considerar cuidadosamente un firme rechazo [al régimen chino]- que la China de Xi se ha buscado ella sola”. El PCCh debe recalibrar sus ambiciones globales y dar un paso atrás en su actual asalto a las democracias del mundo“.
El manual también presenta un conjunto de principios que HFX promoverá en todo el mundo para defender los valores que sustentan las sociedades democráticas.
Al final del manual la organización incluyó una lista de prácticas que socavan los valores y su forma de vida occidentales y de las que el mundo democrático debería defenderse abandonándolas por completo. Estas son:
- Ignorar los intentos del régimen autoritario chino de interferir en las sociedades democráticas;
- Someterse, colaborar o participar en cualquier tipo de censura o autocensura de ideas, escritos, esfuerzos artísticos o declaraciones relacionadas con la República Popular China;
- Participar en cualquier negocio o prácticas o intercambios relacionados con la tecnología que ayuden e inciten a la opresión del Partido Comunista Chino sobre su propio pueblo;
- No oponerse a los intentos de la República Popular China de ajustar la gobernanza mundial de Internet y los estándares tecnológicos a sus propios valores y ambiciones autoritarias;
- Apoyar o participar en cualquier tipo de castigo o sanción a cualquiera que critique a China;
- Fallar en apoyar a las personas y gobiernos de mentalidad democrática de todo el mundo que la República Popular de China presiona o intimida;
- Comprar o comerciar a sabiendas con productos o servicios chinos hechos con trabajos forzados, o que son el resultado de actividades criminales como la falsificación o el robo de propiedad intelectual.
Fuente: chinawatchinstitute.org