La gente informada no confía en la vacuna que se ensaya bajo condiciones secretas en Argentina y Brasil. Un proceso de fabricación apresurado causa que las personas sospechen sobre la seguridad de la misma.

La falta de transparencia de los laboratorios internacionales, y en particular de China, generaron la mala reputación de los mismos, con escándalos tras escándalos por las muertes provocadas en África, India y China, con sus producciones de vacunas.

¡Cuántas tragedias han provocado, y podrían seguir provocando a largo plazo, siendo que  el mismo Bill Gates reconoce que los efectos secundarios pueden aparecer incluso en dos años!

Por Marcelo Duclos

El mandatario de Brasil reconoció que no se vacunará y abrió el debate en su país. En Argentina, las encuestas dicen que hay mucha desconfianza también

Hace unas semanas, en una consulta médica, le pregunté a la especialista que me atendía cuál era su posición con respecto a las nuevas vacunas contra el coronavirus. Ella no conocía mi opinión, pero lo cierto es que tengo mis reparos, por lo que procuré que mi expresión fuera de absoluta neutralidad. Busqué con cuidado el tono justo para que mi interlocutora, con varios años ya en la profesión, no se sintiera compelida a acomodar su respuesta conforme algún prejuicio que pudiera percibir de mi parte en ningún sentido.

“No me vacuno ni a punta de pistola ni voy a dejar que mis familiares y seres queridos lo hagan”, me contestó. Su respuesta me dejó mudo.

Luego de esa consulta, le pregunté lo mismo a otro médico amigo, a ver si su posición iba en la misma dirección. Su contestación fue una risa y un “ni loco”.

Por supuesto, sería irresponsable de mi parte aseverar que estas dos posiciones profesionales reflejan por sí mismas una tendencia representativa dentro de la medicina argentina, No sostendré tal cosa e insisto, se trató de dos charlas aisladas. Pero lo que sí es evidente a partir de ellas es que existen disidencias que el Gobierno, así como sus asesores elegidos, prefiere que no se visibilicen.

Con el correr de los días van apareciendo, no obstante, algunas voces relevantes en la región que refuerzan el debate. Evidentemente, no todos están dispuestos a poner el cuerpo en esta circunstancia.

Esta mañana, Jair Bolsonaro fue consultado sobre el tema y aseguró que no piensa vacunarse contra el coronavirus. En un intercambio con la prensa, el mandatario aclaró que es su “derecho” y que confía que el parlamento de su país no aprobará ninguna normativa que obligue a los ciudadanos de su país a aplicarse la vacuna.

El escepticismo en números

Con el argumento de que la pandemia se ha “politizado” y que las vacunas a aplicarse no cuentan con suficiente tiempo de estudio, un porcentaje no menor de argentinos se manifiesta en sintonía con Bolsonaro.

Ante la consulta sobre si estarían dispuestos a vacunarse con la propuesta rusa Sputnik V, que es una de las que impulsa el Gobierno, el 44% aseguró que no piensa hacerlo bajo ninguna circunstancia. El 43% indicó que sí y el resto señaló tener dudas.

La vacuna que tiene un poco más de aceptación en Argentina es la de la Universidad de Oxford. Ante esta posibilidad, el número de predispuestos a vacunarse sube al 54%. Pero el rechazo no es menor: un 30% tampoco quiere saber nada. Los que están en la duda ante esta posibilidad son el 17%. Los datos fueron recogidos por el Observatorio de Psicología Social Aplicada de Buenos Aires, que realizó la consulta online a 1490 personas mayores de edad.

Fuente: panampost.com

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