¿A qué distancia de nosotros está el comunismo? Dependiendo de cómo se vea, podría estar tan lejos como al otro lado del océano en la China comunista, o podría estar a la vuelta de la esquina.

En Seattle, a principios de este año, se entrevistó a un organizador de una protesta. “No estoy aquí para protestar pacíficamente”, declaró: “No se puede reconstruir hasta que no se rompa todo”.

¿Qué clase de ideología es esta? La más cercana es la que Carlos Marx formuló en el Manifiesto Comunista. “Los comunistas desprecian ocultar sus puntos de vista y objetivos”, escribió Marx, “Declaran abiertamente que sus fines solo se pueden alcanzar mediante el derrocamiento forzoso de todas las condiciones sociales existentes”.

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El Manifiesto, como sabemos, fue la fuerza motriz de la Revolución Francesa (Revolución de París), la Unión Soviética, el Comunismo de Europa del Este y la China Comunista. Entonces, ¿a dónde nos llevará esto?

“Si añadimos a esta lista las muertes causadas por los regímenes comunistas que la Unión Soviética creó y apoyó —incluyendo los de Europa del Este, China, Cuba, Corea del Norte, Vietnam y Camboya— la cantidad total de víctimas se acerca más a los 100 millones. Eso hace al comunismo la mayor catástrofe de la historia de la humanidad”, escribió un artículo del Wall Street Journal de noviembre de 2016 titulado “100 años de comunismo —y 100 millones de muertos”.

El fenómeno de la rana hirviendo

Mientras que los historiadores y académicos han revisado lo que se puede aprender de la historia, muchos no han detectado el comunismo emergente en la nueva era, incluyendo el del suelo estadounidense.

“No, China y EE. UU. no están atrapados en una batalla ideológica. Ni siquiera cerca”, declaró el Washingtonian Post en el título de un artículo de mayo de 2019.

“El éxito económico de China prueba el poder del capitalismo”, anunció Forbes en el título de otro artículo dos meses después.

Ahora veamos lo que Marx dijo sobre esto. En el Manifiesto, escribió: “Un espectro está acechando a Europa —el espectro del comunismo—”. Eso implica al menos dos cosas. Primero, como un espectro el comunismo podría atar y ocupar a cualquiera que encaje en su ideología. En segundo lugar, podría disfrazarse —siempre que sea necesario y posible— para adaptarse al medio ambiente, especialmente cuando corre a lo grande como en Asia y América.

La historia lo ha demostrado. Desde la Comuna de París hasta el archipiélago del Gulag, desde la Revolución Cultural hasta el régimen totalitario de Pyongyang, cada uno tiene sus propias características. Y sin embargo, su ideología, el terror y el daño —social y culturalmente— son en gran medida lo mismo.

Entonces, ¿qué sucede con el socialismo? Algunas personas lo confunden con el comunismo y no son conscientes que son esencialmente lo mismo. Sergey Nechayev, pionero del socialismo ruso, fue un fiel seguidor de Marx. Vladimir Lenin se refirió a él como “el titán de la revolución” y exigió a todos los comunistas que leyeran los escritos de Nechayev como “Catecismo de un revolucionario”.

Nechayev enumeró 26 aspectos en esta obra. En el 14.º, escribió: “Apuntando a la implacable revolución, el revolucionario puede y frecuentemente debe vivir dentro de la sociedad pretendiendo ser completamente diferente de lo que realmente es, porque debe penetrar en todas partes, en todas las formaciones sociales de nivel medio y alto, en el establecimiento comercial del vendedor, en la iglesia, el estado de la burguesía, y el mundo del burócrata y el militar, en la literatura…”.

Con estos enfoques, lograría el objetivo descrito en el 26, y último punto, “Soldar este mundo en una sola fuerza inconquistable y totalmente destructiva —esta es nuestra organización, nuestra conspiración, nuestra tarea—”.

Durante la Guerra Fría, la sociedad occidental ya estaba cansada de la influencia del comunismo y mantenía una división política. Pero la infiltración de la ideología comunista nunca se detuvo desde John Reed en 1917 y Edgar Snow en los años 30. Cuando la sociedad occidental bajó la guardia ante el comunismo y alimentó su crecimiento, China creció rápidamente hasta convertirse en la segunda mayor entidad económica del mundo, al tiempo que impulsaba activamente la ideología comunista en todo el mundo.

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Esto incluye la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI), las altas tecnologías como Huawei, y una meta de Comunidad de Destino Común para toda la Humanidad (un término del PCCh que más tarde se denominó Comunidad de Futuro Compartido para la Humanidad).

Aunque la actual administración de Estados Unidos ha tomado medidas para contrarrestar al PCCh mediante conversaciones comerciales, la prohibición de las tecnologías de Huawei, el cierre de los Institutos Confucio, etc., el fenómeno de las ranas hirvientes causado por la infiltración que ya lleva décadas, era profundo y amplio. Cuando la epidemia de coronavirus se desató en China a finales de 2019, casi ningún país u organización pudo protegerse contra la desinformación masiva y el encubrimiento continuo del PCCh.

A finales de noviembre de 2020, más de 60 millones de personas en casi 200 países se habían infectado con el coronavirus, con una cantidad de muertes de más de 1.4 millones. Este es el precio de nuestra confianza en el comunismo.

Y esto es solo la punta del iceberg.

Las sombras del comunismo

Defender el mundo libre no es fácil. Además de los desafíos externos del PCCh, los elementos comunistas también salieron a la superficie dentro de EE. UU. como se ha demostrado en los últimos meses, especialmente durante las elecciones presidenciales.

Violencia y odio

En nombre de la lucha contra la discriminación racial, se generaron disturbios en EE. UU. hace unos meses. En lugar de pedir la paz, los medios de comunicación de izquierda y los funcionarios redirigieron los conflictos hacia el presidente Trump.

Quemaron los vehículos de policía, saquearon o arruinaron las tiendas. Veinticinco ciudades en 16 estados se vieron obligadas a imponer toques de queda. Esto incluye a casi todas las ciudades más grandes de Estados Unidos, como Nueva York, Los Ángeles, Chicago, San Francisco y Seattle. Muchas de estas ciudades quedaron paralizadas con una gran cantidad de heridos o incluso muertos.

Los expertos familiarizados con las actividades del comunismo vieron rasgos similares en estos disturbios. Incluyendo a Dan Powell del programa “Víctimas del comunismo”. “Cuando se ve la violencia, se ve a la gente que es anarquista, antifa y comunista”, dijo el 1 de junio en un artículo titulado “Líder local anticomunista dice que algunos entre los manifestantes quieren ‘destrucción, caos'”, en KMOX Radio.

“Aprovecharán esta situación para crear el caos”, añadió, “Quieren la muerte de la policía”. Quieren abolir la policía, lo vimos en Ferguson donde alguien tenía un letrero con un símbolo de anarquía que decía, ‘Abolir la policía’. Quieren destrucción, quieren romper las cosas porque quieren el caos”.

Esto es similar a la situación en China, cuando el comunismo generó el caos en los primeros días. El lema “No se puede reconstruir hasta que se rompa todo” mencionado anteriormente no solo es parte del Manifiesto de Marx, sino que también se encuentra en frases similares en la doctrina del PCCh, “Solo destrozando el Viejo Mundo, se puede construir un nuevo mundo”.

Sorprendentemente, pocos gobiernos municipales en EE. UU. se opusieron a esta situación y algunos incluso bloquearon el cumplimiento de la ley por parte de la policía. Esto pone de relieve que la aceptación del comunismo va más allá de esos albotadores.

Desinformación de los medios de comunicación

Aunque la administración Trump pretendía corregir la política de apaciguamiento del PCCh, la resistencia a la que se ha enfrentado es enorme. Desde que se convirtió en presidente en 2017, la izquierda ha lanzado constantemente actividades en su contra, incluyendo la investigación de Rusia y el juicio político.

La situación se deterioró durante la temporada electoral de 2020. Las estadísticas muestran que más del 90% de los informes sobre Trump de las tres principales cadenas de noticias (ABC, NBC, CBS) fueron negativos. Por otro lado, estos medios de comunicación no cubrieron el escándalo del portátil de Biden y el fraude electoral.

La mayoría de los otros grandes medios también han jugado un papel similar. Desde el New York Times a CNN, ninguno de ellos cuestionó la imparcialidad de las elecciones o realizó investigaciones.

El 14 de noviembre, cientos de miles de ciudadanos estadounidenses se reunieron en Washington D.C. en una gran manifestación para apoyar a Trump y pedir una investigación del fraude electoral. Pero el Washington Post y CNN redujeron el número estimado a miles y describieron el evento pacífico como uno con peligro potencial para el público.

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¿Qué tipo de medios de comunicación han hecho algo similar en el pasado?

Después que estalló la epidemia de coronavirus, los funcionarios del PCCh suprimieron la información, castigaron a los denunciantes y negaron abiertamente la transmisión de humano a humano.

Pero esta no ha sido la primera vez que el PCCh hace algo como esto. Después de la masacre de la Plaza de Tiananmen, los funcionarios del PCCh también negaron la masacre a pesar de la gran cantidad de evidencia y video. De manera similar, después que 45 millones de personas murieron en la Gran Hambruna China entre 1959 y 1961, los funcionarios del PCCh también lo negaron y lo trataron como un tabú para los estudiosos.

Vladimir Lenin dijo: “Una mentira dicha con suficiente frecuencia se convierte en la verdad”. ¿Qué tan lejos estamos del umbral del comunismo?

Corrección política

En este momento, muchas personas pueden haberse dado cuenta de la seriedad de la corrección política en Occidente. Pero pocas personas entienden su profunda conexión con el comunismo.

“Lo políticamente correcto es la propaganda comunista en pequeño”, escribió Theodore Dalrymple, periodista y psiquiatra: “En mi estudio de las sociedades comunistas, llegué a la conclusión de que el propósito de la propaganda comunista no era persuadir o convencer, no informar, sino humillar; y por lo tanto, cuanto menos corresponda a la realidad, mejor”.

“Cuando se obliga a la gente a guardar silencio cuando le dicen las mentiras más obvias, o peor aun cuando se les obliga a repetir las mentiras a ellos mismos, pierden de manera definitiva su sentido de la probidad”, continuó, “Asentir a las mentiras obvias es, de alguna manera, convertirse en malvado uno mismo. La posición de uno para resistir cualquier cosa se erosiona así, e incluso se destruye”.

Pero rectificar este asunto es muy difícil. Cuando Trump anunciaba su intención de hacerlo, era atacado casi todo el tiempo. Sin embargo, bajo el paraguas de la corrección política, el matrimonio entre personas del mismo sexo se convirtió en una norma, la legalización de la marihuana enfrentó una resistencia mínima, los baños unisex se consideran una mejora, y la aplicación de la ley por parte de la policía es tratada como una actividad criminal.

En nombre de la igualdad de derechos o del progresismo, se ha arruinado la cultura, se han deteriorado los valores morales y el mundo libre está al borde del colapso.

Los estudiosos han descubierto que todo esto ha sucedido en el pasado en las naciones comunistas y todas las veces ha traído consecuencias nefastas. Cuando el PCCh reprimió a los terratenientes para que se apoderaran de sus tierras, los etiquetó como enemigos del Estado; lo que sucedió después fue la confiscación de las propiedades de los dueños de negocios y el maltrato a los intelectuales, hasta que se eliminaron todos los valores tradicionales y la dignidad humana, al igual que en la Revolución Cultural.

La manifestación del comunismo mencionada anteriormente requiere nuestra diligencia y esfuerzos conjuntos para solucionarlo. Por el lado positivo, el Muro de Berlín ya cayó, la Unión Soviética se disolvió y el comunismo en Europa del Este también terminó. Dentro de China, más de 360 millones de personas han anunciado su renuncia a las organizaciones del PCCh después de la publicación de los Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista en 2004.

Mientras podamos seguir nuestra conciencia y actuar con rectitud, lograremos alejar el espectro del comunismo, para que muera bajo la luz del sol. En ese momento, lo que nos espera es un mañana más radiante.

Fuente: Minghui.org

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