Por: Andrés Villota Gómez – Panampost
Dédalo le advirtió a su hijo que no volara muy alto porque el sol podía derretir la cera con la que le había pegado las plumas a las alas que le había fabricado para poder escapar del Laberinto de Minos. Sin embargo Ícaro, su hijo, desatendió los consejos de su papá, voló muy alto, el calor del sol destruyó sus alas, cayó al mar y murió. No sabemos si Edward Zuckerberg le hizo la misma advertencia de no volar tan alto a su hijo Mark.
Desde la creación turbia de Facebook, Mark Zuckerberg ha dado muestras de haber querido volar muy alto a pesar de la amenaza del sol. Los gemelos Tyler y Cameron Winklevoss lo contrataron para que desarrollara su idea (la de los gemelos) de crear una red social. Zukerberg desconoció el contrato, se robó la idea y a los dos meses creó Facebook, apoderándose de la red social. Por eso los hermanos Winklevoss demandaron a Mark Zuckerberg en el año 2009 y recibieron una indemnización por 65 millones de dólares. Una nimiedad para Zuckerberg si tenemos en cuenta que su fortuna, en el año 2020, asciende a 100.700 millones de dólares americanos, según la revista Forbes.
En mayo de 2012 se inscribieron las acciones de Facebook en NASDAQ a USD 38 por acción pero el mercado pronto ajustó el precio a niveles de USD 20 mostrando desde ese entonces grandes vacíos en un negocio que no produce nada pues sus contenidos son creados por terceros a los que no se les reconoce ningún tipo de salario o remuneración o reconocimiento por su creatividad y propiedad intelectual, por el contrario, es una empresa que le cobra a las otras empresas por mostrar su publicidad. Tal vez por eso, Zuckerberg, decidió empezar a utilizar a la red social como un aparato de propaganda política que vende al mejor postor.
Zuckerberg a su corta edad y empoderado con su inmensa fortuna inició labores de activismo político disfrazadas de filantropía. En enero de 2015 visitó al presidente Juan Manuel Santos para implementar en Colombia un proyecto para promover la masificación de Internet entre la población más pobre y adoptar Internet.org, una iniciativa liderada por Facebook para promover el acceso gratuito a Internet desde los teléfonos celulares básicos. Posteriormente, la CEO de Facebook en Colombia fue nombrada Ministra de Comunicaciones y lideró un ambicioso proceso de transformación digital.
En julio de 2018 la capitalización bursátil de Facebook cayó 119.419 millones de dólares y perdió más de tres millones de usuarios en Europa como consecuencia de la fuga de información privada de 50 millones de usuarios sin autorización previa. En su momento se culpó a la empresa Cambridge Analytica de haberse apoderado de esa información para difundir mensajes políticos.
La creación de Tribunales de la Verdad para juzgar y censurar los contenidos publicados en la plataforma con un marcado sesgo ideológico de izquierda en el que se persigue y se sataniza a los que no piensan igual a Zukerberg, y la aparición de modernos Tribunales de la Santa Inquisición en los que se decide si la información que publican terceros es falsa o verdadera llevó a que se ocultara y censurara, por ejemplo, la información sobre el contenido de un computador personal de Hunter Biden, el hijo de Joe Biden, y que se censurara, también, toda la información sobre el fraude electoral ocurrido en las elecciones presidenciales de noviembre de 2020 en las que, al parecer, se encuentra vinculado Zuckerberg como uno de sus principales cabecillas y patrocinadores.
Zuckerberg se enredó para contestar, cuando le preguntaron en el Senado de los Estados Unidos sobre haber influido en el referendo del aborto en Irlanda censurando información sobre el tema, y sobre haber hecho pactos con el Partido Comunista de Vietnam para censurar la información o manifestaciones adversas al régimen comunista. Debió explicar ante el Comité de Comercio del Senado de los Estados Unidos, su participación en el fraude electoral de la elección presidencial de 2020. Usó 350 millones de dólares americanos de su fortuna personal para pagar la elección de jurados de votación, para comprar máquinas de votación de Dominion y financió otras actividades necesarias para consumar el fraude, según Phil Kline de Amistad Project de la Thomas More Society.
Las visitas de Zuckerberg al Senado estadounidense se volvieron habituales y siempre las enfrenta pidiendo disculpas y aceptando sus errores juveniles. En estas últimas acusaciones, por su posición dominante en la industria y por la participación en un fraude electoral, no van a tener un final feliz. Esta vez el sol le derritió la cera de sus alas, y ya empezó a caer al mar.