Por Álvaro Colombres Garmendia
Bill Donohue, sacerdote presidente de la Liga Católica, una organización estadounidense religiosa dedicada a defender los derechos de los católicos a participar en la vida pública sin ser difamados o discriminados, publicó un artículo de opinión criticando las políticas de la izquierda que siempre terminan dañando más a los pobres, a quienes dicen defender.
“Es una de las mayores ironías de la historia: ningún segmento de la sociedad castiga más a los pobres que aquellos que defienden su causa”, sentenció el Sr. Donohue. “El último marxista en hacerlo, nada menos que un país democrático, es el alcalde de la ciudad de Nueva York Bill de Blasio.”
El pasado 19 de diciembre, en una conferencia de prensa, el alcalde De Blasio dijo: “Me gustaría decir sin rodeos que nuestra misión es redistribuir la riqueza. Mucha gente se irrita con esa frase. Esa es, de hecho, la frase que necesitamos usar”.
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Según De Blasio, la forma para alcanzar su meta de “redistribuir la riqueza” es subir los impuestos a los ricos. Pero el Sr. Donohue no está de acuerdo.
“Este hombre no tiene ni idea. Debido a los absurdamente altos impuestos, los ricos se van de Nueva York en masa; grabarlos con una tasa aún más alta sólo animará a más gente a irse”, opinó el sacerdote. “Se están llevando sus contribuciones de impuestos y sus trabajos con ellos.”
Ciertamente la ciudad de Nueva York, bajo el liderazgo del demócrata, ha visto su peor época. Impuestos altos, cierre de escuelas, bares y restaurantes con la excusa del virus PCCh, un recorte de mil millones de dólares a la policía, lo cual disparó el crimen justamente en vecindarios pobres, su apoyo al movimiento marxista Black Lives Matters pero su censura a grupos conservadores.
El alcalde, al igual que muchos demócratas, han intentado culpar al “racismo sistémico” de los Estados Unidos por la pobreza y la desigualdad.
De Blasio dijo: “El racismo estructural atormenta la vida de la gente de color… Veo mi propio privilegio y no puedo entender mucho. Sé lo suficiente como para decir que para la comunidad negra cada día está impregnada de racismo”
No obstante, el Sr. Donohue opina que la clave para ayudar a los pobres es mejorar su educación, y fortalecer el núcleo familiar y argumenta que a muchos chicos pobres de origen asiático, les va bien en la escuela porque usualmente tienen un padre y una madre.
“Los niños negros de familias con dos padres no están fallando en la escuela. El verdadero problema es la familia, no la raza”, dijo el sacerdote.
Pero De Blasio se ha opuesto a mejorar la educación de los chicos pobres, principalmente afroamericanos, y con sus políticas, obliga a los niños de vecindarios pobres asistir a las escuelas de sus distritos, que están superpobladas y llenas de deficiencias.
“Si de Blasio realmente quisiera que los niños pobres tuvieran éxito en la escuela, gastaría dinero en escuelas charter, daría becas a escuelas privadas, apoyaría la elección de escuelas y permitiría a los pobres inscribirse en escuelas católicas”, sentenció Donohue. “En cambio, él lucha contra toda iniciativa que funcione.”