Desde el año 2000 ,las cosechas de órganos de prisioneros de conciencia, mayormente practicantes de Falun Dafa, una vía milenaria de la Escuela Buda, empezó a revelarse. Después de diversas investigaciones independientes, David Matas y David Kilgrour, abogados de derechos humanos, mostraron evidencias sobre la sustracción de órganos a prisioneros vivos para la venta. Existe un negocio floreciente hasta hoy, esta “actividad”, el trasplante de órganos frescos sigue siendo un negocio sin competencia.
Traducido de Natural News por TierraPura.org
Un grupo bipartidista de legisladores estadounidenses ha propuesto una ley para detener la sustracción forzada de órganos, en respuesta a la práctica realizada por el régimen chino a los prisioneros de conciencia y grupos marginados.
La nueva legislación impondría sanciones a las personas involucradas en la sustracción forzada de órganos y en el tráfico de órganos. Se dice que este negocio vale al menos mil millones de dólares.
China es uno de los principales destinos del mundo para el turismo de trasplantes, y aunque Beijing insiste en que los órganos provienen de donaciones voluntarias, es bien sabido que los órganos se extraen por la fuerza a prisioneros perseguidos por su fe, y grupos marginados, que están detenidos en campos de trabajo. La sustracción del órgano se hace mientras la persona sigue viva.
Los practicantes del grupo religioso Falun Gong (también llamado Falun Dafa) son uno de sus principales objetivos, junto con los musulmanes uigures, los tibetanos y algunas otras creencias cristianas.
Un tribunal popular de Londres publicó un informe en junio de 2019 en el que describía una investigación de un año que descubrió que la sustracción forzada de órganos todavía estaba ocurriendo en China a una “escala significativa”, siendo los practicantes de Falun Gong la principal fuente.
Los practicantes de este grupo espiritual han sido perseguidos por el régimen comunista china, desde 1999. Millones de practicantes de Falun Gong han sido colocados en prisiones, pabellones psiquiátricos, campos de trabajo y otras instalaciones, donde son sometidos a torturas y otros actos horribles.
El nuevo proyecto de ley fue presentado por el senador Tom Cotton (R-Ark) en el Senado y los representantes Chris Smith (R-NJ) y Tom Suozzi (D-NY) en la Cámara.
En un comunicado, el senador Cotton dijo: “Existe una creciente evidencia de que el Partido Comunista de China ha sustraído y continúa extrayendo órganos de prisioneros y miembros de grupos religiosos chinos. Este proyecto de ley identificará y castigará a los miembros del PCCh involucrados en la sustracción forzada de órganos. Ya es hora de responsabilizar a Beijing por estos actos atroces”.
El representante Smith agregó: “La sustracción forzada de órganos es un acto bárbaro, inhumano y atroz, de importancia mundial, ya que las bandas transnacionales de tráfico de personas, las organizaciones terroristas, los especuladores e incluso los gobiernos, el régimen comunista chino en particular, matan a personas inocentes y venden sus órganos para obtener ganancias”.
El nuevo proyecto de ley le daría al Secretario de Estado el poder de revocar o denegar pasaportes para aquellos que hayan sido condenados bajo la Sección 301 de la Ley Nacional de Trasplante de Órganos, que prohíbe la venta privada y la comercialización de órganos humanos. El proyecto de ley también exige que el Departamento de Estado incluya información sobre la sustracción forzada de órganos y el tráfico de órganos en países extranjeros como parte de sus informes anuales sobre derechos humanos.
Dentro de los 30 días posteriores a la publicación de estos informes, los funcionarios deberán presentar un informe a los comités de Relaciones Exteriores del Senado y la Cámara de Representantes identificando a los funcionarios extranjeros y otras entidades detrás de la práctica.
El Secretario de Estado también tendría que consultar con el Secretario de Salud y Servicios Humanos para identificar las instituciones educativas y médicas en el país que están capacitando a cirujanos de trasplante de órganos afiliados a traficantes. Además, prohibiría la exportación estadounidense de dispositivos utilizados para la cirugía de trasplante de órganos a estas entidades.
También le permitiría al Presidente imponer sanciones a los involucrados en la práctica, incluida la negación de la entrada a los EE. UU., la revocación de visas existentes y el bloqueo de transacciones de propiedad dentro del país.
El mundo necesita responsabilizar al régimen chino
Un estudio realizado en noviembre del 2019 y publicado en la revista científica BMC Medical Ethics encontró que Beijing probablemente estaba falsificando sistemáticamente los datos de donación de órganos.
A su vez, una investigación del periódico The Epoch Times descubrió que al menos un hospital chino que realiza a diario trasplantes de órganos, hizo muchos más trasplantes de los que podría hacer, porque recibió suministros extra de órganos de prisioneros.
Expertos como el abogado canadiense de Derechos Humanos, David Kilgour y el investigador de la sustracción forzada de órganos, David Matas, acogieron con satisfacción la propuesta y dijeron que exponer estos actos es una forma de ponerles fin.
Esta ley está pendiente desde hace mucho tiempo, y ya es hora de que el régimen chino rinda cuentas por los horrores a los que ha sometido a su propio pueblo mediante la sustracción forzada de órganos y la tortura. El siguiente paso, con suerte, será responsabilizarlos por la destrucción que han desatado en el mundo con el virus COVID-19.