Traducido de Natural News por TierraPura.org
Una mirada más cercana a los desarrolladores detrás de la vacuna contra el COVID-19 de Oxford-AstraZeneca revela lazos previamente no revelados con instituciones vinculadas a la eugenesia como la Sociedad Británica de Eugenesia, el Instituto Jenner y el Wellcome Trust. Uno de los desarrolladores, Adrian Hill, está directamente vinculado al Instituto Galton, que está conectado al movimiento eugenista del Reino Unido. Durante décadas, estas instituciones han defendido la creencia de eliminar a las personas más indeseables de la población. De manera espantosa, esta vacuna experimental se está posicionando para su uso en las naciones más empobrecidas.
Una investigación del British Medical Journal descubrió que el Instituto Jenner engañó a sabiendas a los padres sudafricanos acerca de una vacuna experimental contra la tuberculosis, lo que provocó la muerte de siete niños en 2009.
El desarrollador de la vacuna vinculada a la eugenesia estaba trabajando en una vacuna contra el covid-19 antes de que se declarara una pandemia
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En enero de 2020, el profesor Andrew Pollard de Oxford recibió un consejo de los científicos que trabajan para el Grupo de Asesoramiento Científico de Emergencias del Reino Unido. Los científicos del Reino Unido compartieron que pronto habría una pandemia mundial y una fiebre de oro por las vacunas adecuadas. A pesar de que a la mayoría del mundo se le dijo durante meses que “se sabe poco sobre el virus”, el Instituto Jenner de Oxford ya tenía acceso a información privilegiada y ya había empezado a desarrollar una vacuna contra el COVID-19 a mediados de enero, mucho antes de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara una “pandemia mundial”.
El 30 de abril de 2020, AstraZeneca y la Universidad de Oxford unieron sus fuerzas para desarrollar y distribuir esa vacuna contra el COVID-19. El Oxford Vaccine Group y el Instituto Jenner trabajaron en el desarrollo y la investigación de la vacuna, mientras que AstraZeneca se preparó para fabricar y distribuir las vacunas. A estas entidades se les concedió un contrato de Operación Warp Speed (organización que tiene como objetivo la producción y distribución de vacunas del Covid-19 en tiempo récord), menos de un mes después, que proporcionó copiosos fondos de los contribuyentes para el desarrollo rápido de la vacuna.
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Hubo serios problemas con los apresurados ensayos clínicos, y estos ensayos tuvieron que ser interrumpidos en múltiples ocasiones. En los ensayos no se utilizó un placebo salino. En su lugar, el diseño del estudio utilizó una vacuna problemática como placebo. La vacuna placebo mostró una serie de efectos secundarios comparables a los efectos secundarios de la vacuna contra el coronavirus, sesgando los datos sobre su “seguridad”. El diseño del estudio también dosificó mal a algunos participantes, sesgando la tasa de eficacia autodeclarada de la nueva vacuna. El ensayo también se vio empañado por la muerte de los participantes.
A pesar de estos graves problemas, el principal desarrollador de la vacuna Oxford-AstraZeneca, Adrian Hill, presionó a la FDA para que aprobara la vacuna y la lanzara a la población. Hill dijo: “Esperar el final del ensayo sería a mediados del próximo año. Es demasiado tarde, esta vacuna es efectiva, disponible a gran escala y se implementa fácilmente”.
Los desarrolladores de vacunas de Oxford buscan gobernar a los pobres, coaccionarlos y someterlos a vacunas experimentales
Los medios de comunicación han hecho campaña a favor de la vacuna durante meses, afirmando que salvará a las naciones más pobres y se distribuirá a muchos millones de personas en el mundo en desarrollo. El Dr. Richard Horton, editor jefe de la revista médica Lancet, que participó en la supresión de los tratamientos viables del covid-19, dijo a la CNBC que “la vacuna Oxford AstraZeneca es la vacuna que en este momento va a poder inmunizar al planeta de manera más eficaz, más rápidamente que cualquier otra vacuna que tengamos”, en gran parte porque es una “vacuna que puede llegar a los países de ingresos medios más bajos”.
Ningún medio de comunicación se ha atrevido a mencionar la red de personas que buscan sacar provecho de esta estafa de la vacuna. Ningún medio de comunicación se ha atrevido a desafiar a las instituciones vinculadas a la eugenesia que están detrás de estos confinamientos y restricciones coercitivas que se están llevando a cabo para forzar el cumplimiento de los mandatos de la vacuna.
Vaccitech es una empresa privada detrás de la asociación Oxford-AstraZeneca. Los principales inversores detrás de Vaccitech incluyen a los ex altos ejecutivos del Deutsche Bank, Google y el gobierno del Reino Unido. Adrian Hill y Sarah Gilbert, los dos desarrolladores de la vacuna, poseen aproximadamente el 10% de las acciones de la empresa y están tratando de que la inyección sea obligatoria cada año.
Estos dos desarrolladores están directamente vinculados al Instituto Galton y al Wellcome Trust, ambos conectados al movimiento eugenista del Reino Unido. El Instituto Galton se deriva de la Sociedad de Eugenesia del Reino Unido y lleva el nombre del “padre de la eugenesia”, Francis Galton.
Estos científicos están interesados en una cosa: la despoblación, y están en posición de cosechar beneficios de por vida, dando poder y riqueza a su linaje para las generaciones venideras. Durante más de un siglo, estos nefastos grupos han trabajado para “mejorar la raza” reduciendo el número de personas “inferiores” en la población.
La vacuna Oxford-AstraZeneca está siendo impulsada en países como los de América Latina, el sur y el sudeste de Asia y África, los lugares precisos donde el Instituto Galton ha pedido la reducción de la población en el pasado. Los vínculos de Adrian Hill con el Instituto Galton son una gran causa de preocupación. La inversión de Google en esta empresa es igual de espeluznante, especialmente con sus capacidades de inteligencia artificial.
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