Por Andrés Vacca
El alcalde demócrata de Portland, Ted Wheeler, admitió públicamente su derrota y reconoció que las políticas implementadas para “combatir” el crimen organizado de la izquierda extrema fracasaron y en consecuencia solicitó asistencia federal para poder hacer frente a la creciente ola de violencia protagonizada por grupos como Antifa y Black Lives Matter.
Desde que comenzaron las violentas protestas a comienzos del año 2020 en diferentes puntos del país, el presidente Trump ofreció ayuda para combatir el crimen de grupos revolucionarios de izquierda que, disfrazados con un discurso de “justicia social”, sólo buscan destruir el sistema por medio de la violencia para imponer su agenda socialista.
Por su lado, el secretario suplente del Departamento de Seguridad Doméstica (DHS, por sus siglas en inglés), Chad Wolf, envió una carta el lunes 31 de agosto al alcalde de la ciudad de Portland, Ted Wheeler, instándolo a que solicite ayuda federal para combatir el crimen que evidentemente no estaba logrando hacer desde aquel entonces.
La carta de Wolf fue en respuesta a una carta pública enviada por el alcalde Wheeler tres días antes, con fecha 28 de agosto, en la que decía:
“Estimado presidente Trump: Una vez más, dijo que se ofreció a ayudar a Portland enviando a la policía federal a nuestra ciudad. En nombre de la ciudad de Portland: No, gracias”, escribió Wheeler. Incluso continuó agrediendo al presidente Trump y entre otras cosas lo acusó de que su ofrecimiento era una “actitud demagógica”.
Cuatro meses después de este cruce de cartas, el alcalde Wheeler en conferencia de prensa admite su derrota y llama a la cooperación de las fuerzas federales y estatales.
Tras el anuncio de su fracaso Wheeler dijo: “En respuesta, será necesario utilizar herramientas adicionales y ampliar los límites de las herramientas que ya tenemos para poner fin a la destrucción criminal y la violencia. Es hora de hacer retroceder con más fuerza a aquellos que están decididos a destruir nuestra comunidad y de asumir más riesgos en la lucha contra la anarquía”.
El alcalde Wheeler pidió a los socios de las fuerzas del orden público federales y estatales, que trabajen con él para desarrollar “planes claros para abordar la violencia anarquista”. También pidió a la Legislatura de Oregon que aumente las penas para las personas que cometan actos repetidos de destrucción criminal y vandalismo
Nada muy distinto a lo ofrecido por el presidente Trump en mayo del año pasado cuando comenzó a ofrecer la ayuda de la Guardia Nacional para combatir las protestas llevadas a cabo por anarquistas, saqueadores y criminales.
“Le he recomendado encarecidamente a cada gobernador que despliegue la Guardia Nacional en número suficiente para que dominemos las calles. Si una ciudad o estado se niega a tomar las acciones que son necesarias entonces desplegaré a los Estados Unidos militar”, dijo el presidente Trump.
Rápidamente muchos gobernadores aceptaron la propuesta de Trump y con la ayuda de la Guardia Nacional, gran parte de los estados comprometidos lograron controlar la situación.
No fue así con el caso de Oregon y concretamente en la ciudad de Portland, que sus autoridades se entregaron a las fuerzas de izquierda, permitiendo que reine el descontrol.
Recién ahora el alcalde Wheeler se decidió a aceptar la ayuda federal, habiendo perdido ocho meses en los que reinó la anarquía y aumentó la violencia como nunca antes, murió mucha gente, destruyeron cientos de comercios y muchos no volverán a abrir.