El próximo cinco de enero Georgia será determinante para la historia de Estados Unidos: es allí donde se definirá el futuro legislativo de los próximos cuatro años del país más poderoso del mundo, que hoy se ve amenazado por grupos de izquierda que anhelan llegar al poder.
El ciclo electoral de Estados Unidos se extendió hasta enero debido a dos batallas entre cuatro candidatos al Senado federal. El pasado 2 de noviembre ninguno de ellos alcanzó el 50 % de los votos que necesitaban para ganar la elección.
Una de las batallas enfrenta al republicano David Perdue, que llegó al Senado en 2015, contra el demócrata Jon Ossoff, de 33 años y que en 2017 perdió una elección especial a la Cámara de Representantes.
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La otra batalla electoral es entre la republicana Kelly Loeffler, quien en enero de 2019 reemplazó a Johnny Isakson en el Senado, y el polémico pastor afroamericano Raphael Warnock, quien ha sido calificado de radical y antisemita.
Los candidatos demócratas de Georgia y su afinidad por el socialismo
Jon Ossoff: el hoy candidato al Senado con un discurso antiempresa aunque más moderado que el de otros demócratas como Sanders u Ocasio-Cortez, logró pasar a segunda vuelta para definir el futuro del senado el próximo 5 de enero.
Ossoff propone una educación completamente sindicalizada, una economía cerrada y nacionalista y un aumento en las tarifas de impuestos a los empresarios que más invierten en su Estado.
El Comité Senatorial Republicano Nacional lo calificó de «candidato poco serio de extrema izquierda». De hecho, recibió el apoyo público del senador socialista Bernie Sanders.
Ossoff dijo que «trabajaría con Sanders en otros temas, incluidos los esfuerzos para respaldar un salario mínimo de 15 dólares por hora, invertir en energía limpia y buscar a los trabajadores comunes para un cambio, en lugar de las personas que han comprado el acceso y el poder en Washington».
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En su sitio web Ossoff dijo que está «construyendo un movimiento para organizar un ataque total contra la corrupción en Washington, comenzando con el presidente Donald Trump y el senador de Georgia David Perdue».
Según The New Yorker en 2017, Ossoff tiene «posiciones progresistas sobre los problemas de la mujer y el cuidado de la salud» y «posturas moderadas sobre el empleo y la seguridad».
Ossoff apoya el derecho al aborto, como también la participación estadounidense en el Acuerdo de París y no está a favor del Green New Deal. Apoya la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio (también conocida como Obamacare) y no está de acuerdo con “Medicare para Todos”.
Trump envió un tuit el día antes de las primarias del 19 de abril, llamando a Ossoff un «súperdemócrata liberal» que quería «proteger a los criminales, permitir la inmigración ilegal y aumentar los impuestos». Por su parte, Ossoff desestimó las afirmaciones de Trump y lo calificó de «desinformado».
Raphael Warnock: es el otro candidato demócrata en Georgia con aspiraciones de llegar al Senado de Estados Unidos. Hace 25 años terminó cantando el himno socialista internacional, como un agasajo para el dictador cubano Fidel Castro.
El senador socialista Bernie Sanders ya manifestó públicamente su respaldo a Warnock. Asimismo, el aspirante a senador apoya la expansión de la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio.
El senador republicano Marco Rubio “desnudó” en un artículo el perfil del candidato demócrata Raphael Warnock.
«El demócrata Raphael Warnock es el candidato más radicalmente liberal del país. Votaría al unísono con el líder de la minoría del Senado, Chuck Schumer, DN.Y., para eliminar el obstruccionismo del Senado, llenar la Corte Suprema de USA, aumentar los impuestos a las familias y las pequeñas empresas en billones de dólares, diezmar a las familias y los agricultores con Green New Deal, socialice su atención médica, cierre la economía y utilice las empresas de tecnología como armas para silenciar la disidencia», dijo Rubio.
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El senador recordó que Warnock ha llegado a elogiar el marxismo y el socialismo mientras criticaba el capitalismo: «Warnock fue expuesto una vez más como un mentiroso cuando imágenes recién descubiertas revelaron que, después de la muerte de Castro, Warnock elogió su legado como “complejo” y comparó a Estados Unidos con la Cuba comunista».
En una entrevista para Atlanta Magazine, el candidato habló de una especie de control de precios de medicamentos: «esperaría trabajar al otro lado del pasillo para reducir el costo de los medicamentos recetados a través de negociaciones de precios, lo que incluye presionar para que los Centros de Medicare y Medicaid tengan el poder de negociar precios de medicamentos más bajos».
Warnock habló también de presionar a las grandes compañías farmacéuticas: «a nivel federal, podemos presionar para que el Congreso reduzca el poder de intereses especiales, como las grandes compañías farmacéuticas».
Hay que recordar los sermones del reverendo que también han levantado polémica por asumir una posición que ha sido calificada de «antisemita y radical».
«Estoy con Israel», proclamó Raphael Warnock en un artículo de opinión publicado el 9 de noviembre, alegando que sus puntos de vista están siendo tergiversados «para beneficio político». «Las afirmaciones de que creo que Israel es un estado de apartheid son evidentemente falsas, no lo creo», escribió Warnock.
«Me opongo firmemente al movimiento BDS y sus fundamentos antisemitas». Concluyó que «puede contar conmigo para apoyar a la comunidad judía e Israel en el Senado de Estados Unidos».
Sin embargo, una investigación realizada por Investigative Project on Terrorism sobre los antecedentes del candidato demócrata reveló nuevas acusaciones contra Israel no denunciadas. Los periodistas Steven Emerson y David Swindle revelaron seis de las más extremas respaldadas por Warnock en una carta que firmó con otros pastores publicada por el Consejo Nacional de Iglesias en marzo de 2019 condenando a Israel.
En la misiva el demócrata comparaba a Israel con «regímenes opresivos». También comparó la valla de seguridad de Cisjordania de Israel con el «Muro de Berlín».
Si bien Raphael Warnock puede asegurar que hoy «está con Israel», queda la duda en los electores de Georgia. Emerson y Swindle se preguntan: «¿puedes realmente confiar en que lo hará mañana cuando, tan recientemente como el año pasado se sintió cómodo firmando su nombre con la afirmación de que Israel era comparable a múltiples estados racistas y totalitarios?».
Los demócratas depositan sus esperanzas en Georgia para definir el papel que jugarán en el Senado. La carrera por ese estado es la oportunidad de los republicanos de poner freno y controlar las iniciativas de la izquierda radical.
De hecho, si los demócratas lograran ganar los escaños del Senado en Georgia, normativas como el control de armas podrían hacerse realidad, sobre todo si Kamala Harris llegara a romper con un empate en el Parlamento.
Los republicanos han controlado la Cámara Alta durante los últimos dos ciclos, lo que limitó la agenda de Barack Obama e impulsó la de Donald Trump. De estas elecciones dependerá entonces el “libre” desenvolvimiento del próximo presidente de Estados Unidos.
Fuente: elamerican.