Por Liwei Fu
“Una vez que el rebaño acepte la vacunación obligatoria forzosa, ¡el juego se acabará! Ellos aceptan cualquier cosa: donación obligatoria de sangre o de órganos para el ‘bien mayor’. Podemos modificar niños genéticamente y esterilizarlos para el ‘bien mayor’. Cuando se controla la mente de la oveja, se controla el rebaño. Los productores de las vacunas ganarán billones, y muchos de ustedes que están en el salón hoy son los inversionistas. ¡Es un ganar-ganar inmenso! Nosotros reducimos el rebaño, y el rebaño nos paga por proveer servicios de exterminación. Ahora, ¿qué hay para el almuerzo, ¿eh?” (Dr. Henry Kissinger)
Estas palabras las habría dicho Kissinger en el Consejo de Eugenesia de la Organización Mundial de la Salud el 25 de febrero de 2009. Pero numerosos “fact checks” (“verificadores de hechos”) niegan esto. Se sabe que los fact checks trabajan justamente para encubrir información sensible que se ha filtrado públicamente.
Sea verdad o no, lo cierto es que Kissinger, en el Memorándum de Seguridad Nacional 200, fechado el 24 de abril de 1974 y titulado “Implicaciones del crecimiento de la población mundial para la seguridad de los Estados Unidos y los intereses en el extranjero”, dijo:
“La despoblación debería ser la máxima prioridad de la política exterior de Estados Unidos hacia el Tercer Mundo”.
En sus argumentaciones, expuso razones de seguridad nacional, y por qué la economía estadounidense requeriría grandes y crecientes cantidades de minerales del exterior, especialmente de países menos desarrollados.
Según un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional (NSC, por sus siglas en inglés) en ese momento, Estados Unidos compartía la opinión del expresidente del Banco Mundial, Robert McNamara, quien dijo que la “crisis poblacional” era una amenaza mayor para los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos que la aniquilación nuclear.
En 1975, Kissinger estableció un grupo de planificación de políticas en la Oficina de Asuntos de Población del Departamento de Estado de Estados Unidos. Desde entonces, esta política continuó. Y ahora aparecieron los grandes protagonistas, que no son solo gobiernos, sino “filántropos” malévolos como Bill Gates y George Soros. Al menos, el Comité del Nobel, infiltrado por los impulsores del Nuevo Orden Mundial, aún no le han otorgado el Premio Nobel de la Paz a estos dos personajes siniestros, pero sí a Kissinger, aunque no fue premiado -como se dijo oficialmente- por sus esfuerzos en terminar la Guerra de Vietnam, sino por adelantar la solución poblacional eugenésica.
Por su enorme población de 1,4 mil millones de personas, China era el blanco de la agenda de despoblación. Como es comunista, compartía la misma agenda. Por su gran poder económico y militar, en la década del 80, el Partido Comunista chino (PCCh) logró entrar en el escenario mundial formando parte del selecto club de la élite mundial. De hecho China, bajo Mao, ya estaba llevando a cabo la política de despoblación con abortos obligatorios. Para ambos bandos, resultó efectiva la coordinación para resolver el “problema” del crecimiento poblacional.
El resto es historia contemporánea y está desplegada frente a nuestros ojos. ¡Cuán arrogante y engreída es la consideración que tiene esta élite sobre la raza humana! Pero, ¿son ellos humanos realmente? Porque no saben que la vida que apareció sobre la Tierra no fue un accidente y el origen de los humanos es muy profundo. Todas las vidas fueron predestinadas sobre la Tierra y tienen sus razones y también sus propósitos. Y mediante siglos y siglos de viles manipulaciones, muchos seres humanos, tentados por dinero -mucho dinero-, juegos sexuales y otros comportamientos desviados han vendido su alma y su cuerpo humano a las fuerzas más oscuras del Universo. Están perdidos y tal vez ya no hay tiempo para que puedan ser salvados. Sin embargo, la absoluta mayoría de la población sigue siendo meras ovejas de un rebaño. ¿Cómo despertamos? Volviendo a la fe en Dios, Él nos salvará.
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