Continuar con el juicio político contra Donald Trump no será tarea fácil para los demócratas. En el medio de su iniciativa hay un vacío legal y falta de votos. Sin contar con que el tiempo ya no los acompaña, Donald Trump ya no está en la Casa Blanca.
El vacío legal nace desde la Constitución estadounidense. El artículo 2, sección 4, se refiere expresamente al proceso de ‘impeachment’. «El presidente, el vicepresidente, demás funcionarios civiles serán separados de sus puestos al ser acusados y declarados culpables de traición, cohecho u otros delitos y faltas graves».
Acá es donde surge el obstáculo para los demócratas y algunos congresistas republicanos. No se menciona nada sobre juicio político a expresidentes y tampoco hay precedentes. Andrew Johnson y Bill Clinton fueron juzgados cuando ocupaban el cargo. Aún así, el caucus pretende aprovechar el momento.
Joni Ernst es senadora republicana por Iowa, lanzó un razonamiento a inicios de semana que no distaría de la realidad. “He leído argumentos de ambos lados, pero no es nuestro presidente pasado mañana. Entonces, la única razón que puedo ver es que los demócratas quieren dividir aún más a la nación», reseñó The Hill
Ernst duda de la constitucionalidad del proceso, al igual que Lindsey Graham, senador por Carolina del Sur. Él explica que el juicio existe para proteger al país de un presidente en ejercicio, no para reivindicar agravios políticos después de que un presidente deja el cargo. Los senadores Tom Cotton y Tim Scott respaldan el argumento.
Encender el país
Si tomamos una referencia histórica, podemos mencionar a Joseph Story, juez de la Corte Suprema de EE.UU. entre 1812 y 1845, quien concluyó que se puede leer el texto de la Constitución para sugerir que la acusación solo se aplica a los funcionarios actuales.
Nancy Pelosi, presidente de la Cámara de Representantes, fue la que más corrió contra reloj. Propuso el juicio contra Trump casi mientras ocurría el asalto al Capitolio. Amenazó con esto si Mike Pence no invocaba la 25° enmienda para destituirlo de manera más directa. Como no consiguió respaldo, acudió al ‘impeachment’, no sin antes pedir al Pentágono que quitara a Trump los códigos de acceso a armas nucleares. El tiempo no le jugó a favor a Pelosi.
El líder republicano del Senado, Mitch McConnell, parecía estar de acuerdo con el juicio según una nota difundida por The New York Times, pero reconocía que no habían días suficientes. Además, el Senado estaba en receso. Trump no fue destituido.
A todo esto se suma un factor que ya mencionó en días previos la senadora Joni Ernst: la división que el juicio va a provocar en todo el país. A esta afirmación se suma el senador Marco Rubio, para quien es contraproducente un proceso de este tipo. «Creo que encenderá aún más a un país ya dividido en un momento ya difícil».
El precio de un voto
La historia no termina ahí. La nueva cara del Senado será de 50 demócratas contra 50 republicanos. Para condenar a Trump el caucus necesita los votos de al menos 17 senadores republicanos.
¿Por qué? Porque por ley se necesitan las dos terceras partes para condenar al expresidente. Una nota de NBC News hace un recuento de los republicanos que pudieran voltearse, quienes ya vienen mostrando signos de ello. De igual manera el número solo llegaría a 11. Faltarían seis más que no se sabe —hasta ahora— de dónde saldrán. En el afán por lograr el objetivo, el cabildeo de la bancada podría ir hacia senadores que estén por jubilarse. Sin embargo, Liam Donovan, un exagente de la campaña republicana muestra su escepticismo. Considera que «17 sigue siendo un número abrumador».
Además, está el precio político que implicaría para un republicano entregar su voto a favor de la sentencia. Suenan nombres como los senadores Roy Blunt y John Thune, pero ambos enfrentan la reelección el año que viene, completa NBC News. Un voto contra el expresidente sería propenso a generar molestia entre sus electores.
Aún si Mitch McConnell, líder del Senado por los republicanos, apoyara la sentencia, tampoco está asegurado que consigan los 17 votos adicionales. Un exasistente republicano dijo que McConnell «tendría que trabajar» por esos votos.
Inhabilitación de Trump
Desde la bancada demócrata reconocen la inviabilidad del proceso, pero ya que no dispusieron de tiempo suficiente, podrían acudir al recurso de inhabilitación.
El líder entrante de la mayoría demócrata, Charles Schumer, muestra a lo que apuntan. Ya es un hecho que la destitución quedó atrás. La inhabilitación surge entonces como un objetivo alterno para ese partido.
«Necesitamos sentar un precedente de que la ofensa más grave jamás cometida por un presidente será enfrentada con el remedio más severo provisto por la Constitución: el juicio político y la condena por parte de esta Cámara, así como la inhabilitación a un cargo futuro», dijo hace pocos días.
El tiempo comenzó a correr para la nueva administración, que ha defendido un discurso de unión. La «unión continuará», dijo Joe Biden en su juramentación, aunque un juicio contra alguien que no ocupa la presidencia podría enviar una señal diferente a los estadounidenses.
Fuente: panampost.com