Por José Gregorio Martínez
El chiste se cuenta solo. Irán, China, Rusia y Corea del Norte hicieron un particular exhorto durante una reciente sesión del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Los cuatro regímenes más sanguinarios pidieron a Australia que respete los derechos humanos en su territorio.
Fueron en total 31 naciones las que condenaron la demora de Australia en elevar la edad de responsabilidad penal y la detención de inmigrantes durante una sesión de la ONU que se llevó a cabo el pasado miércoles, según reseñó Newsweek. No obstante, llamó la atención la irónica intervención de países como Irán, China, Rusia y Corea del Norte para condenar los presuntos abusos a los derechos humanos que se estarían cometiendo en territorio australiano.
El inaudito exhorto de China
El régimen comunista chino, en voz de su ministro de Relaciones Exteriores, Hua Chunying, exhortó al Gobierno australiano a que adopte medidas para combatir la discriminación racial, el discurso de odio y la violencia. Hizo un llamado a cerrar los centros de detención de migrantes. Y para mayor ironía, pidió proteger los derechos de las minorías étnicas.
China es justamente señalada de violaciones a los derechos humanos al pueblo uigur y otras minorías musulmanas por sometimiento a trabajo esclavo. Por esta razón, el Congreso de Estados Unidos aprobó en septiembre de 2020 un proyecto de ley que busca prohibir ciertas importaciones de la región autónoma de Xinjiang.
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En ese mismo orden de ideas, el pasado 19 de enero, la administración saliente de Donald Trump calificó de “genocidio” la represión de Pekín contra la minoría uigur, lo que abre la puerta a posibles sanciones.
Adicionalmente, la política sanitaria del régimen comunista para controlar el virus originado en su territorio mostró el lado más brutal del totalitarismo. Human Rights Watch (HRW) denunció que en los días más oscuros del brote por COVID-19 en el gigante asiático, las autoridades al mando de Xi Jinping asesinaban a personas infectadas –niños incluidos– y a las más afortunadas las encerraban en sus casas soldando las rejas de las puertas y ventanas.
El descaro de Corea del Norte
Cuando se habla de Corea del Norte no hay otra referencia que la del país más hermético del mundo, donde la población vive al borde de la inanición y quien se atreva a disentir es asesinado sin contemplación. Fue este régimen totalitario el que –aprovechando la tribuna de la ONU– pretendió dar lecciones de derechos humanos a Australia.
Ha Tae Song, embajador de Kim Jong-un ante las Naciones Unidas, dijo que su país estaba “preocupado” por la situación de los derechos humanos en Australia. Por tal motivo, Pyongyang enumeró sus recomendaciones a Canberra: “Poner fin al racismo, cesar el trato inhumano en los centros de detención y garantizar el derecho de todos a participar en elecciones”.
Comenzando por el último punto, en Corea del Norte se instauró desde 1948 con Kim II-sung una dinastía que lleva ya tres generaciones gobernando el país sin posibilidad de disidencia. Y si de trato inhumano se trata, cualquier gesto que Kim Jong-un considere irrespetuoso es motivo suficiente para ser ejecutado. Así ocurrió en agosto de 2016, cuando el viceprimer ministro para Educación, Kim Yong-jin fue ejecutado por supuestamente haberse sentado de forma informal en presencia del líder supremo, según reseñó El País.
La doble moral de Irán
Le tocó el turno a Irán de hacer gala de su doble moral, con la declaración ofrecida por su representante diplomático ante la ONU. “Irán tiene serias preocupaciones por las violaciones de derechos humanos en Australia. Recomendamos que Australia ponga fin a la impunidad por crímenes de guerra, ponga fin a las detenciones arbitrarias basadas en fundamentos legales falsos y ponga fin a la brutalidad policial sistemática”.
En marzo de 2019, Estados Unidos presentó el informe anual del Departamento de Estado sobre derechos humanos, correspondiente a 2018, en el cual se señalan a varios países por cometer graves violaciones contra su población, y entre estos destacaba Irán.
La acusación contra el país islámico tiene que ver con la aplicación de “duras tácticas” contra los manifestantes durante las protestas en Irán que comenzaron en diciembre de 2017. El documento menciona que organizaciones defensoras de los derechos humanos habían informado sobre miles de arrestos y “muertes sospechosas” de detenidos.
La insólita preocupación de Rusia
Rusia fue otro país que olvidó la larga lista de denuncias en su contra por violaciones a los derechos humanos. “Rusia está particularmente preocupada por las detenciones indefinidas sin decisiones judiciales en Australia. También tenemos que reaccionar frente a la presión excesiva contra los periodistas que investigan crímenes de guerra”.
No hay que ir muy atrás para corroborar graves acusaciones contra el Kremlin. El pasado lunes, la organización internacional Human Rights Watch (HRW) denunció en voz de la investigadora en Rusia Damelya Aitkhozhina, que las autoridades de ese país ignoran y pisotean los derechos elementales de sus ciudadanos. Esto a propósito de las manifestaciones del pasado sábado a favor del opositor Alexéi Navalny, en las que fueron detenidas más de 3650 personas, según cifras de HRW publicadas por la agencia EFE.
Navalni fue arrestado al pisar suelo ruso tras permanecer varios meses en Alemania, donde fue tratado por un presunto envenenamiento del que hace responsable al Gobierno de Vladimir Putin.
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Este episodio tensó las relaciones entre Moscú y Berlín. En Rusia, los médicos del hospital donde fue tratado inicialmente y las autoridades de ese país descartaban la hipótesis de envenenamiento. Posteriormente, los resultados de las pruebas practicadas en el hospital universitario de La Charité, en Berlín, determinaron que hubo una intoxicación con un agente químico nervioso del grupo Norvichok.
Pero no se trata del único caso de envenenamiento que sufre un opositor ruso. El mismo Navalny ya había sido hospitalizado previamente por la misma razón. En 2006, fue envenenado en Londres el exespía ruso Alexander Litvinenko con polonio 210 mezclado con un té. También se recuerdan el caso del exespía ruso Serguéi Skripal, ocurrido en marzo de 2018. En 2015 y 2017, el activista Vladímir Kará-Murzá ingresó a urgencias por presunto envenenamiento. En 2018 se repitió la historia con el miembro del grupo activista Pussy Riot, Pyotr Verzilov.
La desprestigiada tribuna de la ONU
Otros países como Canadá, Alemania, Francia, Italia, Grecia, Suecia, España, Polonia, Portugal y México también lanzaron advertencias a Australia por su presunta violación de derechos humanos, según informó The Guardian.
Aunque fueron los irónicos consejos de Irán, China, Rusia y Corea del Norte los que más llamaron la atención y generaron una mezcla de indignación y asombro, la Organización de Naciones Unidas también ha sido muy criticada por servir de tribuna para regímenes violadores de derechos humanos como los ya mencionados y a los que se suman Cuba y Venezuela, que irónicamente han sido elegidos recientemente para ocupar un asiento en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Fuente: panampost.com