Por Nahem Reyes

Hablar de información sin duda es referirnos al abordaje de realidad, por ello no puedo dejar de preguntarme ¿nos quedamos contemplando las sombras en la caverna de Platón o nos levantamos para mirar directamente las imágenes que generan la sombra?

Sin duda, esto es un viejo debate para el ámbito de comunicación y con ello el papel de los grandes medios en la construcción del hecho noticioso y su posterior impacto en el desarrollo de matrices de opinión favorables o no a personas o hechos.

Allí entramos en un terreno pantanoso, difuso y gris, ¿existe la objetividad total tanto del periodista como del medio a la hora de abordar los hechos?, ¿cuán legítimo es el tan enaltecido concepto de la línea editorial? o lo que es más llamativo y pernicioso ¿hasta qué punto la línea editorial obnubila la realidad para acercarla a sus intereses corporativos, políticos y/o financieros?

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Hago estos planteamientos porque justamente la semana pasada, las noticias que tuvieron una masiva cobertura justamente por las grandes corporaciones de noticias mundial fueron: los llamados decretos “progresistas” de Biden, la nominación nada más y nada menos del movimiento “Black Live Matter” (BLM) para el premio Nobel de la Paz y finalmente, que un flamante equipo de científicos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) estuvo en el mercado de Wuhan. Curiosamente, quedó muy opacado que nuevamente la Big Tech como Twitter, bloqueó unilateralmente –aunque de manera temporal- la cuenta del partido Vox en España.

Vamos al análisis, ¿qué tiene de progreso que una persona transexual y a la postre biológicamente hombre, haga una micción en un sanitario de damas? En esa tónica de lo ilógico, un movimiento como BLM que, si bien es cierto reclamaba justificadamente el exceso policial en el caso de George Floyd, terminó degenerándose en un movimiento autoritario y vandálico que impuso la violencia, la anarquía, irrespetando la propiedad tanto pública como privada, en crudo, destruyeron ciudades enteras. Entonces, ¿este movimiento criminal y violento le corresponde una nominación al premio Nobel de la Paz?, le dejó el espacio para su reflexión.

Luego, con todas las pomas, docenas de periodistas seguían frenéticamente con sus micrófonos y cámaras al “equipo de científicos” de la OMS en el mercado de Wuhan, un año después que ha permanecido cerrado, lógicamente encontraron un espacio vacío con el típico olor penetrante de pescado y cloro. Sin embargo, nos vendieron que fue una visita muy enriquecedora. ¿Enriquecedora?

Los científicos entraron cuando el tirano comunista de China, Xi Jinping le interesa y desea que éstos entren para que finalmente China sea blanqueada de su total irresponsabilidad y negligencia criminal de su Gobierno en la gestión sanitaria al comienzo del brote en enero de 2020. 

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Eso por el lado de lo masivamente difundido, pero también está la cara de lo poco difundido, un simple ejemplo: las terribles imágenes de la computadora personal de Hunter Biden, bajo investigación del FBI y silenciado por los medios o más recientemente el bloqueo a la cuenta de Twitter del Partido Vox que manifiesta el legítimo derecho como españoles de detener la islamización, amén que ofrece datos estadísticos oficiales. Pero no, Twitter censuró a Vox por violar sus reglas, reglas que por cierto no regula la pornografía e incluso hasta presumibles casos de pedofilia, ¡hipócritas!

Cierro dejando en claro que, una vez más, esa falsa verdad (la construida magistral e intencionalmente por las grandes corporaciones de noticias) se nos termina imponiendo, quedando millones desinformados, contemplando y creyendo en las sombras de la caverna.

Nahem Reyes es Doctor en Historia de la Universidad Católica Andrés Bello

Fuente: elamerican.com

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