Traducido de secondopianonews.it por Tierrapura.org
Otro joven enfermero, Luigi Buttazzo, instrumentista de quirófano en el Policlínico Tor Vergata de Roma, falleció mientras dormía, probablemente fulminado por un ataque al corazón, según han escrito algunos medios de comunicación, entre ellos Repubblica.
El enfermero, de 42 años, falleció hace unos días tras la administración de la segunda dosis de la vacuna “Comirnaty” de Pfizer-Biontech, la llamada de refuerzo. Probablemente se trate de otra “casualidad”, ya que al parecer son “aleatorias” las numerosas muertes y reacciones adversas graves que se están produciendo en estos días en el personal sanitario vacunado.
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La muerte del enfermero del policlínico romano no es un caso aislado. A mediados de enero también falleció una joven enfermera de guardia en el hospital “Fabrizio Spaziani” de Frosinone, Elisabeth Durazzo, se murió mientras dormía probablemente a causa de un infarto. Ella también había recibido la vacuna.
Otro caso es el de la farmacéutica Miriam Gabriela Godoy, de 49 años, de Porto Corsini, localidad costera del Adriático. La farmacéutica se había vacunado el 14 de enero. Al día siguiente fue a la farmacia a trabajar y se sintió mal. Fue trasladada al Hospital Bufalini de Cesena y murió unos días después, el miércoles 20 de enero.
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Un médico de 45 años, Mauro Valeriano D’Auria, especialista en gastroenterología en el hospital “Umberto I” de Nocera Inferiore, falleció hace unos días, al parecer después de un partido de tenis, tras sufrir una parada cardíaca. El médico se había vacunado recientemente contra el Covid, hasta el punto de que en las redes sociales publicó una foto suya con la frase: “#Hecho, vacunación anticovid 19”.
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