Por Oriana Rivas
El precio de las vacunas chinas contra el COVID-19 es más alto de lo que se cree. El Gobierno chino pide a cambio vidas humanas al Gobierno de Turquía, cada vez más complaciente por conveniencias económicas.
La legislatura nominal de China ratificó el tratado de extradición el mismo día se había retrasado la entrega a Turquía de vacunas Sinovac. Ahora la oposición acusó a los líderes de Ankara de vender en secreto a los uigures a China a cambio de las dosis.
La persecución contra la minoría musulmana aumentó en los últimos meses. La policía turca ha allanado y detenido a unos 50 uigures en centros de deportación, dicen los abogados, un fuerte repunte con respecto al año pasado, indicó Associated Press.
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Un legislador del principal partido de oposición de Turquía llamado Yildirim Kaya afirmó que China ha entregado solo un tercio de los 30 millones de dosis que prometió para fines de enero. “Tal retraso no es normal. Hemos pagado por estas vacunas ”, dijo Kaya. «¿China está chantajeando a Turquía?». Ante las sospechas, el legislador acudió al Gobierno turco pero no tuvo respuesta.
Ley de extradición
El acuerdo bilateral de extradición fue firmado por ambos países en 2017 pero no fue sino hasta diciembre de 2020 cuando China lo ratificó. Turquía aún no lo aprueba de manera oficial.
Los presidentes Recep Erdogan y Xi Jinping rechazan que el proyecto de ley tenga como objetivo la extradición de uigures. Medios estatales chinos bajo el control del Partido Comunista tildan de «difamación» las acusaciones.
Sin embargo, los argumentos de los medios chinos contrastan con la realidad que atraviesa la comunidad uigur en Turquía. “Estoy aterrorizada de ser deportada”, dice la esposa de un hombre uigur que fue sacado de su casa por oficiales, muchos de ellos portando armas y vistiendo el camuflaje de la fuerza antiterrorista de Turquía. Hoy está en un centro de deportación, detalló AP.
Abogados que representan a los uigures detenidos dicen que, en la mayoría de los casos, la policía turca no tiene pruebas de vínculos con grupos terroristas. Ilyas Dogan, profesor de derecho de Ankar, advierte que las detenciones tienen motivaciones políticas.
La conveniencia de Turquía
«El trato a los uigures es una vergüenza para la humanidad”, así lo dijo el Gobierno de Erdogan a inicios del año 2019. Pero detrás de esas palabras hay acuerdos claves para Turquía, que se ha vuelto dependiente del apoyo de China.
Para el año 2016 firmaron alrededor de 36 convenios por un valor total de 300 millones de dólares. Los acuerdos abarcan productos como el mármol, el cromo, el aceite de soja, las avellanas o la fibra de algodón. En 2019 el Ministerio turco de Comercio calificó a China como su «mayor socio comercial». Ese año las inversiones de las empresas chinas en las instalaciones de infraestructura en Turquía alcanzaron los 15.000 millones de dólares.
La lista de negocios incluye una planta de carbón de $1,7 mil millones financiada por China se está construyendo en las orillas del mar Mediterráneo de Turquía. Tal es la cercanía que el aeropuerto de Estambul creó un proyecto llamado «Aeropuerto Chino Amigable» para «brindar una experiencia única a los viajeros chinos», indicó Xinhua, agencia china de noticias.
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Los estrechos lazos entre los dos países es algo que tiene preocupada a la comunidad uigur en Turquía, calculada en unas 50.000 personas. La urgencia por obtener la vacuna y el precio a pagar mantiene en vilo a esta minoría que es secuestrada en centros de tortura bajo condiciones infrahumanas.
“La muerte me espera en China”, dijo Abdurehim Parac, un poeta uigur exiliado luego de pasar tres años preso en China.
Fuente: panampost.com