Por Mamela Fiallo Flor
Frente al globalismo, ser patriota es una amenaza. Así lo ha denominado el gobierno progresista de Canadá, que designó a la organización Proud Boys como «terrorista» junto a otros 12 grupos extremistas. El gobierno canadiense decidió meter a los Proud Boys, que apoyan a Trump, en el mismo saco que al Estado Islámico y Al Qaeda.
«Según sus acciones, cada grupo cumple con el umbral legal» para la designación criminal, dijo Public Safety Canada al anunciar la medida.
La agencia citó «motivos razonables para creer que una entidad ha participado o facilitado a sabiendas una actividad terrorista» o ha actuado en nombre o en asociación con dicha entidad terrorista.
«El 6 de enero de 2021, los Proud Boys desempeñaron un papel fundamental en la insurrección en el Capitolio de los Estados Unidos. Los líderes del grupo planificaron su participación estableciendo objetivos, dando instrucciones y dirigiendo a sus miembros durante la insurrección», dijo Public Safety Canada.
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La agencia describe a los Proud Boys como «una organización neofascista que se involucra en la violencia política» y cuyos miembros «defienden ideologías misóginas, islamófobas, antisemitas, antiinmigrantes y / o supremacistas blancas y se asocian con grupos supremacistas blancos».
Un movimiento con representación diversa
Si bien es cierto que se han visto camisetas con consignas violentas, no representan a la generalidad del movimiento ni a la jerarquía, compuesta por migrantes, hispanos, negros y mulatos.
Y en las imágenes capturadas en las calles de Washington, es posible ver la bandera LGBT, banderas mexicanas y la bandera de Gadsden, representativa del movimiento libertario.
Como el nombre lo indica, Proud Boys está compuesto por “muchachos orgullosos”. Por ende no tienen mujeres entre sus filas. Esto no significa que no haya mujeres que respalden su causa ni que estos tengan animosidad hacia las mujeres.
Por ejemplo, la peleadora de la UFC, Tara Larosa, marchó junto a Proud Boys en Seattle y contempló hacer el equivalente femenino.
También la activista cubana Ana Olema caminó con los Proud Boys en Washington, D.C.
Pero el gobierno progresista de Canadá quiere instaurar la noción que una organización compuesta por varones que automáticamente profesa el odio por las mujeres. De igual manera tilda a quienes están orgullosos de sus raíces como fascistas.
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En oposición a criterios como estos, el líder de los Proud Boys, Enrique Tarrio, un mulato de origen cubano, portó una camiseta que decía “supremacía americana” como sátira de la “supremacía blanca” de la cual lo acusan a él y a su organización.
Su orgullo no se limita a un grupo étnico sino a lo que representa EE. UU., un lugar donde la libertad permite a cada persona salir adelante independiente de su origen.
Canadá respalda a Cuba, país promotor del terrorismo
Mientras el Gobierno de Canadá denomina terroristas a organizaciones civiles, apoya abiertamente a un régimen totalitario que ha entrenado y financiado a agrupaciones terroristas a lo largo de décadas: el cubano.
Sobre todo es un régimen que somete mediante el terror a su población. El artículo 3 de la Constitución dice: «Los ciudadanos tienen el derecho de combatir por todos los medios, incluyendo la lucha armada, cuando no fuera posible otro recurso, contra cualquiera que intente derribar el orden político, social y económico establecido por esta Constitución».
Según el artículo 5 de la Constitución: «El Partido Comunista de Cuba, único, martiano, fidelista y marxista-leninista, vanguardia organizada de la nación cubana, sustentado en su carácter democrático y la permanente vinculación con el pueblo, es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado».
Para conocer dicha persecución en carne propia, PanAm Post se comunicó con la activista Ana Olema, quien ha sido acusada de terrorista en Cuba.
Ana Olema marchó junto a los Proud Boys en las calles de Washington en noviembre de 2020. Y destaca la contradicción respecto a cómo Canadá los señala a ellos mientras avala al régimen comunista vecino.
Señala al Partido Comunista Cubano por respaldar a grupos terroristas como ETA y por ser mediador ante el acuerdo de paz en Colombia, al cual llama una farsa.
Denomina “vaciamiento del lenguaje” al hecho de que una palabra pierda su uso y valor, como es el caso de la palabra «terrorista», cuando organizaciones como Black Lives Matter (BLM), que han robado, saqueado y en las zonas que quedaron “libres” de la policía (por exigencia de los directivos del BLM), no la califican como tal.
El vaciamiento del lenguaje ha permitido que las palabras no cobren valor por su uso. Ana Olema ha sido denominada terrorista por el régimen.
Ella advierte que viene del futuro, pues los cubanos ya saben lo que es vivir bajo la pobreza y la persecución ideológica.
Y teme que tanto EE. UU. como Canadá adopten estas políticas, comenzando por el presidente Joe Biden.
Fuente; panampost.com