Otro perturbador ‘coqueteo’ de Biden que quedó grabado, esta vez a una enfermera

Traducido de nationalfile.com por Tierrapura.org

Joe Biden le dijo abiertamente a una enfermera que “pareces una estudiante de primer año” mientras se entregaba a una de sus típicas sesiones de coqueteo forzado, ante la mirada de su vicepresidenta Kamala Harris. Harris criticó hace tiempo el acoso sexual de Biden a mujeres desprevenidas, pero esos días han pasado. El perturbador momento fue grabado.

La enfermera no era una estudiante de primer año, en contra de la declaración de acoso de Joe Biden, y de hecho está a cargo de la gestión de un centro de vacunas COVID-19 que el régimen de Biden estaba destacando en una de sus emisiones de propaganda. Al parecer, Biden siente la necesidad de tratar a las mujeres con tanta degradación como su administración trata al pueblo estadounidense.

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Posteriormente, otra denunciante llamada Tara Reade se presentó para acusar a Biden de agresión sexual. NATIONAL FILE informó en abril de 2020:

A medida que el deterioro mental de Biden empeora, está surgiendo un patrón inquietante sobre su comportamiento hacia las mujeres. Por supuesto, Biden fue acusado en 2019 por una serie de mujeres, encabezadas por la ex candidata demócrata a vicegobernadora de Nevada, Lucy Flores, de conducta abusiva que incluía oler el cabello y realizar tocamientos no deseados. Nancy Pelosi minimizó cínicamente las denuncias de las mujeres, demostrando su falta de compromiso con el movimiento #MeToo, al aconsejar jocosamente a Biden que finja que las mujeres están resfriadas cuando se reúna con ellas.

Tara Reade, quien fuera asistente de personal de Biden, no se contuvo al describir el desequilibrio de poder entre Biden, poderoso demócrata, y ella misma. El incidente en cuestión, según Reade, ocurrió en 1993. La periodista Katie Halper estuvo dispuesta a hablar con Reade.

A continuación, una transcripción en Reddit de las declaraciones de Reade, cortesía de la revista Paste, que señala que Reade fue “calumniada como agente prorrusa” la primera vez que habló:

“[Un superior] me llamó y me dijo: “Quiero que le lleves esto a Joe. Lo quiere. Quiere que se lo lleves. Date prisa”. Y yo dije: “De acuerdo”. Y era una bolsa de deporte. Ella dijo, ya sabes, toma la bolsa de deporte. La llamó “bolsa de deporte”. Y sabes que ella dijo que estaba abajo hacia el Capitolio y que se encontraría contigo. 

Así que bajé, y me dirigí hacia allí y él estaba al principio hablando con alguien. Pude verlo a la distancia y se alejaron y luego eh, estábamos como en el costado. Era como la zona del lateral. Y mmm dijo “Hey, ven aquí Tara y entonces le entregué la cosa y me saludó. Recordó mi nombre. Y entonces nos quedamos solos, y fue la cosa más extraña. No hubo como un intercambio realmente. Me puso contra la pared. Y yo llevaba una falda. Ya sabes, una falda de negocios, pero no llevaba medias. Era un día caluroso y llevaba tacones. Y recuerdo que me dolían las piernas por el mármol del Capitolio. Así que recuerdo ese tipo de cosas. Recuerdo que yo llevaba una blusa y él me puso contra la pared, y la pared estaba fría. Y recuerdo que él… sucedió todo de una vez. La bolsa de deporte… no sé a dónde fue a parar. 

Se la entregué y ya no estaba. Y luego sus manos estaban sobre mí y debajo de mi ropa. Estaba diciendo varias cosas, y no puedo recordar todo lo que dijo. Recuerdo un par de cosas. Recuerdo que primero me dijo, mientras lo hacía, “¿Quieres ir a otro sitio? Y luego me dijo cuando me aparté que había terminado de hacer lo que estaba haciendo y me tiró hacia atrás y dijo: “Vamos, de veras. He oído que te he gustado”…

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Sí, hay algo que dijo que no quería decir, y no quería decirlo porque es lo que se queda en mi cabeza una y otra vez. Y um, es la cosa que se quedó conmigo a lo largo de los años. Pero él dijo, um. Cuando me tenía contra la pared después de que había hecho- después de que me alejé y dijo, “Hey” ya sabes “Vamos, he oído que te gustaba”. Y yo um sabía que él estaba enojado justo después de que tomó su dedo. Me señaló y dijo: “No eres nada para mí”. Y me miró y dijo: “No eres nada. Nada.” Y entonces debo haber reaccionado. Y creo que sólo lo dijo dos veces. Pero sólo escuché la palabra “nada”. 

Y debo haber reaccionado porque fue entonces cuando me tomó por los hombros y me dijo, ya sabes, “Estás bien. Estás bien. Estás bien”. Pero luego, como si se repitiera en mi cabeza y como el pasado mes de abril, cuando todas esas cosas salieron a la luz, me puse muy triste al respecto. Y lo que más recuerdo, casi más que el propio asalto, fue que yo no era nada. Y él tenía razón. Así es como la gente me trató. Así es como toda la oficina me trató. Y no tengo ninguna posición. No soy nadie. Y para él no soy nada”.