Este martes 9 de febrero, un grupo de académicos intelectuales y referentes políticos de Francia expresaron su profunda preocupación por el peligro que presentan los ataques de la izquierda norteamericana a la Historia, no sólo de su país si no que de todo el mundo. Estos ataques al legado e identidad de las naciones vienen de la mano del progresismo, la cultura del cancelamiento y el reformismo de izquierda.
Para los denunciantes, estos peligros ya se están viendo con fuerza en Estados Unidos, por ejemplo con la retirada de estatuas y monumentos de figuras claves de la historia del país. Según este grupo, una cosa así solo puede dañar el tejido social y provocar que la historia verdadera sea reescrita.
Puertas adentro, estos historiados y filósofos franceses recalcaron que todos estos problemas están cerca de llegar a Europa, y en especial a Francia, ya que consideran que el presidente Emmanuel Macron no está haciendo lo necesario para impedir que estas ideologías progresistas reescriban la historia.
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Esta última semana, el propio Ministro de Educación de Macron, Jean-Michel Blanquer, expresó su preocupación por este reformismo norteamericano: “no descartamos la idea de librar una batalla contra la matriz intelectual proveniente e importada de las universidades estadounidenses“.
El debate que trajo la respuesta de decenas de figuras públicas de ambas posturas viene remontado de un suceso de la semana pasada, cuando el nuevo Director de la Ópera de París, Alexander Neef, lanzó un reporte de 66 páginas sobre la diversidad en la compañía y anunció la total prohibición del “blackface” en las obras; esto es simular con maquillaje negro que cubra toda la cara ser una persona de tez negra, en este caso, para interpretar un personaje de descendencia africana.
Tan ridícula fue esta medida que el mismo diario Le Monde, de marcada ideología izquierdista y progresista, criticó a Neef. En una entrevista para este medio, el nuevo Director aseguró que “sin duda algunas obras desaparecerán del repertorio”, algo que Le Monde consideró “espantoso“.
El editor en jefe de Le Monde, Michel Guerrin, especialista en temas de cultura, dijo que Francia estaba “avanzando lentamente por el camino estadounidense, consistente en la autocensura desenfrenada de artistas y programadores para evitar problemas”, y realizó un desesperado pedido de que tanto la sociedad como el Gobierno pongan un freno a este atropello.
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Por el otro lado del espectro político, la candidata presidencial de 2017 y actual líder política de derecha, Marine Le Pen, criticó sin tapujos a Alexander Neef y lo acusó de haberse “empapado de la cultura progresista americana por 10 años” cuando estuvo trabajando en Canadá. “Esto es una especie de antirracismo enloquecido“, aseguró la diputada nacional, quien a su vez dijo que “cada vez más miembros destacados de la sociedad piden por censurarla“.
Fuente: derechadiario.com.ar