Traducido de bigleaguepolitics.com por TierraPura.org
El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, se declara victorioso tras resistir el intento de revolución de color de los globalistas, dirigido por agentes del infame oligarca izquierdista, George Soros.
“La guerra relámpago no tuvo éxito. Nos aferramos a nuestro país”, dijo Lukashenko sobre el intento de golpe de Estado orquestado contra su pueblo.
“A pesar de las tensiones en la sociedad creadas artificialmente por fuerzas externas, sobrevivimos”, añadió. “Tenemos que resistir a toda costa. Y 2021, este año, será decisivo”.
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Lukashenko fue criticado por los globalistas por negarse a cumplir las políticas del COVID-19. A pesar de ignorar los consejos de los funcionarios de salud pública, Bielorrusia no ha sufrido ningún repunte importante de casos por COVID-19.
Frente a dicha situación, los argumentos -tanto de las grandes farmacéuticas como los del Dr. Anthony Fauci- han sido rechazados.
En consecuencia, esto generó que los globalistas respondan intentando hacer quedar a Lukashenko como Gadafi (dictador libio).
“Si a algunos no les gusta el 80, que sea el 76 o incluso el 68”, dijo. “Pero lo ganamos de todos modos, nos apoyó una mayoría abrumadora”.
Los globalistas declararon que Lukashenko había robado las elecciones, a pesar de que no había pruebas que demostraran su afirmación. Después un grupo de lesbianas y homosexuales ocuparon las calles durante meses en un intento de promulgar una revolución contra Lukashenko. Sin embargo, el pueblo de Bielorrusia fue demasiado fuerte e inteligente para caer en la táctica globalista.
Lukashenko ha enfurecido a los globalistas al negar someterse a la histeria colectiva que rodea a la pandemia del COVID-19. Dijo que “es mejor morir de pie que vivir de rodillas”, al tiempo que se lamentaba del “frenesí y la psicosis” que los medios de comunicación han provocado en las masas en torno al virus y sugería el vodka como remedio.
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“No bebo, pero últimamente he dicho que la gente no sólo debería lavarse las manos con vodka, sino también envenenar el virus con él”, dijo Lukashenko.
“Hay que beber el equivalente a 40-50 ml de alcohol rectificado al día. Pero no en el trabajo”, añadió, sugiriendo también visitas regulares a la sauna para combatir el COVID-19.
Bielorrusia se está convirtiendo rápidamente en un país modelo para Occidente, con Lukashenko defendiendo los derechos de su pueblo frente a los intrusos extranjeros. La democracia liberal está sobrevalorada.