Traducido de globalnews.ca por TierraPura.org
La Junta Militar de Myanmar (o República de Birmania) ha emitido órdenes de detención contra seis personalidades por alentar las huelgas que han paralizado muchas oficinas gubernamentales en las protestas contra el golpe de Estado de este mes, y el total de detenciones desde entonces se acerca a las 500.
Miles de manifestantes se concentraron el jueves en una concurrida intersección cerca de la principal universidad de Yangon, la mayor ciudad del país, dijo un testigo.
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También estaba previsto que los estudiantes se reunieran en otra parte de la ciudad para protestar contra el golpe de Estado del 1 de febrero y la detención de la líder electa Aung San Suu Kyi.
Las marchas urbanas han sido más pacíficas que las manifestaciones sangrientamente reprimidas en el medio siglo anterior de gobierno del ejército, pero tanto ellas como el movimiento de desobediencia civil han tenido un efecto paralizante en gran parte de los asuntos oficiales.
En Yangon, muchos automovilistas condujeron a paso de tortuga en una muestra de oposición al golpe, un día después de que muchos fingieran estar averiados para bloquear la circulación de los vehículos de la policía y el ejército.
En Mandalay, la segunda ciudad en importancia, los manifestantes se concentraron para exigir la liberación de dos funcionarios detenidos en el golpe.
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A pesar de los llamamientos de la junta para que los funcionarios vuelvan al trabajo y de las amenazas con represalias si no lo hacen, no hay señales de que las huelgas vayan a ceder.
El ejército anunció a última hora del miércoles que seis personalidades, entre ellas directores de cine, actores y un cantante, eran buscados en virtud de una “ley antiincitación” por animar a los funcionarios a unirse a la protesta.
Los cargos pueden conllevar una pena de dos años de prisión.
Algunos de los incluidos en la lista se mostraron desafiantes.
“Es increíble ver la unidad de nuestro pueblo. El poder popular debe volver al pueblo”, publicó el actor Lu Min en su página de Facebook.
Servicios ferroviarios en el punto de mira
Los servicios de tren se han visto gravemente interrumpidos y, al anochecer del miércoles, las fuerzas de seguridad de Mandalay se enfrentaron a los trabajadores ferroviarios en huelga, abriendo fuego con balas de goma y catapultas y lanzando piedras, según los residentes.
Un trabajador del sector público resultó herido en la pierna por una bala de goma.
Ni el ejército ni la policía hicieron comentarios inmediatos sobre el incidente, pero la página de Facebook del ejército dijo que las fuerzas estaban proporcionando seguridad en todo el país para “asegurarse de que la gente tenga tranquilidad y un sueño profundo”.
La Asociación de Asistencia a los Presos Políticos de Myanmar señaló en un comunicado que el número de personas detenidas -desde que el golpe de Estado interrumpió una transición tentativa hacia la democracia- ascendió a 495 hasta el miércoles.
Según la asociación, 460 personas seguían detenidas.
El ejército se impuso en el poder luego de que la comisión electoral rechazara sus falsas acusaciones de fraude en las elecciones del 8 de noviembre.
En dichas elecciones el partido de la Liga Nacional para la Democracia (LND) de Suu Kyi -democráticamente electo- fue proclamado ganador.
Para el jueves estaban previstas más manifestaciones, entre ellas las de grupos de estudiantes y trabajadores de diferentes grupos étnicos de este diverso país asiático de más de 53 millones de habitantes.
Los opositores al golpe se muestran muy escépticos ante las promesas de la junta de entregar el poder tras unas nuevas elecciones para las que aún no se ha fijado fecha.
La Premio Nobel de la Paz Suu Kyi, detenida desde el golpe, se enfrenta a una acusación de violación de la Ley de Gestión de Desastres Naturales, así como por cargos de importación ilegal de seis radios walkie talkie. Su próxima comparecencia ante el tribunal se ha fijado para el 1 de marzo.
Suu Kyi, de 75 años, pasó casi 15 años bajo arresto domiciliario por sus esfuerzos para instaurar la democracia.
El ejército dice que un policía murió por las heridas sufridas en una protesta. Una manifestante que recibió un disparo en la cabeza durante una protesta en la capital, Naypyidaw (capital de Birmania), está siendo mantenida con respiración asistida, pero los médicos dicen que no esperan que sobreviva.