Traducido de breitbart.com por Tierrapura.org
En la propuesta más agresiva del Congreso para combatir la creciente sumisión de Hollywood a China, el senador Tom Cotton (R-AK) pide que el gobierno federal prohíba la inversión china en la industria del entretenimiento de Estados Unidos y exija a los estudios que disuelvan sus empresas asociadas con China.
Esta propuesta sin precedentes permitiría a los estudios estadounidenses producir contenidos libres de la influencia y la censura del Partido Comunista Chino (PCC), dijo el senador en su plan “Beat China”, que hizo público el jueves. El plan esboza el esfuerzo más amplio del senador para desvincular los negocios estadounidenses de Pekín, centrándose en las telecomunicaciones, los semiconductores, el campo médico y otras industrias.
“Tenemos que vencer a este imperio del mal y relegar a los comunistas chinos -al igual que a los bolcheviques- al montón de cenizas de la historia”, dijo el jueves en un discurso en el Instituto Reagan, donde dio a conocer el plan.
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Los estudios de Hollywood se han vuelto cada vez más adictos a la inversión y a los espectadores chinos en su búsqueda de beneficios cada vez mayores. Como resultado, han acogido a empresas chinas en casi todos los niveles de la industria, desde la financiación de las películas más taquilleras hasta el negocio de la exhibición, donde la china Dalian Wanda es propietaria de la mayor cadena de cines de Estados Unidos, AMC Theatres.
Pero el dinero chino viene con condiciones. Los estudios están ahora autocensurando sus contenidos para evitar ofender a Pekín y escribiendo guiones para retratar a China de forma positiva. También están haciendo la vista gorda ante las atrocidades contra los derechos humanos que Pekín está cometiendo en sus regiones occidentales.
Como informó Breitbart News, Walt Disney Co. ha guardado silencio sobre las nuevas revelaciones de abusos de los derechos humanos de las minorías en la región de Xinjiang, donde el estudio rodó partes de su película de acción real Mulan.
El senador Cotton calificó a China de “poderoso adversario totalitario” en su informe.
“Estados Unidos debe darse cuenta de que la cultura y la información son campos de batalla en la competencia con China”, escribió Cotton. “Para ello, Estados Unidos debe garantizar que Hollywood pueda producir su contenido libre de influencias extranjeras malignas y que el PCCh no tenga control sobre lo que los estadounidenses pueden ver”.
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Continuó:
“Como tal, el gobierno federal debe prohibir la inversión china en los estudios y servicios de streaming de Estados Unidos. Las empresas de entretenimiento estadounidenses deberían desprenderse de fuentes chinas y disolver las empresas conjuntas existentes”.
“El gobierno también debería prohibir la inversión china en las plataformas que proyectan películas y programas de televisión en Estados Unidos, como las empresas de cines y los proveedores de televisión por cable y de difusión. Suponiendo que AMC Theatres sobreviva a la pandemia, el gobierno debería exigirle que se separe de Dalian Wanda”.
El senador Cotton se ha convertido en uno de los más críticos del Congreso con China. El año pasado, el senador dijo en el programa Breitbart News Daily de SiriusXM que los estadounidenses deberían boicotear a China -en particular a los productos chinos- por “desatar” la pandemia de coronavirus en el mundo.
Bajo la administración de Donald Trump, Hollywood está siendo criticado por su acogedora relación con los dictadores del PCCh.
El secretario de Estado, Mike Pompeo, y el fiscal general, Bill Barr, denunciaron a la industria del entretenimiento por mirar hacia otro lado cuando se trata de los abusos de los derechos humanos en China. El senador Ted Cruz (republicano de Texas) ha propuesto cortar toda la ayuda federal a los estudios que autocensuran sus contenidos para apaciguar a Pekín.
El senador Cotton concluyó instando a los líderes empresariales de Hollywood a que se den cuenta de la amenaza que supone China.
“Los ejecutivos del mundo del espectáculo deben entender que el PCCh, aunque sea un socio rentable a corto plazo, es en última instancia hostil a su libertad y creatividad”, escribió en el informe del jueves. “Deben estar dispuestos a enfrentarse a esta amenaza, como han hecho valientes artistas con regímenes totalitarios anteriores, anteponiendo sus ideales a sus intereses financieros a corto plazo”.
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