Por Oriana Rivas

Comenzaron por infiltrar al Partido Comunista en empresas estadounidenses con sede en China y por llevar expertos a ese país a mostrar sus conocimientos. El régimen comunista de Xi Jinping apunta a empresas emergentes pero también a las grandes corporaciones de Silicon Valley.

El objetivo sigue vigente: adquirir tecnología avanzada de Estados Unidos. De allí salta el nombre de AXT Inc., una empresa con sede en la Unión Americana dedicada al diseño y fabricación de sustratos de semiconductores. Estos se emplean para fabricar chips usados en casi todos los dispositivos electrónicos.

Para mayo de 2018 habría firmado un contrato con el gobierno del condado de Dingxing, en la provincia de Hebei, en China, según documentos obtenidos por The Epoch Times. El contrato entre la empresa y el gobierno establecería varias condiciones de acuerdo con ese medio:

  • El gobierno de Dingxing prometió apoyar el desarrollo de AXT Dingxing a través de “políticas nacionales” y regulaciones provinciales.
  • AXT invertiría más en investigación, desarrollo y enviaría más especialistas a trabajar en Dingxing.
  • AXT Dingxing establecería una estación de investigación postdoctoral, que se centraría en nuevas innovaciones tecnológicas.

“Made in China 2025”

La ruta del país asiático está plasmada en “Made in China 2025”, un plan político-económico presentado por China en 2015 para asegurar el crecimiento de la industria. La idea es aumentar el contenido nacional de materiales básicos al 40 % para 2020 y al 70 % para 2025.

Lea también: Facebook ayudó al PCCh a minimizar los crímenes contra los uigures

No se centra en manufacturas simples, sino en aquellas de alta tecnología como la industria aeroespacial, la robótica, la informática, la industria farmacéutica y los semiconductores. Este último es precisamente el mercado de AXT Inc. cofundada por el taiwanés-estadounidense Morris Young en Fremont, California, en 1986.

Actualmente toda su fabricación se realiza en China, incluida una fábrica en Dingxing, que se llama Baoding Tongmei Crystal Manufacturing (AXT Dingxing), de acuerdo al reporte. En un registro de empresas chinas habilitado en internet puede leerse que AXT Dingxing estableció esa fábrica en julio de 2017 con más de 29 millones de dólares.

Sin embargo, el plan no terminará en 2025. Por el contrario, será solo la primera fase, en la que China espera figurar como potencia manufacturera global. La fase dos, del año 2026 al año 2035 será para posicionarse a un nivel medio. La fase tres, de 2036 a 2049, China desea convertirse en el país manufacturero líder del mundo.

El millonario impulso económico del gobierno quedó plasmado en una nota publicada por el Consejo de Estado del gobierno chino. De 2016 a 2020 intensificó la inversión con 1500 millones de dólares.

Influencia en Silicon Valley

Además del trato con AXT Inc., trascendió en los documentos una visita en 2018 a Silicon Valley y a Toronto de un funcionario chino llamado Li Baosen. La invitación habría sido emitida por David C. Lee, director ejecutivo de Globaleur, proveedor de software de viajes basado en inteligencia artificial.

Luego de su visita, Baosen —quien es director del comité de gestión de la zona de alta tecnología de la ciudad de Baoding— informó al gobierno de esa ciudad que visitó y discutió la posible cooperación con Globaleur, Dilili Labs Inc., R2.ai, Luxena Pharmaceuticals Inc., Maykke y Lifeliqe, y visitó el campus de Hewlett-Packard, Nvidia, Google y Apple, agrega The Epoch Times.

En su informe añadió que quería invitar a esas empresas a abrir sedes en Baoding. Tambián abrir «centros de innovación» en Silicon Valley y en Toronto, Canadá.

De PepsiCo a la NASA

Varios casos de intervención China en EE. UU. han saltado en los últimos meses. El listado es variado y va desde la política hasta la tecnología.

Un informe del Departamento de Justicia informó que un empleado de la NASA admitió vínculos con un programa chino destinado a captar talentos extranjeros bajo condiciones de contratación poco usuales.

Lea también: Los aliados de la censura: La Casa Blanca contacta con Facebook, Twitter y Google para «luchar contra la desinformación» sobre el virus

El científico Meyya Meyyappan no había revelado su participación en un programa de reclutamiento del régimen chino llamado el «Programa de los Mil Talentos» que lo llevó a dar charlas sobre nanotecnología en universidades de China. Para 2018, esta técnica habría reclutado 8000 expertos. A la par de su trabajo en la NASA, daba estas charlas financiadas por el gobierno. Tuvo compromisos similares en una universidad de Corea del Sur desde 2009 y en una universidad de Japón desde 2013.

Meses antes ya se había dado a conocer cómo militantes del Partido Comunista Chino (PCCh) forman parte de las nóminas de IBM, PepsiCo y 3M, que tienen sede en el país gobernado por Xi Jinping. No es nueva esta técnica de incorporar simpatizante del partido en empresas extranjera. En 2016, el PCCh habría sumado simpatizantes en alrededor de 75000 compañías extranjeras en China.

A esto se suma que China ya trabaja en el desarrollo la tecnología 6G que aportará mayor velocidad de descarga y todo un catálogo de posibilidades que rayarían en la ficción. El hecho, más que positivo, podría generar desconfianza en países que desde ya evitan adoptar la red 5G, cuyo mercado está dominado en más de dos tercios por empresas chinas.

Por estas fechas se celebra el MWC Shanghai 2021, el evento tecnológico del año en Asia donde se verán los avances en inteligencia artificial, la industria conectada y las innovaciones.

Fuente: panampost.com

Envía tu comentario

Subscribe
Notify of
guest
0 Comentarios
Más antiguos
Recientes
Inline Feedbacks
Ver todos los comentarios

Últimas