Las administraciones de Joe Biden, Xi Jinping y Vladimir Putin, determinarán el destino del mundo. Sus naciones, que fueron aliadas contra el fascismo en la Segunda Guerra Mundial, ahora se enfrentan al peligro de que una de ellas, los Estados Unidos, decida descarbonizar la economía mundial —y por consecuencia desindustrializar y despoblar el planeta— usando la farsa pseudocientífica impuesta por las élites maltusianas de Londres que sostienen que “el cambio climatico es causado por el hombre y por las emisiones de CO2”.

El 27 de enero, Biden firmó una orden ejecutiva [1] que le permitiría utilizar el conflicto anti-CO2 para justificar casi cualquier acción dentro y fuera de los Estados Unidos, por ejemplo, operaciones de cambio de régimen en naciones industrialistas que no comulgan con la farsa verde.

Hay que recordar cómo el imperio anglo-estadounidense utilizó un auto-atentado (el 11 de septiembre de 2001) para justificar la intervención y las guerras en Oriente Medio contra el terrorismo islámico creado por el Reino Unido y financiado por Estados Unidos.

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Pues la narrativa del cambio climático provocado por el hombre es otra gran operación de bandera falsa que determinará el rumbo de la geopolítica de este siglo.

El cambio climático es causado por fenómenos del clima espacial que ocurren en el sistema solar y la galaxia e impactan a la Tierra [2], y no por las emisiones de CO2 ni los seres humanos. Y si algunos de estos cambios pudieran llegar a provocar una catástrofe —como por ejemplo un apagón causado por una tormenta electromagnética—, la realidad es que la prevención de dicho evento no dependería de la descarbonización del planeta, sino del desarrollo de la industria y el crecimiento tecnológico que permitan resistirla.

El “Nuevo Trato Verde” (Green New Deal) no es otra cosa que una nueva forma de eugenesia disfrazada de “reforma del sistema con conciencia social.” [3] Este Nuevo Trato Verde no solo NO es verde (ya que un mundo cubierto por paneles solares aumentaría la desertificación de la Tierra a través del calentamiento), sino que no tiene conexión conceptual con el Trato Verde original. Los efectos de un programa que busca reducir las emisiones globales de CO2 a “niveles aceptables” de acuerdo con la voluntad del Nuevo Imperio Británico de hoy no traerá nada más que caos, hambre y despoblación a la humanidad.

Como afirma un editorial reciente de la revista Ecexutive Intelligence Review [4] respecto a la sinrazón verde:

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“Y luego está la locura —la pura locura política— que emana del sistema moribundo. Recordemos que el Chatham House/Royal Institute of International Affairs argumentó en un informe del 3 de febrero de 2021 [https://www.mentealternativa.com/think-tank-de-la-realeza-britanica-quiere-quitarte-la-comida/] que el crecimiento de la producción mundial de alimentos era la principal causa de “la pérdida de biodiversidad”, y que una reducción deliberada de la agricultura era la mejor manera de salvar el planeta. Ahora, la publicación insignia del Imperio Británico, The Economist, se ha preguntado en un importante artículo político del 28 de febrero: “¿Ha llegado el momento de que el ‘ecocidio’ se convierta en un delito internacional?”, para responder con un entusiasmo apenas disimulado que: “Un creciente movimiento quiere que la destrucción del medio ambiente sea tratada como genocidio y crímenes contra la humanidad”.

Fuente: mentealternativa.com

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