Por Mauricio Ríos García

A pesar de que todavía hay un esfuerzo muy grande no sólo por parte del Movimiento al Socialismo, sino además por muchos de sus simpatizantes y socios políticos en el exterior, por insistir en lo contrario, no cabe duda alguna de que Evo Morales y su partido cometieron fraude mediante “manipulación dolosa” e “irregularidades graves” en las elecciones de octubre de 2019.

Así lo certifica el informe final de la Organización de Estados Americanos (OEA), y así lo ratificó la Asamblea Legislativa Plurinacional donde el MAS tenía mayoría de dos tercios al anular las elecciones y al reconocer la legalidad de la sucesión constitucional por la que Jeanine Áñez asumió la presidencia.

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Sin embargo, no deja de llamar la atención el hecho de que hasta el momento no se haya hecho ninguna auditoría al padrón electoral para las elecciones de octubre de 2020 en las que ganó Arce Catacora, y que ahora la ciudadanía se encuentre nuevamente encaminada a celebrar elecciones este domingo 7 de marzo con el mismo padrón electoral.

inicios de 2020, bajo la presidencia de Salvador Romero, se depuraron 20.000 fallecidos, pero no se hizo una auditoría hasta el momento. Por ejemplo, Virginio Lema, ex candidato a la presidencia en las elecciones de 2019, ha liderado la elaboración de un informe ciudadano que ha provocado que, luego de haberse negado, el TSE finalmente acepte una auditoría al proceso electoral de 2020.

Sin embargo, Lema afirma que hasta el momento “no ha pasado nada” y existe la misma cantidad de problemas que los de las elecciones de 2019 y 2020. En este sentido, Lema explica:

En 2019 votaron 6 millones y estaban inscritos 7 millones, en números redondos. En 2020, estaban inscritos nuevamente 7 millones y han votado 6 millones. ¿Hoy, en 2021, cómo es posible que sigan inscritos 7 millones? ¿Cómo es que en dos elecciones consecutivas no se haya depurado a nadie? 

inicios de 2020, bajo la presidencia de Salvador Romero, se depuraron 20.000 fallecidos, pero no se hizo una auditoría hasta el momento. Por ejemplo, Virginio Lema, ex candidato a la presidencia en las elecciones de 2019, ha liderado la elaboración de un informe ciudadano que ha provocado que, luego de haberse negado, el TSE finalmente acepte una auditoría al proceso electoral de 2020.

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Sin embargo, Lema afirma que hasta el momento “no ha pasado nada” y existe la misma cantidad de problemas que los de las elecciones de 2019 y 2020. En este sentido, Lema explica:

En 2019 votaron 6 millones y estaban inscritos 7 millones, en números redondos. En 2020, estaban inscritos nuevamente 7 millones y han votado 6 millones. ¿Hoy, en 2021, cómo es posible que sigan inscritos 7 millones? ¿Cómo es que en dos elecciones consecutivas no se haya depurado a nadie?

De acuerdo con Valverde, hay al menos 1,4 millones de registros de votantes en el actual padrón que serían falsos o dudosos. Dicha cifra representa alrededor de un 20% de margen de error cuando la ley dice que sólo puede haber un 5% de margen de error como máximo.

En este mismo sentido, en enero de 2021, Rosario Baptista Canedo, actual vocal del Tribunal Supremo Electoral, envió una carta a la OEA en la que solicitó al secretario general del organismo que “investigue la probable existencia de un bloque de data alterno, técnicamente reservado, con acceso privilegiado, restringido y secreto, fuera del alcance de quienes hasta ahora verificaron la integridad del padrón electoral”.

A pesar de la seriedad de sus denuncias, la carta a la OEA se tradujo dos meses más tarde en un proceso y una suspensión temporal en contra de Baptista. Aunque el TSE levantó dicha suspensión de manera temporal, hasta el momento no se ha tenido mayor conocimiento al respecto.

Peor aún, para mayor sospecha y susceptibilidad sobre la confianza en este nuevo proceso electoral, así como para las elecciones de 2020, el TSE ha decidido suspender el sistema de Difusión de Resultados Preliminares (Direpre), sistema que fue fundamental para empezar a detectar claramente los primeros indicios de fraude en octubre de 2019. 

No se tiene conocimiento concreto sobre si los partidos opositores advierten los riesgos de que se repita nuevamente un fraude y haya organizado un control electoral territorial a lo largo y ancho del país. Sin embargo, la ciudadanía ha realizado iniciativas como las de Virginio Lema, que ha habilitado líneas telefónicas para recibir fotos de las actas de cada mesa del país en, y otra que está enfocada a reportar incidentes, cuyo nombre es Yo Reporto.

Otra de las grandes incógnitas que surge para las elecciones de este domingo -con base en la experiencia de 2020- es si será nuevamente una empresa privada de encuestas la que transmita al público los resultados oficiales de las elecciones y no el TSE, y si los candidatos opositores nuevamente se apresurarán en reconocerlos.

Aunque se espera de que las elecciones de este domingo sean transparentes dada la presencia de veedores internacionales, el TSE no ha logrado recuperar la confianza del público en general a falta de auditoría del padrón electoral.

Fuente: gaceta.es

 

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