Trabajar en McDonald’s quizá no sea la meta laboral de jóvenes ambiciosos. El trabajo puede ser agotador, repetitivo, muy poco empoderante y no el mejor pagado (sueldo bruto, 38.400 euros brutos al año). Pero tiene otras ventajas.

En Estados Unidos un movimiento sindical obligó a que McDonald’s aumentara en algunos estados a 9 dólares la hora. El mes pasado, Insider Paper denunció que la empresa dispone de un discreto equipo de ‘inteligencia’ que espía a los empleados que luchan por un sueldo digno. Pero todo esos son minucias: lo importante es que McDonald’s España se ha convertido en la primera empresa a nivel mundial en elaborar un protocolo para la gestión de la diversidad sexual. ¿Qué tal?

Si usted, empleado de McDonald’s, pertenece a esa exigua y despreciable minoría que está razonablemente contenta con el sexo que le ha otorgado el destino, pues vale, quizá vea a su empleador como una implacable multinacional sin alma que le explota por una miseria.

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Pero sí, en cambio, pertenece a esa enorme y creciente masa de concienciados inconformes con el patético trabajo de la naturaleza distribuyendo géneros y cuerpos, está de enhorabuena: la compañía ofrece pautas de actuación para saber acompañar a empleados o a empleadas que decidan iniciar una reasignación de sexo. ‘Acompañar’, eh, que tampoco es que se lo vayan a pagar.

McDonald’s es la quintaesencia de eso que se llama ‘capitalismo woke’. Se trata, fundamentalmente, de multinacionales potentísimas -de Nike a Gillette, pasando por las grandes tecnológicas- que se están haciendo de oro con la globalización y, ahora, con la destrucción de sus rivales de menor peso con la excusa de la pandemia, y que buscan limpiar su imagen de Scrooge explotador apuntándose a todas las modas políticamente correctas a las que puedan echar mano y presentándose como campeones de la nueva ‘justicia social’.

La política tiene mucho de puro control de daños: no es un secreto que los grupos de presión de la ideología ‘woke’ son duchos en arruinar empresas que no se someten a sus totalitarios ucases con demandas judiciales o campañas de desprestigio, rebajándose a lo personal cuando hace falta. Y nadie quiere este tipo de enemigos.

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Nike, el fabricante de las deportivas más codiciadas, es un ejemplo evidente. Al iniciarse la acción violenta del grupo marxista Black Lives Matter, lanzó un vídeo en redes sociales en el que, jugando con su legendario lema publicitario (Just do it), dice «Por una vez, no lo hagas» (For once, don’t do it), animando a «no fingir que no hay un problema en América» y «no dar la espalda al problema del racismo». Mientras, la prensa se hacía eco de que el fabricante americano explotaba probablemente mano esclava de prisioneros uygures en China para elaborar sus deportivas. Se ve que su mano izquierda no sabe lo que hace la derecha.

En el caso de McDonald’s España, la empresa ha lanzado un Plan de Igualdad que, no, no significa que los ejecutivos de la empresa vayan a ganar lo mismo que sus camareros, o remotamente parecido, sino el postureo a la moda con más de 35 acciones, repartidas a su vez en distintos ejes de actuación: cultura organizativa, acceso al empleo, política salarial, formación, promoción, conciliación, comunicación, salud laboral y violencia de género.

Para este año 2021, el plan prevé incorporar nuevas acciones, como por ejemplo la puesta en marcha de un plan de formación, creado en exclusiva para McDonald’s, dedicado a la diversidad, la equidad y la inclusión. Imagino a sus empleados emocionadísimos de que, después o aparte de la agotadora jornada deben someterse a sesiones de reeducación maoísta.

El director de Recursos Humanos de McDonald’s España, Alberto Unzurrunzaga, asegura en declaraciones recogidas por Europa Press que su «objetivo fundamental es garantizar el bienestar de todas las personas que trabajan en McDonald’s». «Por eso, la plena consecución del Principio de Igualdad y no discriminación entre mujeres y hombres forma parte de nuestra cultura corporativa y es uno de nuestros pilares fundamentales como marca empleadora”. No sé, Alberto, se me ocurren unas cuantas cosas para asegurar el “bienestar” de sus empleados, y esta no está ni entre las veinte primeras.

Fuente: actuall.com

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