(Minghui.org) En sus 58 años de vida, la señora Jiang Tao ha experimentado muchas cosas. Detención arbitraria, trabajos forzados, encarcelamiento, tortura, el suicidio de su marido, un hijo adulto con problemas mentales y dificultades financieras, todo ello infligido directa o indirectamente por el régimen comunista debido a su inquebrantable fe en Falun Dafa.

Falun Dafa, también llamado Falun Gong, es una práctica espiritual basada en los principios universales de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Fue introducida por primera vez al público en China por el Sr. Li Hongzhi en 1992. En pocos años, ganó tanta popularidad que Jiang Zemin, el entonces líder del partido comunista chino (PCCh), se sintió amenazado. Prohibió la práctica y lanzó una persecución nacional contra sus practicantes en julio de 1999.

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Durante esta persecución, que lleva dos décadas, cientos de miles de practicantes han sido arrestados arbitrariamente, detenidos, condenados, torturados y asesinados. Algunos han sido incluso asesinados por sus órganos para abastecer a una siniestra actividad de sustracción forzada de órganos dirigida por el estado. Mientras los practicantes pagan un alto precio por mantener su fe, sus familias también sufren y se sacrifican.

La Sra. Jiang, de la ciudad de Pingdu, provincia de Shandong, no es una excepción. Desde el inicio de la persecución, ha sufrido lo inimaginable: múltiples arrestos, detenciones, trabajos forzados, torturas y encarcelamiento. Su marido y su hijo fueron marginados, discriminados y acosados por estar emparentados con un practicante de Falun Dafa, lo que es una práctica habitual en la China actual debido a la campaña de propaganda del PCCh que incita al odio. Dos décadas de esto han tenido un alto costo en la salud mental de su esposo e hijo.

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El hijo de la Sra. Jiang, Zhao Xiaodong, padece una enfermedad mental desde los veinte años. Abandonó la universidad y ha entrado y salido de hospitales psiquiátricos y su estado mental no es lo suficientemente estable como para mantener un trabajo.

Con la tremenda presión y el peso de cuidar de su hijo mentalmente inestable mientras la Sra. Jiang estaba encarcelada de 2017 a 2020, su marido decidió quitarse la vida durante el Año Nuevo Chino en enero de 2020, unos dos meses antes de que la Sra. Jiang fuera liberada.

La Sra. Jiang quedó desolada al enterarse de la muerte de su marido cuando volvió a casa.

Ahora lestá trabajando duro para cuidar de su hijo mientras lucha con una tremenda angustia financiera ya que los ahorros de la familia han sido retirados por sus suegros.

La Sra. Jiang y la familia se benefician de Dafa

Antes de comenzar a practicar Falun Dafa, la Sra. Jiang sufría de muchas enfermedades, como artritis, hombro rígido, dolor de cuello debido al desgaste de los discos de la columna vertebral, migrañas y problemas cardíacos. Había visitado muchos hospitales y probado diversos tratamientos, como el electrocauterio, la acupuntura y la medicina china y occidental, pero nada funcionó. A pesar de gastar una fortuna, seguía sufriendo mucho. Casualmente un día le presentaron Falun Dafa y comenzó a practicarlo. En seis semanas, todos sus síntomas habían desaparecido.

Tenía una familia feliz y armoniosa. Su marido era un hombre optimista y trabajador, y su hijo un chico dulce y amable. Trabajó en el centro comercial New Age primero como vendedora y luego fue ascendida a contable.

En una declaración personal, el marido de la Sra. Jiang describió el drástico cambio que experimentó su esposa después de comenzar Falun Dafa. “Después de empezar a practicar Falun Dafa, mi esposa se recuperó rápidamente de todas sus enfermedades e incluso su temperamento mejoró. Se volvió más considerada con los demás. Antes se metía en muchas discusiones con otros y causaba muchos problemas a la dirección del trabajo. Después de cultivar Falun Dafa, ya no se centraba en los defectos de los demás y siempre buscaba sus propios errores. Todo el mundo fue testigo del gran cambio que se produjo en mi mujer. Se ganó los elogios y el reconocimiento de sus supervisores y compañeros de trabajo por igual”.

Como una verdadera cultivadora de Falun Dafa, trató de aplicar los principios de Falun Dafa de Verdad-Benevolencia-Tolerancia en su vida diaria y mejorar constantemente su carácter moral. Un día, el desagüe del baño del trabajo se atascó y el agua inundó el baño y el pasillo. La gente puso ladrillos para hacer un camino para poder seguir usando el baño, pero nadie se molestó en arreglar el problema.

La señora Jiang recordó las enseñanzas del maestro Li Hongzhi de que los practicantes debían ser siempre considerados con los demás en todo lo que hicieran. Encontró el desagüe bloqueado bajo 20 cm (8 pulgadas) de agua sucia con el tacto y retiró la basura que causaba el bloqueo. El agua sucia se drenó rápidamente y ella suspiró aliviada. Cuando se dio la vuelta, vio a algunos directivos y empleados que la observaban con incredulidad.

Vivía en un apartamento proporcionado por el trabajo. Había un pozo en la parte inferior de su edificio. La dirección del centro comercial necesitaba llevar el agua del pozo al centro comercial que estaba frente a los edificios de apartamentos. Sin embargo, ni el director de la oficina, ni el jefe de seguridad, ni el jefe del almacén que vivían en su edificio querían que la tubería pasara por su sótano. Cuando la dirección se lo pidió a la Sra. Jiang, ella pensó: “Soy una practicante de Falun Dafa que cultiva Verdad-Benevolencia-Tolerancia”. Aceptó que se instalara la tubería en su sótano.

Dafa la cambió de ser una persona egoísta, que solía serlo, a una persona considerada y amable. Su vida familiar era más armoniosa y su marido e hijo estaban convencidos de que Falun Dafa es una práctica maravillosa. Al creerlo firmemente, ellos también se beneficiaron de Dafa.

Cuando el hijo de la señora Jiang, Zhao Xiaodong, tenía ocho o nueve años, tuvo una fiebre alta y persistente de más de 40 grados. El padre primero le dio antipiréticos y le puso una toalla húmeda en la frente, pero no le bajó la temperatura. Entonces pensó en Dafa y le dijo a su hijo que meditara con su madre. El niño acabó meditando durante una hora y 45 minutos con las piernas cruzadas.

A la mañana siguiente, la fiebre había desaparecido y su temperatura había vuelto a ser normal. Llegó a casa después del colegio y le dijo a la señora Jiang: “Mamá, ¿qué me ha pasado? Siento mi cuerpo tan ligero. Cuando subí las escaleras estaba casi flotando. Siento que podría abandonar el suelo en cualquier momento”.

El marido de la señora Jiang era por naturaleza un hombre extrovertido, optimista y trabajador. Era un hábil electricista en una empresa estatal y era capaz de diagnosticar problemas y arreglar maquinaria y equipos grandes y pequeños. También inventó un sistema automático de bombeo de agua que fue patentado. En su tiempo libre, reparaba electrodomésticos.

Zhao Xiaodong era un chico inteligente y activo. Era amable, considerado y siempre estaba dispuesto a echar una mano. Tenía un buen rendimiento académico y era popular entre sus compañeros de clase. Sus amigos le decían: “A todos nos gusta ir a tu casa. Siempre estás muy contento y tu madre te da libertad para hacer lo que quieras”.

La profesora de primaria de Zhao compartió una vez una historia con la Sra. Jiang. “Le ofrecí a Xiaodong un paseo en la parte trasera de mi bicicleta de camino a la escuela esta mañana. Cuando empezamos a subir la gran colina, saltó y me ayudó empujando la bicicleta. Ni siquiera mi propio hijo me había ayudado a subir la colina”.

Cuando Zhao estaba en la escuela secundaria, había un chico nuevo en la clase que acababa de trasladarse desde una provincia vecina. Los padres de este chico se divorciaron y se alojó en la residencia escolar. Preocupado por que se sintiera solo y triste, Zhao lo invitó a vivir con su familia y así lo hizo el chico durante todo un semestre. La señora Jiang le proporcionó alojamiento, comida y transporte y le compró ropa nueva. La madre del chico estaba muy agradecida.

Zhao era un niño muy independiente. Incluso antes de entrar en la escuela, tomaba el autobús solo para visitar a los abuelos en el campo. También tomaba un autobús de larga distancia para visitar a su tío, que vivía a 100 kilómetros de distancia.

Mientras iba a la universidad en Corea, Zhao trabajaba en su tiempo libre para cubrir la mayor parte posible de la matrícula y los gastos, sabiendo que a sus padres no les iba bien económicamente. Trabajó duro y vivió con frugalidad para ahorrar lo suficiente como para comprar un regalo de 5.000 yuanes para su padre. Su padre estaba muy contento.

Segunda parte: Dos décadas de persecución, una familia destrozada (Parte 2)

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