Los australianos tienen muchas dudas sobre las vacunas, sobre todo después de que el ministro de Sanidad, Greg Hunt, fuera hospitalizado tras recibir una de ellas.
Para disipar las dudas el gobierno australiano prepara una campaña de persuasión que costará 24 millones de dólares para convencer a la población de que se vacune.
Además, amenaza a los médicos y otros profesionales de la salud que disienten de la campaña. Según el Sydney Morning Herald, la Australian Health Practitioner Regulatory Agency (AHPRA) ha emitido una declaración conjunta en la que advierte a los profesionales sanitarios de que se arriesgan a que se tomen medidas reglamentarias si comparten con los pacientes -o en las redes sociales- información que socave el programa gubernamental de vacunación.
Lea también: Hospitalizan al ministro de salud australiano solo un día después de recibir la vacuna COVID-19
La AHPRA es el organismo de control médico del gobierno australiano, que engloba a 15 juntas sanitarias nacionales, entre las que se encuentran las de medicina, enfermería y obstetricia, farmacia, odontología, quiropráctica, medicina china, paramédicos y osteopatía de Australia, todas las cuales apoyaron esta orden intimidante.
“No hay lugar para los mensajes antivacunación en la práctica profesional de la salud, y cualquier promoción de afirmaciones antivacunación, incluso en las redes sociales, y la publicidad puede ser objeto de medidas reguladoras”, dijo el portavoz de las juntas médicas y el presidente de la Junta de Farmacia, Brett Simmonds.
Una portavoz de la AHPRA dijo en una declaración al Herald que los profesionales que infringieran los códigos de conducta de las juntas nacionales podrían ser objeto de investigación y otras medidas en función de cada caso.
100.000 australianos han sido ya inoculados, en su mayoría con la vacuna de Pfizer, pero el 22 de marzo comienza la campaña de vacunación con AstraZeneca y la mayoría de los australianos está lleno de dudas, que el gobierno tratará de disipar repartiendo palos y zanahorias al mismo tiempo.
El ministro de Sanidad australiano, Greg Hunt, fue hospitalizado por un caso grave de celulitis apenas dos días después de recibir su primera dosis de la vacuna de AstraZeneca, como hemos relatado en otra entrada.
Aunque el Ministerio afirmó oficialmente que su enfermedad “no se considera relacionada con la vacuna”, la investigación médica sobre la celulitis tras varias vacunas, como la neumocócica, la de la gripe y la DTP, está bien documentada.
El primer ministro Scott Morrison ha tratado de restar importancia a las preocupaciones sobre la salud de Hunt, diciendo a la prensa: “Estará bien la semana que viene, se recuperará”.
Fuente: mpr21.info