Oriana Rivas

Concluyó el primer encuentro entre EE.UU. y China desde que Joe Biden asumió el cargo. Las impresiones que quedaron fue de una reunión que tuvo un tono «duro y directo», según los funcionarios estadounidenses, matizado por la tensión en los enviados chinos.

En este evento que duró dos días en la ciudad de Anchorage en Alaska, como era de esperarse entre China y EE. UU. prevalecieron los puntos de vista opuestos, como la situación con Taiwán, Hong Kong, el Tíbet, los abusos de derechos humanos a la minoría musulmana uigur, en la región de Xinjiang y los ataques cibernéticos contra la nación norteamericana.

Este primer encuentro entre el gobierno Biden y China —marcado por las acusaciones— se produjo a partir de la agenda promovida por la nueva administración estadounidense, que aboga por un acercamiento con China a pesar que el régimen comunista de Xi Jinping es señalado por numerosas actividades de espionaje en EEUU.

China se mostró hostil, tal como lo viene haciendo desde hace años. Una actitud que recrudeció durante la presidencia de Donald Trump, quien bajo la consigna de «America first» impuso más sanciones contra China en pro de proteger al país.

El secretario de Estado, Antony Blinken, y el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, fueron los representantes por EE. UU., mientas que por China estuvieron el responsable del Partido Comunista de China (PCCh) para Asuntos Exteriores, Yang Jiechi, y el jefe de la diplomacia china, Wang Yi.

¿Reunión constructiva?

Tras este primer encuentro se supo que hubo un acuerdo para crear un grupo de trabajo entre China y EE. UU. sobre cambio climático, pero a juzgar por el resto de conversaciones, no hubo demasiados adelantos positivos entre ambas naciones.

El responsable del Partido Comunista de China no usó los dos minutos permitidos para su intervención. En su lugar, se extendió por 18 minutos para contestar delante de las cámaras a unas declaraciones de Blinken, quien dijo que Washington estaba «profundamente preocupado» por algunas de las acciones del gigante asiático, indicó EFE.

Por su parte, Jake Sullivan dijo que EE. UU. no busca un conflicto con China, pero que defenderá sus principios y «amigos».

De hecho, el responsable del Partido Comunista de China, Yang Jiechi, reforzó su argumento de que los acontecimientos recientes han sumido las relaciones «en un período de dificultad sin precedentes» que «ha dañado los intereses» de ambas naciones, indicó un reporte de Associated Press.

Lea también: El partido comunista chino (PCCh) ha cometido GENOCIDIO, expresan ​parlamentarios canadienses

Lo que pasó en el primer encuentro entre el gobierno de Biden y China contrasta de cierta manera con lo que declararon los diplomáticos chinos a la prensa de su país. Una nota de EFE reseña que Yang Jeichi afirmó a la agencia Xinhua que la conversación había sido «cándida», «constructiva» y «de ayuda».

La insistencia de Biden

Ciertamente la insistencia de Washington logró establecer la primera mesa de conversación entre los dos países. El propio Joe Biden ha abogado por China en temas como la pandemia por COVID-19 cuando pidió cesar el uso de términos como «virus chino» o «virus de Wuhan», porque a su juicio estimula el racismo en el territorio norteamericano.

Pocos días después, el presidente de EEUU disfrazó la represión del régimen chino a los uigures. Durante declaraciones a CNN dijo que las actitudes de China forman parte de «normas diferentes».

«Si sabes algo sobre la historia de China, siempre ha sido así: el momento en que China ha sido víctima del mundo exterior es cuando no se ha unificado en casa», dijo Biden durante la transmisión. A su juicio, el principio central es que debe haber una China «unida y estrechamente controlada». Por eso, el motivo de sus acciones.

Este último hecho levantó todo tipo de molestias, inclusive desde su propia administración apoyaron la acusación de genocidio que hizo el gobierno de Donald Trump y por el cual el régimen chino sancionó a 27 funcionarios, entre ellos el exsecretario de Estado, Mike Pompeo.

Continúan las alianzas contra China

Antes del primer encuentro entre el gobierno de Biden y China, Blinken estuvo en Japón y Corea del Sur, aliados de Estados Unidos en Asia. Durante su paso por Tokio, los representantes de ambos gobiernos emitieron un comunicado conjunto criticando el trato por parte de China de la minoría uigur en la provincia noroccidental de Xinjiang y su “comportamiento desestabilizador” hacia los países vecinos, publicó France 24

En la gira que comenzó al 15 de marzo, EE.UU y Japón fijaron posición sobre la desnuclearización de Corea del Norte y sobre la política de China. La alianza de ambos países con India y Australia también fue considerada en el encuentro.

La administración de Joe Biden parece debatirse entre la insistencia por dialogar con China y el reforzamiento de relaciones con aliados de EEUU para controlar el expansionismo de Xi Jinping. Queda claro que el primer encuentro no fue fructífero, resta ver qué pasará los siguientes cuatro años.

Fuente: Panampost

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