Por Camilo Bello
Los juegos Olímpicos de invierno de 2022 y el genocidio cometido contra las minorías éticas uigures tienen un lugar común: China. Es la oportunidad de oro para que la propaganda comunista mejore la reputación del gigante asiático y silencie internacionalmente las voces de las víctimas.
Los Juegos Olímpicos le brindan al Partido Comunista de China (PCCh) un impulso después de haber pasado por un largo periodo de crisis. Ahora, tras haber superado la pandemia del coronavirus (COVID-19) —de la cual evade su responsabilidad— China tiene la necesidad de mostrarse fuerte ante el mundo.
Ante la ventana del próximo año, el régimen chino ha sido efectivo en limpiar su reputación donando millones de vacunas a países en desarrollo. Esto apuntalado por su carta más fuerte, el crecimiento de 2020, que les ha permitido a empresarios extranjeros generar rentabilidad en medio del declive de Europa y América a raíz de los confinamientos y los millones de infectados.
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Sin embargo, Xi Jinping busca mostrarle al mundo los frutos del socialismo chino con los avances tecnológicos, fuerte inversión de infraestructura y una sociedad aparentemente sólida que de la mano del régimen del PCCh resistió a la pandemia. Los Juegos Olímpicos de Invierno son el mejor escenario para alcanzar este objetivo.
Cabe recordar que China puso en marcha la narrativa con la que pretende exaltar el comunismo deslegitimando a las instituciones americanas y a sus aliados, al poner en duda los valores democráticos y la libertad.
Genocidio y trabajo forzado en China, la sede de los Juegos Olímpicos de Invierno
Una investigación publicada por Adrian Zenz, investigador sobre derechos humanos en Xinjiang y el Tíbet, revela cómo China tiene un esquema de trabajo forzado y persecución racial en contra de las minorías religiosas, especialmente los musulmanes uigur.
La región de Xinjiang produce más del 20 % de algodón del mundo y Zenz destaca que la mayoría de la recolección es manual. En el informe se «estimó que 570,000 personas pertenecientes a un gran número de minorías: Aksu, Hotan y Kashgar», fueron obligadas a trabajar en la recolección de algodón.
Zenz añade que «los programas de Beijing en otras regiones de minorías étnicas, así como el trabajo en prisión, probablemente agregarían cientos de miles a la cifra». Este 2021, según el investigador, 1,600,000 personas están en riesgo de ser sometidas a trabajo forzado por el PCCh.
China ha construido en Xinjiang campos de concentración con el fin de sinicizar el islam. La política del PCCh en la región ha sido denominada por los observadores de derechos humanos como «genocidio cultural» contra el grupo minoritario de Turkic.
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A esto se le deben sumar las denuncias realizadas por el exsecretario de Estado Mike Pompeo, quien señaló que China comete genocidio contra minorías religiosas, basado en «los informes que evidencian la esterilización y aborto como imposición, planificación familiar obligada y la represión cultural y religiosa contra los musulmanes en Xinjiang por parte del régimen comunista chino».
Los Juegos Olímpicos, la ventana para mostrar el aparente éxito del socialismo chino
La crisis política de países occidentales y el mal manejo de la pandemia han hecho que las economías más fuertes se vean afectadas. Los confinamientos estrictos y el gran número de víctimas que aún no cesa evidencian una decadencia que China quiere explotar en los Juegos Olímpicos de Invierno.
China se ha beneficiado de los desarrollos americanos gracias al robo de propiedad intelectual, espionaje y malas prácticas comerciales, además del fuerte capital invertido por grande conglomerados americanos.
El desarrollo en casa a partir de las ideas innovadoras de Occidente le ha permitido a China crear su propia tecnología, convirtiéndose en líder en patentes tecnológicas y en un proveedor competitivo para la red 5G.
Una sociedad que convive con Internet y alta tecnología es la pieza fundamental para que el PCCh pueda alcanzar el objetivo que tiene trazado para el 2035; que apuesta por llegar a una media de 30,000 dólares de ingresos anuales para la clase media.
Estos avances se han visto retados por las sanciones de Estados Unidos y Europa, pues detrás de ellos existe una fuerte violación a los derechos humanos, la libertad de prensa y persecución política.
Organizaciones internacionales han expresado su preocupación por la realización de los Juegos Olímpicos de Invierno en China debido al riesgo que trae para la prensa internacional y los visitantes ante las violaciones de los derechos humanos en China.
Los medios afines al régimen sostienen que los periodistas cuentan con las garantías para cubrir los Juegos Olímpicos y niegan rotundamente la existencia de dichas violaciones.
La importancia de un encuentro entre Joe Biden y Xi Jinping
La reunión entre Antony Blinken y su homólogo chino en Alaska marcó un inicio frío de las conversaciones donde China esperaba concretar una reunión de los dos líderes.
El encuentro entre Biden y Xi sería fundamental para que se reanuden las relaciones amistosas entre las dos potencias, lo que facilitaría la realización de los Juegos de Invierno entre otras políticas del poder blando chino.
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China necesita de las mejores relaciones diplomáticas para desarrollar su plan a 2035, que además de superar a Estados Unidos como líder mundial espera invadir a Taiwán, territorios japoneses, filipinos y vietnamitas, y los Juegos Olímpicos le brindan una gran oportunidad para establecer lazos diplomáticos que le permitan esto.
La hegemonía del PCCh se da una vez Estados Unidos y Europa eliminen las sanciones a Beijing. Una China robusta militarmente, con un crecimiento económico formidable y con tecnología de punta, es el mejor escenario para poder evadir la responsabilidad de delitos de lesa humanidad y expandir la narrativa comunista en desmedro de los valores democráticos.
Fuente: elamerican.com
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